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martes, 10 de agosto de 2021

Ena 40, 10-8-2021

 Mientras con ojos cerrados grababa en el movil el ritmo de una percusion hecha con los dedos sobre la mesa he visto el Ojo que descendia oscilando como de costumbre a izquierda y derecha, y esta vez me daba la sensacion de que descendia al ritmo de la percusión, danzando.

En su trayecto le reodeaban finos rayos de luz arriba y abajo,  aproximadamente 70.

El Ojo ha descendido hasta el horizonte de un paisaje y despues de esconderse tras una montaña se ha acercado a mi subiendo hacia arriba.

Coincide con el lugar en el que ahora me hallo que está a 150 metros sobre el nivel del mar. Es decir que al llegar el Ojo al horizonte debe de ascender un poco hasta llegar a mi.

Al llegar le he visto a su alrededor las luces blancas de su propio infinito relativo, a traves del cual y posteriormente por el infinito relativo de la Tierra descendia sobre la superficie terrestre.

Despues he visto a color las praderas y mares azules de nuestra Tierra.

Luego el Ojo ha salido de la Tierra rodeado con las luces de su infinito relativo y ha llegado a su planeta de origen, en el que he visto, montañas, praderas, piramides (antena emisora y receotora del ojo por la que he llegado al planeta) y despues he visto las ciudades y pequeñas poblaciones con casas muy similares a las de la Tierra.


Fernando Ortolá

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