Con esta entrada abro una serie de entradas dedicada a los éxtasis del Ahí.
El éxtasis del Ahí es para mí una subida de conciencia que me hace sentir una satisfacción interior muy elevada en la cual me siento ingravido y rodeado de luz con un amor pleno hacia todos y hacia todo.
Cuando se siente uno se da cuenta que eso es lo único que quiere sentir.
Los éxtasis del Ahí se producen en mí desde niño y se van manifestando a lo largo del tiempo en distintas situaciones.
Si los comparo con los conceptos conocidos se puede decir que son una especie de Nirvana espontáneo, o de la elevación del Kundalini, o el éxtasis con el que se representa a los Santos, etc.
No he tenido que pasar ningunas pruebas especiales ni iniciaciones para que ese éxtasis del Ahí venga a mí.
Por lo cual estoy muy agradecido.
Es decir que el éxtasis del Ahí se presenta en mi en cualquier situación y acompañado siempre de una comprensión elevada de algo, es decir de una elevación de conciencia, basada en el autoconocimiento, es decir las cosas que a lo largo de la vida voy comprendiendo por mí mismo.
Llámese como se llame a este éxtasis del Ahí la realidad es que es un hecho, que me hace sentir súper bien sin necesidad de ningún estímulo material externo sino tan solo a nivel interior.
Aun así no hay ningún placer exterior que supere a ese placer interior que es el éxtasis del Ahí.
Ni siquiera esas experiencias que se alcanzan a través de las drogas superan al éxtasis del Ahí.
Pues no tomo ningún tipo de estupefaciente, no fumo ni bebo alcohol e incluso suprimo los alimentos que considero que son una droga para el cuerpo, y además soy vegano desde hace mucho tiempo empezando ya desde niño a ser vegetariano.
Es decir que no hay ningún estimulante alimento o sustancia externa que produzcan en mí el éxtasis del Ahí, sino que es algo que nace en el interior y estimulado por una comprensión elevada.
Cada vez que siento el éxtasis del Ahí siento también que no se puede transmitir sino que debe de nacer en cada uno estimulando el propio autoconocimiento.
Es decir que la posibilidad de sentir el éxtasis del Ahí está en cada uno.
No es una experiencia que se pueda transmitir de unos a otros sino que ya está en todos de un modo intrínseco, dentro de todos los seres, es decir que ya está dentro de todos y cada ser, cada persona y cada individuo es dueño de sentir el éxtasis del Ahí que está en él o de no sentirlo.
Es absurdo no querer sentirlo ya que es el placer más elevado que se pueda sentir.
El éxtasis del Ahí es ese gran placer que cualquier millonario pagaría a cantidades desorbitantes para poder sentirlo.
Aunque para sentirlo tendría que desprenderse de sus excesos de riquezas y repartirlas entre los pobres.
Pues el éxtasis del Ahí no sólo va acompañado siempre de un autoconocimiento y comprensión de la realidad sino que también lo acompaña un sentimiento de amor igualitario hacia todos los seres.
El éxtasis del Ahí además de ir acompañado de la esencia del entendimiento (S) y de la esencia del amor igualitario (E) también va acompañado de la esencia de la verdadera identidad (C) y de la esencia de la verdadera salud (F).
Es decir que el éxtasis del Ahí va acompañado siempre de la activación simultánea de esas cuatro primeras esencias que a través de mi filosofía cenuítica defino como la esencia C de la identidad la esencia F de la salud de la esencia S de la comprensión y la ciencia E del amor.
Aunque cada una de las cuatro primeras esencias tiene sus otros muchos y irrespectivos atributos.
Pero todo se puede agrupar o dividir en esas cuatro primeras esencias: C, F, S y E.
El éxtasis del Ahí se presenta con la activación simultánea de esas cuatro esencias es decir que las cuatro esencias se activan al mismo tiempo.
De ese modo se establece una especie de corriente energética entre esos cuatro electrodos lo cual produce el éxtasis del Ahí.
Pues entre las cuatro esencias al elevarse en un modo simultáneo y al mismo tiempo se alimentan la una a la otra y se crea un ciclo retroalimentativo repentino en el cual las cuatro esencias estimulándose la una a la otra crecen de repente, se elevan y entre ellas aparece el éxtasis del Ahí.
Es decir que en ese momento del éxtasis de la y se ha alcanzado un equilibrio perfecto entre esas cuatro primeras esencias y eso es lo que ha producido el éxtasis de la Ahí.
De lo cual se deduce que el desbalance y desequilibrio entre esas primeras cuatro esencias es lo que produce el malestar, es decir es lo que quita la satisfacción o el éxtasis natural del Ahí.
Es sorprendente como cuando se recobra el balance de esas cuatro esencias y se activan de una forma simultánea aparece de repente el éxtasis del Ahí.
Ahora voy a referirme a un momento en el cual ha aparecido en mí el éxtasis del Ahí:
Me hallaba pensando en los atributos de las cuatro primeras esencias y las he imaginado en círculo y con una estrella en el centro que representa al estar Ahií en la armonia y al éxtasis del Ahí. En ese instante ha aparecido mi el éxtasis del Ahí, el cual me ha hecho dirigir la mirada hacia mi interior y ver luz, mi respiración se ha hecho más profunda y relajada con un ritmo más constante. De repente mi cuerpo se sentía ingravido.. sintiendo un gran amor hacia todos y hacia todo. La comprensión que me había dirigido hacia el éxtasis del Ahí se queda atrás como un puntito que ya no es necesario volver a desplegar si no que se mantiene en una síntesis como en el vértice superior de una pirámide el cual ya se ha alcanzado y se disfruta el panorama que se divisa desde allí y de la esperiéncia que se siente.
Los ojos se entonan.
Se ha establecido de nuevo un contacto entre el macrocosmos y el microcosmos, el Ojo pequeño y el Ojo grande, lo cual veo también en las visiones que tengo de un modo patente y continuado desde el 2-12-2016.
Esta situación que acabo de describir en la cual se ha manifestado el éxtasis del Ahí la presento en esta entrada como la primera de una serie de situaciones en que se manifiesta el éxtasis del Ahí y a las que me iré refiriendo en sucesivas entradas a medida que se vayan produciendo.
De momento publico esta como éxtasis del Ahí 1.
Cuando aparezca en mí de nuevo el éxtasis del Ahí entonces describiré esa nueva situación en la cual se ha producido y a la cual llamaré éxtasis del Ahí 2 y que publicaré en otra entrada, y así sucesivamente iré publicando los siguientes éxtasis del Ahí que se vayan produciendo con sus respectivas situaciones en las que se presentan cada uno de ellos.
Un abrazo grande
Fernando Ortolá
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