Oracion en un eclipse total de Luna
La síntesis de toda oración convencional se puede representar en la siguiente frase:
"Deja la oscuridadd y vez a la luz"
¿Hay algo que falle en esa actitud a la que induce la oración tradicional?
¿Hay algun error en ello?
Me planteo esa pregunta por el hecho de que por mucho que oremos a través de la ceremonia de cualquier religión de la que formemos parte las guerras y desgracias se siguen manifestando en el mundo y eso me lleva a preguntarme:
¿Será nuestro propio error por dar un mal enfoque a nuestras plegarias.?
Debe de ser eso ya que ese Dios Padre bueno de todos no es malo.
No puede serlo se ha hecho tan bella a la naturaleza de nuestro mundo plasmada en su vegetación flores ríos montañas estrellas colorido etc.
Entonces ¿En que estaremos equivocándonos al repetir tantas veces nuestra tan susodicha y resudada oración?
En este asunto de investigación y reparación me siento como una especie de electricista existencial con mi herramienta cenuítica en la mano para abrir la tapa de este mundo y echar una mirada a sus circuitos internos para ver si hay algo mal conectado que se debe reparar.
Para ello empiezo con esa síntesis cenuítica de la oración a la que me he referido antes:
Al igual que el electricista también busca la síntesis de los circuitos que observa por muy complicados que estos sean y para ello se fijan en el polo positivo y el polo negativo para saber cómo circula la corriente entre ellos.
Así después podrás saber que elemento del circuito es el que está interrumpiendo la corriente entre uno de esos dos polos en los cuales se resume y sintetiza toda la acción: el polo positivo y el polo negativo, la luz y la oscuridad.
Así que pongamos esos dos electrodos del electricista en el aparentemente complejo circuito interno de nuestro mundo., un electrodo en la luz y otro en la oscuridad para ver qué elemento de nuestro mundo está interrumpiendo la corriente interna y produciendo las desgracias.
No está de más intentarlo.
Tal vez nos pueda asustar el hecho de que esa es una tarea que nos puede parecer tan compleja que nos eche atrás el miedo a electrocutar nuestra alma, o el miedo a entrar en un terreno que nuestro propio desconocimiento del mismo nos puede hacer pensar que es tabú y que vamos a recibir un castigo si nos metemos en esas áreas.
Hasta el día en que el profundo llanto por las desgracias y con lágrimas en los ojos mos armemos de valor y dibujando una sonrisa en nuestro rostro empuñamos con fuerza los dos electrodos de nuestra comprensión para descubrir y reparar que es lo que está produciendo tanto dolor en el profundo circuito del alma de nuestro mundo.
Con permiso continuo con esa tarea que empecé ya hace medio siglo literal con la creación de esta vía de estudio cenuitica, la cual desde entonces sigo y desarrollo día a día.
Los dos electrodos del electricista son el polo positivo y el negativo y los dos electrodos del cenoítico son la luz y la oscuridad, las dos primeras esencias.
Sé que durante los primeros años le mi honrada, necesitada, pero no siempre reconocida profesión natural de autodidacta cenuitico a veces he metido la pata poniendo mis electrodos de luz y oscuridad en lugares equivocados fundiendo así algunas bombillas de mi interior que han podido hacer prensar a los observadores que había perdido algún tornillo aunque por suerte la continuación en mi trabajo interno ha podido reparar en mi eso es bloqueos del circuito que no eran más que heredados de esos mismos bloqueos el gran circuito interno del mundo que con mis electrodos cenuíticos de luz y oscuridad intento reparar.
Puedo decir que esa tarea a pesar de esos errores eventuales me ha aportado un gran placer tan grande interno y verdadero que hasta le he puesto un nombre para poder describirlo llamándole el éxtasis del Ahí.
En vistas de Guess éxtasis es natural y derecho natural de todos los seres vivos eso me ilusiona por pensar que mi trabajo puede ayudar a que otros también lo sientan y con ellos solución en sus problemas personales tal como ese éxtasis me soluciona a mí los míos.
Una éxtasis que no es más que la corriente verdadera del interior de todos los seres que se siente al reparar el circuito interno es decir al volver a poner en su orden natural a los elementos que lo componen.
