La verdadera voluntad del individuo es la del Creador.
Pensando en ello he vuelto a sentir el extasis del Ahí.
Es decir pensando en que el niño debe de calmar sus esencias pues aún no están formadas y necesita una pausa en sus esencias, en su cuerpo, en su mente, en sus emociones y en su identidad, para que éstas puedan crecer, y es el tutor del niño, es decir su buen jerarca, quién calma las esencias del niño para que éstas puedan crecer.
Aunque el niño no debe de saber que su tutor está calmando sus esencias para que crezcan pues no está preparado para poder comprenderlo, ya que no tiene aún la mente formada, es decir que la pausa de las esencias que el tutor del niño produce en él se realiza sin que el niño sea consciente de ello sino tan solo su tutor.
Sin embargo el adulto ya es consciente de ello, es decir de que el niño debe de tener pausadas sus esencias, y es consciente de que el adulto debe de activar sus esencias por estar estas ya formadas, para así al activarlas poder seguir entregando esas esencias a la presencia del Creador que ante el adulto ya no está presente en forma física como estaba ante el niño, sino que ante el adulto está presente en su forma plena, espiritual e interior, es decir en el corazón del adulto, en la forma de la voz de su corazón, a la cual el ser adulto sigue siguiendo su propio determinismo.
Es decir que a diferencia del niño el ser adulto debe de ir activando todas sus esencias, pues a diferencia del niño esas esencias: el cuerpo, la mente, las emociones y la identidad del ser adulto ya están formadas y las debe de activar para poder sobrevivir.
Aunque suene paradojico: a la vez que el ser adulto va activando sus esencias se va desprendiendo de ellas, es decir que las va entregando al mismo ser que primero le ha dado las esencias, es decir que le va dando las esencias en cada momento, el cual es el Creador, que a través de la voz del corazón del ser adulto va dando las esencias que el ser adulto necesita en cada momento, y que son las que éste siente de corazón que debe de ir tomando en cada momento de su vida.
Al mismo tiempo que el ser adulto toma una esencia se desprende de la anterior que había tomado antes, y esto a su vez le permite no quedarse atrapado en ninguna esencia, porque cada vez hay otra esencia delante para tomar y para ello, para tomar esa nueva esencia, debe de desprenderse de la esencia que había tomado antes, y de ese modo no se queda apegado en esta, ni en ninguna esencia, pues va volviendo al Creador cada esencia al tomar la nueva esencia que el Creador le va dando. Pues quedarse apegado a una esencia es paralizar el camino del propio determinismo del individuo, es decir que es a la vez paralizar el camino hacia el Creador que el individuo sigue al seguir la misma voz de su corazón que es la presencia del Creador en su interior en la forma del Dios invisible de los adultos.
Por eso el ser adulto debe de entregar las esencias en manos del Creador al igual que el niño también lo hacía de un modo inconsciente entregando sus esencias a su tutor para que este las cultivara. El adulto debe de hacer lo mismo entregar las esencias al Creador, pero para el adulto la forma del Creador es distinta que cómo era para el niño.
Para el niño la forma del Creador era su titor físico al cual el niño consideraba como el mismo Dios en la tierra. Para el adulto la forma del Creador es invisible, es esa presencia que tiene en la voz de su corazón y que le guía cuando la sigue siguiendo su verdadero y propio determinismo de ser adulto ya formado en sus esencias: cuerpo, mente, emociones e identidad.
Por eso para el ser adulto es muy importante seguir activando sus esencias, es decir su propio determinismo, sus propias emociones, su propia comprensión y autoconocimiento y su propia acción física, pues de ese modo al mismo tiempo está entregando esas mismas esencias a su Creador, está siguiéndole y creciendo hacia Él con su espíritu, y así está manteniendo su salud a todos los niveles.
Pues de ese modo las esencias que va tomando le van desprendiendo de las esencias que ha tomado antes, y así no se queda apegado ni atrapado en ninguna de ellas, y su espíritu puede continuar creciendo tras el Creador, al mismo tiempo que el individuo sigue su propia voluntad, es decir la verdadera voz de su corazón, la cual es también la voluntad del Creador.
Otra diferencia entre el niño y el adulto es que el niño no es plenamente consciente de ese proceso que está siguiendo pero el adulto sí que lo es.
Es consciente de que si adopta la norma natural del niño y pausa sus esencias sin activarlas entonces puede caer en la anonadacion esencial, es decir en la anonadación del cuerpo, de la mente, de las emociones y de la identidad, lo cual es un enorme sufrimiento pues es como estar muerto en vida.
Para que eso no suceda el ser adulto no debe de adoptar la norma natural infantil, pues al pausar sus esencias su tutor físico y buen jerarca que tenía cuando era niño ya no está a su lado para poder sostener esas esencias, pues ya es un ser adulto.
Lo cual produce que además de que el ser adulto que sigue la norma humana natural infantil reciba una anonadación mental, es decir un lavado de cerebro, al mismo tiempo no pueda recibir ninguna ayuda que le saque de ese estado y sufrimiento, ya que el tutor físico de infancia ya no está a su lado. Por otro lado el ser adulto ya tiene las esencias formadas para poder activarlas por sí mismo y salir de ese estado erróneo de anotación mental por haber adoptado equivocadamente la norma natural infantil siendo ya un ser adulto.
