CADA CUAL ELIGE SER UN HIJO DE LA GUERRA O SER UN HIJO DE LA PAZ
No venimos a este mundo para portarnos bien como única condición para poder regresar al cielo de donde venimos. Eso sería absurdo, pues suena más a que hemos sido expulsados del cielo y si no nos portamos bien no vamos a regresar. Lo cual indica que en el pasado nos hemos portado mal en el cielo y que por eso nos expulsaron de allí y nos trajeron a la Tierra en donde ahora estamos.
Si fuera esa la razón de estar aquí sería absurdo.
Lo mismo dice la típica actitud de portarse bien con los padres carnales, la actitud de ser un buen chico, como si eso nos permitiese ganarnos algo que no tenemos pero que tendremos si intentamos hacerlo bien, una especie de cielo hogareño que nuestros padres disfrutan pero que nosotros aún no y que disfrutaremos podremos disfrutar cuando hagamos nuestro propio hogar, pero para eso debemos de portarnos bien, para ganarnos ese cielo hogareño del futuro. Con lo cual se llega a lo mismo que el concepto tradicional de tener que ganarse el cielo futuro siendo bueno en la tierra.
Es decir que nos vuelve a llevar a sentir que si debemos de portarnos bien para ganar un cielo es porque antes hemos sido expulsados de ese cielo hogareño por portarnos mal y que volveremos a estar en él solo con la condición de que nos aportemos bien.
!...Es tán absurdo...!
¿Por qué debemos prescindir de un cielo hogareño y no tenerlo ya en el presente y en la tierra en donde vivimos?
¿Por qué no vivir ya ese cielo estando en la tierra?
¿Por qué no darles a los hijos esa felicidad hogareña sin que tengan que sufrir el tener que hacer tortuosos números de circo intentando adivinar lo que sus padres entienden por el portarse bien para así poder ganarse lo que ellos le prometen?
¿Por qué el Padre del Cielo expulsa del Cielo a la humanidad igual que a consecuencia de ello cada padre de familia expulsa a sus hijos del cielo hogareño?
¿Será eso debido a una gran falta o pecado que la humanidad cometió en el cielo... o será más bien que la falta es del Padre que expulso del cielo a la humanidad... o más bien de ambas partes que se enfrentaron entre sí?
No venimos a esta vida a portarnos bien con nuestros padres o con la sociedad cumpliendo con las buenas normas religiosas y sociales de nuestra tradición, para asi poder conseguir el premio que tanto los padres como la sociedad nos prometen como lo son el hogar y la riqueza.
Pues eso suena más al engaño de quien nos declara la guerra para someternos.
Venimos a esta vida no a portarnos bien para ganar el cielo y el pan sino que veni.os a ser nosotros mismos, a seguir nuestro propio corazón, la voz del corazón que es ese Dios invisible y mas alto que nos ayuda a ser nosotros mismos y a alcanzar nuestras metas. Pues ese Dios mas alto que quiere que seamos nosotros mismos es el verdadero creador, conductor y realizador de nuestro mundo, y es el que de verdad nos lleva al verdadero amor y armonía con nuestros semejantes y con nuestro mundo, y nos lleva siendo tal como somos, siendo nosotros mismos, siendo libres, y no obligándonos a portarnos "bien" de un modo determinado ejerciendo así un engaño de dominación hacia nosotros, lo cual no es una acción que un buen Dios dirige hacia nosotros... sino la acción de un mal Dios un Dios bajo, es decir alguien que se hace pasar por Dios ante nosotros para asustarnos con amenazas de no ganarnos el cielo p premio que nos promete so no hacemos lo que él nos dice. Es decir un Dios bajo que no nos conduce a la paz como promete sino a la guerra, y que no nos da el premio del Cielo y de la vida eterna que nos promete sino que nos quita el premio del cielo de felicidad y vida que como cualquier ser vivo ya tenemos por el simple hecho de existir. Es decir que no nos da el cielo y la vida que nos promete sino todo lo contrario nos quita el cielo y la vida que ya tenemos.