Con todo esto pasado y por pasar ayer me encontraba al lado del río de noche en espera de poder ver el eclipse total de Luna que según las estimaciones debía de ascender por el horizonte que se veía ahí a lo lejos, por encima de él prado verde.
Al mismo lugar alejado de la ciudad habían ido llegando con sus bicicletas y en silencio más candidatos a poder ver el eclipse.
Una sensación genial y mágica de encuentro con quienes por distintos caminos llegamos a una misma meta la cual contemplamos sin necesidad de decír ni una sola palabra.
Una reunión de autodidactas un misticismo popular en el que la naturaleza evolutiva del mundo va haciendo por si misma que todos nos vayamos encontrando en una meta común a la que hemos llegado cada cual por su propio camino y que al alcanzarla compartimos en silencio y en paz esperando que en esa cima alcanzada se haga la luz por la que tanto hemos trabajado sudado reído y llorado, con la fe de poderle alcanzar algún día.
Me hallaba en esa solemne, callada y contemplativa fila de gente mirando hacia el gran evento que se iba a manifestar por encima del horizonte.
Ese era un suceso que iba a ser especial por partida doble.
Una por ser un eclipse total de Luna y otra porque al mismo tiempo que la luna alcanzaba la fase plena del eclipse ascendía por el horizonte.
Es similar a ir a contemplar una salida de Sol con la diferencia de que en este caso era una salida de Luna y además de luna llena en eclipse total.
Lo cual es radicalmente opuesto a ver ascender la bola de luz del sol pues en este caso es ver ascender una bola de oscuridad representada por la luna llena tapada por la sombra de la Tierra.
La gente empezaban a inquietarse pues según las estimaciones el eclipse ya se debería de estar viendo por encima del horizonte pero nadie veía nada.
Mirando y mirando por mi espacio interior continuaba pensando y pensando en esas cosas que se van comprendiendo y aportan paz.
Esa contemplación y oración interior que todos tenemos en torno a las cosas que pensamos y comprendemos.
En ese momento pensaba en la síntesis de la típica oración a la que me refería antes y la cual se puede resumir en la frase de:
"... deja la oscuridad y ves a la luz..."
Esa frase sintética en ese momento se filtraba a través de otros conceptos cenuiticos que iban a parar a esa frase y que son el Pu el Inin y el Ahí , que son términos que más o menos se refieren a lo mism, es decir al estar despierto en el momento presente, el estar en la luz que siempre está delante y dejar la oscuridad de atrás.
Este es el aspecto que tenía la frase incluyendo todos estos términos:
" Hay que estar en el Po, en el Inin, en el Ahí y no en el Po"
El Po representa a la oscuridad.
Esta era mi oración del momento la cual se puede sintetizar diciendo:
" Hay que estar en la luz sino en la oscuridad"
El silencio de la situación en la que me encontraba me invitaba a poder pronunciar mi oración de modo interior es decir con mi pensamiento.
Así que me puse en ello y el éxtasis del Ahí empezaba de nuevo a querer hacer acto de presencia entre las palabras de mi oración.
Aunque desaparecía con cada sonido externo que y rompiendo en el silencio interrumpía mi oración hundiendo de nuevo a ese éxtasis que parecían querer asomarse.
Es decir que incluso esa síntesis de las oraciones del mundo parecía actuar como un disco rayado es decir dar una vuelta y volver a empezar por el mismo surco o sea volver a repetir lo mismo, pues siempre aparecía la presencia de algún sonido externo que desviaba la concentración para poder sentir el éxtasis al final de cada oración y ella hacía que como disco rayado volviera a intentar repetir la misma frase para probar suerte con el intento de que ningún sonido externo me impidiese concentrarme y sentir el éxtasis que esa oración aporta.
En aquel momento volvía a comprender que estaba cayendo en el mismo error que tantos cometemos al pronunciar nuestras respectivas oraciones por mucho que la sinteticemos.
Un error que todos debemos de intentar solucionar pues es el que paradójicamente produce gracias en el mundo, que resulta tan paradójico porque cuando estamos en esa acción de la oración perseguimos todo lo contrario es decir solucionar las desgracias del mundo pero se ve que lo hacemos mal y en vez de solucionarlas con ese mismo acto las producimos.
