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viernes, 17 de enero de 2025

Lo que cada nivel de evolución mental necesita

 Nivel de la actividad mental por edades: Namne.

Imitar por amor da vida y por envidia da lo contrario.

Las evasiones sanas, envidias y mentiras beniales, estimulan al niño en el proceso de la formación de su ser, pero dañan al adulto por tener su ser ya formado.

Por ejemplo la mentira benial de contar a un niño que Peter Pan existe puede ser algo que le ayude a relajarse y a conciliar el sueño para así poder tener la calma que necesita para poder crecer con salud.

Pero no es tan bueno si a ún ser adulto se le intenta convencer que Peter Pan existe.

Pues el adulto ya tiene su mente formada para poder comprender por él mismo que Peter Pan no existe sino que es un personaje de la fantasía.

Por eso si se le intenta convencer de lo contrario de un modo insistente con ello se dañará su mente.

Sin embargo un niño no está preparado para comprender que un personaje que le produce tanta admiración y placer como es Peter Pan no exista, e inventará mil y una excusas infantiles e imaginarias para intentar demostrar que su admirado Peter Pan sí que existe.

Por eso al niño es mejor decirle que sí que existe para que al menos esté tranquilo y no se inquiete demasiado.

Todo ello muestra que existe un nivel de percepción mental que va oscilando entre el niño y el adulto.

Ese nivel de percepción mental en el niño es bajo y en el adulto es más alto.

Es una especie de nivel de acción mental, natural, por edades.

Este concepto es digno de ser nombrado por sus siglas: NAMNE y se merece un estudio por la relevante influencia que ejerce tanto en niños como en adultos.

El NAMNE en el niño es bajo y en el adulto es alto.

El Namne es también una especie de nivel de conciencia de las cosas y del mundo que nos rodea. Es decir el nivel en el que un individuo es consciente de todo ello.

Pues dependiendo del nivel de conciencia que tenga uno unas mismas cosas le pueden sentar bien o le pueden sentar mal, aunque esas cosas sean las mismas en ambos casos.

Por ejemplo una mentira benial como la de la existencia de Peter Pan a un niño le sienta bien pero a un adulto le sienta mal, debido a que el grado de consciencia (Namne) del adulto es más alto que el del niño.

A un niño tambien le sentará bien un sentimiento competitivo que su tutor estimula en él para incitarle a adquirir las virtudes que necesita para su formación.

Por ejemplo cuando el tutor organiza una competición entre varios niños para determinar quién de todos ha sabido representar mejor una escena haciendo el papel de Peter Pan.

El ganador será condecorado con una medalla en la que figura la imagen de Peter Pan y ese niño con el trofeo será además nombrado como el Peter Pan de la semana.

Así que los demás niños de su grupo en vez de llamarle por su nombre le llamarán Peter Pan y ese niño mismo se sentirá ser Peter Pan en persona aunque en realidad no lo sea.

De ese modo el tutor induce a ese niño y a los demás niños que tiene a su cargo a que asimilen las virtudes de ese personaje de Peter Pan como son la nobleza, la bondad, la agilidad, la fluibilidad, la sutileza, etc.

En el caso de este ejemplo será difícil decir al niño ganador que él no es Peter Pan.

Pues el niño se identificará tanto con Peter Pan que él mismo sentirá que es Peter Pan e incluso lo dirá a todos los niños que él lo es y que lo deben de reconocer, lo exigirá a los demás, e incluso podrá enfadarse con quien no reconozca que él es Peter Pan.

Todo esto es así porque la mente del niño aún no está formada, es decir su nivel de comprensión de las cosas, el Namne, aún no es muy alto y en esa semana en la que un niño es Peter Pan no podrá reconocer ni comprender que no lo es.

Por eso lo mejor para su tranquilidad y la de los demás es dejar que él se crea que es Peter Pan, dejarle interpretar su papel e incluso tratarle como si lo fuera de verdad, al menos ante la captación que ese niño tiene hacia lo que los demás ven en él.

Esto es así pues el niño con un nivel de comprensión más bajo que el adulto se identifica con esos personajes que admira, lo cual es un medio natural para poder absorber las virtudes de esos personajes, con las cuales poder formar su personalidad, para así llegar a ser adulto en el futuro.

Sin embargo el adulto ya está formado y no le sentará igual de bien que al niño ser el Peter Pan de la semana.

Al contrario en el adulto esa envidia sana que el niño puede sentir hacia ese otro niño que es el Peter Pan de la semana se puede transformar en un auténtico odio destructivo, pues el niño necesita de esa envidia sana o competitividad deportiva para poder asimilar las virtudes del personaje de Peter Pan, y así formar su personalidad, pero el adulto ya tiene su personalidad formada, ya no necesita absorber las virtudes de Peter Pan, imitándole, y creyendo que él mismo es Peter Pan, y si adopta esta postura infantil entonces esa envidia sana hacia el "Peter Pan de la semana" se puede transformar en un odio destructivo hacia esa persona lo cual le lleve al enfrentamiento físico y a las guerras, por haber adoptado una postura infantil siendo ya un ser adulto.