Un Dios bajo que en realidad no es un ser de un nivel o dimensión superior a la nuestra tal como él se presenta ante nosotros sino que es un ser humano de nuestro mismo nivel y dimensión que intenta someternos y esclavizar nos disfrazándose de un Dios temible y asustando nos con sus amenazas para obligarnos a hacer su voluntad, es decir, a defender sus intereses y no los nuestros, a morir en la guerra y a ser un esclavo suyo.
El Dios bueno y verdadero es un Dios más alto que vive en un nivel evolutivo más alto, en una dimensión superior a la nuestra.
El es la verdadera voz de nuestro corazón y seguirlo a él es el yugo más ligero, es simplemente el nosotros mismos, ser como somos, ser libres, pues de ese modo ya estamos siguiendo la voz de nuestro corazón, y esa voz en el Dios verdadero.
El Dios verdadero no nos impide ser nosotros mismos sino al contrario nos ayuda a ser nosotros mismos.
El Dios verdadero si que tiene unos sentidos más desarrollados que los nuestros y que nosotros aún no tenemos, y si que con esos sentidos más desarrollados capta ese realudad o dimension más alta que nosotros aún no captamos por no tener esos sentidos.
El Dios más alto es nuestro verdadero Padre, y no un padre impostor y falso como el Dios más bajo.
Es un verdadero Padre que como tal nos cuida, nos protege y nos lleva a ser como Él a lo largo de nuestro desarrollo y evolucion, nos lleva a ascender hacia la misma realidad y dimension más alta en la que Él vive.
El Dios más alto es un verdadero Padre, y además se presenta no como un jerarca teprecer sino como un igual, un buen jerarca hermano, tal como un buen padre se presenta ante su hijo.
Para amar de verdad a mis padres carnales, a los demas y a mi sociedad no debo de "Pirtarme bien" sino seguir la voz de mi corazón, pues quien solo se "porta bien" se deja someter por la injusticia de una sociedad disfrazada de blanco, y así ce en la guerra que la sociedad le declara en los cuales continuará rodando a veces como el masoquista sometido y otras veces como el sádico sometedor, ambas partes igualmente negativas, belicosas, falsas y dolientes, ambas partes los dos bandos de la batalla que la sociedad declara y que algunos individuos caen en la trampa y aceptan esa declaración de guerra, cayendo así apresados en esa tétrica, infeliz y dolorosa batalla, de la que no hay que participar, no hay que caer en esa trampa.
Hay que continuar siendo uno mismo, siguiendo la voz del corazón, al Dios verdadero que es esa voz, pues Él es el que verdad nos conduce a amar de verdad a nuestros semejantes, a nuestra sociedad, a todos los seres, al mundo y universo en el que estamos. Es el que de verdad nos permite vivir el premio y el Cielo ya estando en la Tierra en cada momento del presente de nuestra vida y durante toda la eternidad, pues es el que hace que nuestro espíritu continúe vivo después de la muerte de nuestro cuerpo físico, para que podamos seguir viviendo en otros planos el mismo amor, cielo, paraíso, felicidad y éxtasis de siempre que todo ser tiene derecho de tener por el simple hecho de existir, y tiene derecho a poder disfrutar en el presente de todos los momentos de su existencia, en cualquier fase y etapa en la que se encuente, siempre y durante toda la eternidad, tiene la posibilidad de estar en el amor de disfrutar del mayor premio y éxtasis, la posibilidad de ser él mismo,de seguir la voz de su corazón, la posibilidad de estar Ahí, tal co.o lo describo desde la cenuitica para poder abreviar el yermino y referirme a ello de un modo más fácil. El estar Ahí. Hay que estar Ahí. Ahí.
Por el estar Ahí de todos.
Un abrazo.
Fernando Ortola
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