En aquel momento esperando a la luna volvía a comprender esto.
Pues cada sonido que interrumpía mi oración profunda me producía una pequeña irritación la cual es el inicio de un enfado es decir una chispa que en muchos orantes puede enfadarles tanto que en vez de a la paz les lleve a la guerra.
Lo cual como es bien sabido ya ha sucedido varias veces por desgracia.
Como son por ejemplo las guerras de religiones.
Pero eso también sucede a nivel personal con la oración de cada persona tal como me sucede a mí también por mucho que sintetice mi oración y que intenté hacerlo a lo mejor posible no siempre se alcanza el éxtasis con cada oración pronunciada pues siempre hay algún factor externo que interrumpe que pide un contacto y una escucha.
Volvía a comprender como siempre que todos esos intentos infortuhitos de querer atrapar el éxtasis a través de la oración por muy depurada que esta sea es siempre el intento igualmente imposible de querer atrapar la luz con las manos.
Pues está comprobado que quien lo intenta enloquece es decir que se raya como un disco rayado que repite siempre la misma oración, y con la dramática desesperación de no poder alcanzar nunca lo que en ese caso se persigue es decir el atrapar la luz con las manos.
Todo eso es lo que estaba dentro de mi cabeza allí en aquel lugar tirando hacia el horizonte esperando el eclipse y con toda aquella gente en silencio.
Entre los espectadores lunares empezó a recorrer un rumor de en tranquilidad, pues la luna seguía sin hacer acto de presencia.
De pronto y al final uno de todos dijo:
"...¡La veo!..."
Lo cual en esas circunstancias sonaba al típico "tierra a la vista" del marinero.
La misma impetuosidad de quien ve aparecer algo deseado que se espera durante mucho tiempo.
Al fin pudimos ver la luna la cual ya se hallaba en su fase plena de eclipse total.
Es decir que estaba totalmente cubierta por la sombra de la Tierra y se veía como una esfera oscura y un poco enrojecida.
Impresionante espectáculo de la naturaleza que pudimos ver con más detalle haciendo uso de unos pequeños prismáticos de bolsillo que alcanzan lo suficiente para poder ver la esfera de la Luna y algunos detalles más.
Todos comprendimos que si no la vimos antes era porque ascendió por el horizontes el eclipse total es decir como una bola oscura que además de verse poco se ocultaba tras la neblina y que al ascender unos tres dedos sobre el horizonte es cuando empezó a hacerse visible estando aún en la fase total de Eclipse.
Es decir que vivimos ascender una bola oscura totalmente lo opuesto a ver ascender una bola de luz como lo es el sol.
Lo cual contiene un profundo mensaje simbólico y muy directamente conectado con lo que en ese momento estaba pensando y sintiendo en mi interior, y supongo que al mismo tiempo también estaría teniendo un contacto con el interior de toda la gente que allí estaba.
Ante mí aparecía la oscuridad de mi oración tapando a la luz de la luna que se escondía detrás.
A pesar de todo lo que se comprende en mi oración continuaba en mi interior en su fase sintética mientras que al mismo tiempo contemplaba a esa oscura esfera del eclipse total de Luna.
De pronto por el lado izquierdo de esa gran esfera de oscuridad empezó a aparecer la luz de la Luna como un pequeño punto que se fue alargando a una estrecha franja redondeada como una pequeña sonrisa o tajada de melón.
La zona iluminada de la luna continuó creciendo y fue entonces cuando después de oír una voz interna que me pidió que repitiese mi oración con paz esta consiguió al fin ser pronunciada sin interrupciones externas lo cual hizo llegar a mí de repente el éxtasis del Ahí con gran intensidad.
Tras lo cual mi oración oración se detuvo como un tren de largo recorrido que llega a su estación de destino, pues ya ha alcanzado su propósito.
Mi respiración empezó a hacerse intensa y continua.
Allí estaba de nuevo sumergido plenamente en esa profunda sensación de paz y de amor hacia todo y hacia todos en la que me siento ingravido, inmerso en la luz y fundido con el universo.
Hallándome en ese estado la misma voz interior me pidió que repitiese una vez más la oración pero esta vez aceptando todos los sonidos que llegan a mí.
