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lunes, 20 de enero de 2025

La quietud observante

 Un árbol está quieto pero observante.

Un elefante come árboles y se parece a un árbol.

Cada cual es lo que come.

Las patas de un elefante parecen troncos de árbol.

Su trompa se parece a las ramas y las orejas a las hojas.

Me pregunto si el elefante también es observante igual como el árbol.

El ojo del elefante se parece al ojo que veo en las visiones, al tercer ojo.

Un gran Ojo observante que desde su quietud y via interna viaja por todo él universo, de astro en astro y de planeta en planeta, llevandome a mí con él y mostrandome todo lo que ve.

Me pregunto si el elefante también viaja por el universo con su vista.

Tal vez el árbol con su Ojo observante también viaja por el universo.

Una vez y ya un tiempo despues de haber empezado a tener visiones encontré al pie de un gran alamo un ojo que formaban unas ramas que se habian caido de el.

Senti que ese ojo era una comunicacion de ese árbol hacia mi.

Me quedé pensando que el árbol también tiene mis mismas visiones en las que un Ojo le lleva por el universo, y senti al atbol como un hermano en la misma experiencia que me daba ese saludo.

Después de una semana habian cortado el árbol y su gran y grueso tronco yacia sobre la tierra serradp a trozos.

Me lleve a casa un pedazo de su corteza como recuerdo.

Después recorde que ya desde hacia algun tiempo me fijaba en el árbol cada vez que pasaba por su lado y compartia mi extasis humano con él al igual que con los demas seres, dandole asi mi saludo.

Él sabiendo que se iba a ir también me vino a dar su saludo esta vez de despedida, para decirme que no me preocupase si  lo veía tendido en el suelo, pues él también está en contacto con el gran Ojo que llevará a su espíritu por el universo para seguir viviendo en otras formas y estadios de vida.

Esta experiencia fue muy emocionante para mí, pues era tan evidente, con el Ojo allí dibujado con ramas en el suelo junto al árbol que se fue en pocos dias.

Los árboles y toda la vegetación son seres vivos que en su quietud nos observan y nos sienten al igual que los podemos sentir a ellos.

Si les prestamos atención nos escuchan y responden.

Son buenos amigos, y mejores si los tratamos como tales.


Fernando Ortolá 


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