Para ello el ser adulto debe de activar sus esencias pues ese es el único modo de poder ir entregándolas al Creador en cada momento.
El ser adulto no puede entregar las esencias a su creador es decir su cuerpo, su mente, sus emociones y su identidad si primero no activa esas esencias, pues si esas esencias no están activas entonces tampoco tienen nada para poder entregar a su Creador.
Es decir que antes de poder entregar la mente al Creador en cada momento el ser adulto debe de activar su propia mente, antes de poder entregar las emociones al Creador en cada momento el individuo debe de activar sus propias emociones, antes de poder entregar su identidad al Creador el ser adulto debe de activar su propia identidad, y antes de poder entregar su propia acción física al Creador el individuo debe de activar su propia acción física.
Para así poder ir entregando sus propias esencias ya formadas al Creador el individuo debe de ir activando por sí mismo esas esencias, pues al activar unas es como el individuo entrega al Creador las esencias que había activado antes.
Cada esencia que el individuo va activando la recibe igualmente del Creador y la suelta cuando el Creador le da la siguiente esencia, y así sucesivamente el individuo adulto va adquiriendo y soltando cada esencia que en cada momento necesita para poder sobrevivir, y así el individuo adulto no se va pegando, atorando en ninguna esencia, es decir que ninguna esencia le va atrapando o bloqueando el caminar de su ser, de su espíritu, hacia el Creador. Es decir que de ese modo el individuo adulto se mantiene sano y feliz. Estando Ahí.
En ningún caso se debe de decir a un individuo que debe de pausar sus esencias, es decir su cuerpo, su mente, sus emociones y su identidad.
No se debe de decir al niño que debe de pausar sus esencias pues este por ser niño aún no tiene su mente formada para poder comprender que debe de pausar las esencias, y eso le puede inquietar y hacer vulnerable.
A un adulto tampoco se le debe de decir que debe de pausar sus esencias, pues el adulto precisamente debe de hacer todo lo contrario, es decir activar las esencias con lo cual de un modo automático y natural se van pausando alternativamente todas las esencias que antes había tomado y que van siendo sustituidas por las nuevas esencias que va tomando.
Es decir que al ser adulto no se le debe de decir que debe de pausar sus esencias, pues el ser adulto ya es consciente por sí mismo de que debe de hacerlo y de que para ello
debe de activar sus esencias pues ese es el deseo más hondo de su propio corazón que le lleva a existir a ser y a sobrevivir por sí mismo, lo cual al mismo tiempo y de un modo automático y natural le lleva a ir devolviendo todas esas esencias al Creador para que todas ellas además de poderlas activar vayan recibiendo alternativamente una pausa de renovación, readaptación, de reseteo, de actualización, de puesta a punto, de renovación de vida y de salud.
Por eso ni al niño ni al adulto se le debe de decir que debe de pausar su mente.
Al niño aunque sí que necesita pausar su mente no se le debe de decir porque su mente aún no está formada y no está preparada para poder comprenderlo, y es el tutor del niño quien debe de realizar esa tarea de pausar la mente del niño.
Al adulto no se le debe de decir tampoco que debe de pasar su mente porque debe de hacer todo lo contrario es decir activar la mente, pues así de un modo indirecto la mente ya formada del adulto recibe el aliimento, la pausa alternada y la salud que necesita para poder sobrevivir.
Por eso quien le dice a otro que debe de pausar su mente no le está dando nada bueno, sino que únicamente desea bloquear su mente para poder manipularle.
Es decir que le está pescando igual que a un pez con un cruel gancho de dolor que le produce la a anonadaciom mental y el sufrimiento que le lleva a ser sometido por su manipulador.
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El ser adulto debe desprenderse de unas esencias para tomar otras y para ello debe de seguir tomando y activando las esencias que llegan a él en cada momento, pues esas esencias que va tomando a su vez le van desprendiendo de las esencias anteriores que habia tomado antes, y esa es la única manera para no quedarse apegado a ninguna esencia, aunque suene paradójico el modo de liberarse de las esencias es ir tomando las esencias pues unas esencias liberan de las otras.
Pensando en estas cosas y en que la norma natural del niño es seguir a su tutor físico y buen jerarca y la norma natural del ser adulto es la de seguir su verdadera voz del corazón y propio determinismo, y pensando en la diferencia entre el niño y el adulto, y en que el adulto para poder seguir la voz de su corazón que es la presencia del Dios invisible en su interior debe de ir tomando unas esencias para asi ir desprendiendose de otras, y pensando en que él Creador, es decir el Dios invisible de los adultos, va dando unas esencias para poder desprenderse de las otras y hacer así que el espíritu del individuo pueda crecer hacia el Creador, y pensando en que a diferencia del niño el ser adulto para poder desprenderse de las esencias es decir no apegarse a ninguna de ellas y poder seguir asi el camino tras el creador debe de ir desprendiéndose de las mismas esencias que va adquiriendo, y pensando en que el modo de hacerlo, es decir el modo de ir desprendiéndose de las esencias es ir activando las esencias que como adulto ya tiene formadas, es decir pensando en estas cosas he vuelto a sentir el éxtasis del Ahí.
Fernando Ortolá
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