Así lo hice y mientras pronunciaba la oración cada sonido que escuchaba no apagaba mi experiencia sino todo lo contrario era un abrazo hacia la procedencia de esos sonidos al igual que hacia todos los seres compartiendo con ellos en ese abrazo esa luz interior que está dentro de todos los seres vivos por igual al igual que la luna que ante mis ojos y en ese momento también recuperaba su luz interior que había quedado escondida tras la sombra de la Tierra y que volvía a iluminar su superficie que mi luz interior aparecía intensamente dentro de mí.
Estaba ante el hecho de que la luz de la luna y mi luz interior estaban apareciendo al mismo tiempo.
Casi toda la gente ya se habían ido pues ya habían visto la fase total del eclipse y solo se quedaron un poco más y se marcharon.
Nos quedamos solos mi pareja y yo observando la luna con nuestras dos bicicletas apoyadas en el árbol esperando nuestro regreso a casa.
La luz de la luna continuaba creciendo.
Sentía cada fase de ese desarrollo en mi interior de forma intensa.
Cuando tan solo quedaba un poquito de Luna oscura sus celulita parecía el perfil con su boca abierta pronunciando unas palabras con un mensaje que estaba escuchando dentro de mí.
En ese momento vi a la Luna como un gran aparato de una alta tecnología superior a la actual y capaz de establecer ese contacto interno de un modo tan intenso.
La luna recuperó toda su luz y se vio esa línea de su perímetro totalmente iluminada.
Fuimos a por las bicicletas y en el camino de regreso a casa por la carretera que atraviesa el bosque oscuro ha empezado a aparecer dentro de mí una potente sensación de que la luna y yo nos hemos llenado de luz al mismo tiempo dejando la oscuridad atrás.
Empecé a sentir esa luz compartida con la luna dentro de mí y fue de nuevo una experiencia fuerte en la que me sentía fundido a la Luna con su luz plena dentro de mí llenando cada parte de mi ser y aportando la salud.
Mientras en el mundo exterior iba conduciendo la bicicleta y al mismo tiempo todo eso estaba pasando dentro de mí, mis emociones estaban de nuevo en el éxtasis de una experiencia fabulosa que la luna me estaba.
Perdí otra vez la gravedad del cuerpo aun así sin perder el control de la bicicleta.
De nuevo me inundó una gran felicidad y amor hacia todos y hacia todos y la fusión con el universo empezando por sentir una intensa fusión con la luna.
La Luna había hecho acto de presencia en mi y me había llenado con su luz.
Sentía dentro de mí todo ese proceso de recuperación de la luz de la luna hasta alcanzar su plenitud, empujando todas las oscuridades de mi interior , lanzándolas hacia fuera de mí y haciéndolas desaparecer, transformandome en una luna llena como la que acababa de ver, con la oscuridad del eclipse superada y toda la luz recuperada.
Lo mismo que acababa de suceder con la Luna estaba sucediendo conmigo.
La luna de su mano me había transmitido su experiencia.
A la vez que me había recordado la forma correcta de orar que es no marginando a la oscuridad y queriéndola eliminar si no aceptándola como a un hermano para poderla iluminar.
Es decir aceptando a todas las esencias empezando por la de la luz y la oscuridad, a las que desde mi ciencia cenuítica llamo la esencia C a la luz y la esencia F a la oscuridad.
A la vez que se deben de aceptar a las demás esencias también, a la esencia S de la mente y a la esencia E de las emociones, y a todas las demás esencias que llenan el infinito relativo de nuestro mundo.
Para que así el éxtasis del Ahí, la paz y el amor, se mantenga siempre lo más posible en todos los seres, para que así hayan menos desgracias y si es posible ninguna.
De nuevo comprendí mi error y el de muchos de colaboración querer atrapar a la luz con las propias manos.
Cuando la luz es el creador que debe de atraparnos a nosotros para que todo vaya bien en vez de atrapar lo nosotros a él pues así podríamos destrozar el mundo que tan solo él sabe conducir hasta su realización final.
El otro error asociado que he vuelto a comprender es el de que no se puede aplazar el estar en la luz en la oaz para ir un momento a la guerra para vencer a la oscuridad, pues esa es la gran trampa en la cual la oscuridad atrapa devorando a quien se enfrenta a ella te impidiéndole regresar a la paz.