Por eso en el pasado periodo infantil de la humanidad habían individuos que se identificaban con el mismo Dios Creador, y ellos mismos incluso pensaban que lo eran, y decían a los demás que lo eran, y podían enfadarse mucho si los demás no lo reconocían así.

Pues en ese pasado periodo infantil de la humanidad la sociedad humana aún no estaba formada, aún era una sociedad infantil y debía de imitar a todos esos dioses para poder asimilar sus virtudes, y asi formar su personalidad, la personalidad de una humanidad que en el futuro llegaría a ser adulta.

Ese era el único camino que la humanidad infantil del pasado al igual que el niño debía de seguir para poder formarse.

Pero actualmente la humanidad ya está formada y el sentirse ser Dios o algún dios específico o personaje como lo pueda ser Peter Pan ya no es constructivo sino destructivo.

Contar una mentira venial a un niño es bueno pero contársela a un adulto es destructivo.

Por eso es importante ser conscientes del nivel de conciencia o de actividad mental que un individuo tiene en su proceso de transformación de niño adulto.

Es decir ser conscientes de cuál es el Namne que cada individuo tiene.

Para así poder saber qué es lo que sienta bien y lo que sienta mal a cada persona específica.

Pues dependiendo del nivel de consciencia o Namne de cada uno una misma cosa le puede sentar bien o esa misma cosa le puede sentar mal, puede ser constructiva o puede ser destructiva.

Lo que es bueno para uno puede ser malo para otro.

Para un ser adulto no es bueno presumir de los propios logros.

Pues asi demuestra que ha conseguido algo muy difícil.

Es decir que deja ver que ha hecho un esfuerzo muy grande para poder conseguirlo y que lo ha logrado por su gran valor que ha puesto en ello.

Como objeto de su presunción intenta hacer ver a todos que lo que ha conseguido es muy difícil pero que él con su gran valía ha logrado alcanzarlo.

Eso destruye a la persona que así se presenta ante los demás.

Pues para conseguir alcanzar un logro difícil y que requiere esfuerzo la persona necesita hacerlo por placer es decir para que así el esfuerzo no sea realmente penoso sino un esfuerzo llevadero y feliz que le haga sentirse bien al realizarlo y le lleve a estar en forma y que además le conduzca a la meta.

Pero si el individuo que va tras un gran logro presume ante los demás de ser muy fuerte y muy valeroso por enfrentarse a grandes dificultades con ello él mismo transformará su propia conciencia haciendo que antes viese su esfuerzo como un placer y que después lo vea como un penosp sacrificio, pues así es cómo lo muestra ante los demás y finalmente termina creyéndoselo él mismo.

Por eso si continúa presumiendo de que él es tan fuerte y de que consigue unos logros tan difíciles su consciencia acerca de que lo que hace es un gran y penoso sacrificio seguirá creciendo hasta el punto de que ese esfuerzo ya no lo haga por placer sino con toda la conciencia de sacrificio, lo cual hará que sus fuerzas disminuyan.

 Pues las fuerzas aumenta cuando se ejercen por placer y disminuyen cuando se ejercen por sacrificio.

Ya que es el placer lo que agranda el esfuerzo al igual que el esfuerzo agranda el placer, del mismo modo que la noche es la que da contraste al día y el día es el que da contraste a la noche.

Sin embargo en el niño es al revés, pues al no poder aún comprender las cosas de un modo pleno la presunción es la única energía que le lleva a realizarlas, hasta el día que las pueda comprender.

Por eso la presunción en el niño y en el joven es normal y natural, y la necesitan para poder seguir trabajando en la formación de su propio ser.

De ese modo el niño recibe el estímulo de querer ser un profesional en algo, por ejemplo de querer llegar a ser un buen carpintero.

Pues el niño no comprende por qué debe de ser un carpintero, no entiende el sentido práctico en ello, porque su mente aún no está formada, y el único modo de inducirle a ser un carpintero es haciéndole ver que ser carpintero es algo muy destacado e importante, es decir ensalzarle los valores de ser carpintero, de modo que el niño quiera ser carpintero, no porque lo comprenda, sino porque siente que él también quiere ser destacado e importante como un carpintero lo es, y así el niño siente que es un carpintero aún sin serlo y ese sentimiento es la presunción positiva de un niño, que en este caso siente ser un carpintero aunque aún no lo es.

De ese modo el niño continuará estudiando la carpintería hasta el día en el que esté formado y su mente ya pueda comprender la necesidad de ser un carpintero y el manejo de las herramientas de carpintería y sea ya un carpintero.

Sin embargo esa misma presunción de ser carpintero en un adulto que ya es carpintero es negativa.

Pues el carpintero ya está formado y ya no necesita de la presunción natural y positiva de un niño para hacer ver a todos que es un carpintero, pues ya lo es, por lo que su presunción se transforma en negativa, y destructiva, pues puede llevar a la competencia violenta y enfrentamiento contra otros carpinterosy personas de su entorno.

La presunción profesional es buena para un niño pero es mala para un adulto.


Fernando Ortolà







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