Para poder vencer a la oscuridad hay que estar siempre en la paz ya sea esta mucha o poca pues nunca pierde el contacto con nadie y siempre da a todos la posibilidad de estar en ella.
Es decir que no hay que dejar la paz para ir a luchar contra la oscuridad porque entonces "ya la hemos hecho buena" es decir que no la hemos hecho buena.
Nunca hay que dejar la paz para ir a luchar contra la oscuridad ni siquiera un momento pues eso además de mostrar poca confianza en la luz conduce a la derrota es decir a ser devorado por la oscuridad después de haber caído en esa trampa que esta nos tiende declarándonos la guerra para ir a luchar en contra de ella para lo cual sin querer renunciamos un momento a la paz para ir a dar un golpe a ese que arma jaleo cayendo así atrapados en su mismo caos de imposibilitados de poder regresar de nuevo a la paz.
La paz siempre se asoma a todos ya sea mucho o ya sea poco ya sea con mucha oscuridad o con poca oscuridad pero siempre se asoma dando siempre a todos la posibilidad de conectarse con la paz es decir de estar Ahí, para que sea la paz la que venza en la oscuridad tal como hace siempre.
Si el estar en la paz no es ir a pelear contra la oscuridad tampoco es el rechazarla o marginarla si no aceptarla como una esencia necesaria es decir como la esencia de la fuerza que cuando es manejada con paz es positiva porque se transforma en el trabajo que cada cual debe de realizar para poder superar de un modo positivo los obstáculos que la vida le presenta.
Es decir que para estar en paz no hay de renunciar a la oscuridad si no saber convivir con ella en paz hasta que esta también se transforme en la paz.
Como por ejemplo el ir a la paz no es rechazar el dar ayuda al hambriento pensando que tiene un mal aspecto y que es un ser tóxico del cual hay que alejarse, es decir marginarle para así poder seguir manteniéndose en la oaz, pues ese modo de actuar en vez de conservar la paz la aleja, por no haber realizado nuestro trabajo que en ese momento era ayudar a ese necesitado, para que así su oscuridad se transforme en luz.
El mismo modo que no hay que marginar a la esencia de la oscuridad tampoco hay que marginar a la esencia de la mente es decir del pensar del comprender del comunicar del hablar y del orar.
Por muchas interferencias que sufra nuestra oración esta debe de seguir siendo pronunciada y para ello no hay que marginar a las interferencias es decir a la oscuridad que circunstancialmente impide que nos concentremos en la oración, pues esa oscuridad o interferencias es la llamada del prójimo pidiendo ayuda y si seguimos orando con esas interferencias le vamos a dar nuestra ayuda y nuestra oración y el éxtasis que esta produce no se va a detener.
De tener la mente o la oración para no sufrir las interferencias es marginar a la esencia de la fuerza es decir a la leña que enciende el fuego de nuestro éxtasis, y por lo tanto es perder el
Que así no va a llegar a nosotros a nuestra oración con meditación sin palabras es decir que nuestra oración no alcanzará su propósito que es su realización y el éxtasis si no aceptamos también a las interferencias es decir a la esencia de la fuerza o si no aceptamos a nuestra mente que pronuncia esa oración así no aceptamos a la vez a nuestras emociones que están despiertas para percibir el éxtasis que nos sentiremos si marginamos alguna de las esencias al igual que sí marginamos a la esencia del Creador pues al marginar las esencias que nos da lo marginamos a él le demostramos nuestra propia fe en El, y al faltarnos esa esencia también perdemos el éxtasis del Ahí, esa misma esencia es la que se manifiesta cuando seguimos nuestra propia voluntad es decir nuestro propio determinismo adulto lo cual es lo mismo que no seguir la voluntad del Creador pues la suya es la nuestra verdadera ya que él nos ha hecho y es nuestro Padre que los conduce nos lleva y nos realiza.
Esta es mi experiencia interior que como un gran regalo dejó en mí el eclipse total de Luna de ayer.
Me regresó al Ahí.
Volví a dejar de querer atrapar las esencias con mis manos es la paz se hizo de nuevo en mí.
Fernando Ortolá
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