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lunes, 20 de enero de 2025

La liberación de la falsa identidad

El Ego es siempre ajeno a la persona que lo tiene.

El niño avanza con todo su ser y el adulto con el paso a paso de su caminar.

La mente son los sentidos, el ojo, a través del cual el creador capta a su propia creación, hecha con su mente.

Es como el Creador se percibe a si mismo.

El ego siempre es ajeno a la persona que lo tiene.

Pues reconociendo y aceptando a los demás, al prójimo, es como por contraste se imprime, se forma y se sostiene la propia personalidad, por contraste, por la impresión del entorno, hacia su centro representado por cada ser como centro de su propio emtorno que a su vez le imprime y forma su verdadera personalidad.

Por eso cuando alguien tiene un ego es porque está poseido por una voluntad invasiva y que es ajena a la propia voluntad.

Lo cual hace que el individuo poseido pierda su identidad verdadera y la aceptación hacia todos los seres que la forman.

Es decir que el individuo poseido vive un desbalance que va entre alabar exageradamente acuna persona o grupo de personas y por otro lado despreciar enormemente y de modo violento a otra persona o grupo de personas. En un desbalance en el cual la voluntad  e identidad verdaderas de ese individuo  a desaparecido, pues ya no están sostenidas por la aceptación hacia todos por igual.

En esa situación caótica de desbalance el individuo tampoco puede comprender lo que sucede pues también ha perdido su mente y sentidos naturales que le podrían permitir entender la situación, es decir hacer ver lo que sucede para poder salir de ello. Pues el entender, ver, comprender, ojo, sentidos, nervios, mente, consciencia etc, es todo lo mismo.

El creador siente su creación a través de los sentidos de todos los seres creados.

Es decir que para ello debe de aceptar y acepta a todos ellos por igual, para poder ver a través de los ojos de todos.

Por eso cuando un ser llega a la adultez por tendencia natural hace lo mismo que el creador, es decir que acepta a todos los seres, sintiendo a su vez que es un elemento del conjunto, es decir un individuo entre todos los individuos y seres que forman la sociedad humana y el universo de la Creación.

El individuo debe de seguir aceptando a todos por igual para que todos los seres sigan imprimiendo y sosteniendo la verdadera personalidad e identidad de ese individuo que acepta a todos por igual.

Tan solo cuando un individuo es un niño y como tal aun no está formado es cuando aun no es plenamente consciente de los demás seres, lo cual es a su vez una prevención natural que le protege, pues al no estar aun formado no está preparado para interactuar con los seres del entorno, es decir para intercambiar sus frutos con ellos tal como un ser adulto y ya formado si que hace por estar ya preparado para ello.

Por eso un niño no recibe aun su alimento vital a través del intercambio con los demás sino que es su tutor quien como buen jerarca se lo proporciona.

Hasta que el niño sea adulto y ya este preparado para interactuar con los demás.

Hasta entonces el niño tan solo recibirá el cuidado de su tutor el cual como ser adulto dirige hacia el niño la misma plena aceptación que dirige hacia los demás seres adultos.

Es decir que ve en él al mismo Creador al gran Rey del universo y así se lo muestra con mimos diciéndole: ¡Mi Rey! ¡Mi angel!... y cosas así como esa, mostrando así su gran amor, afecto y entrega hacia su hijo, al igual como el Creador a través de cada ser siente, ama y adora a su Creación y a todos los seres que la componen, y tal como a imagen y semejanza del Creador el tutor del niño al ser también un ser adulto acepta y ama a los demás seres ofreciéndoles el propio fruto y pidiéndoles igualmente el fruto de ellos que él necesita para sobrevivir, y que los demás seres adultos también le dan igual como el da su fruto a ellos.

Pero el niño no devuelve hacia su tutor la misma atencion que su tutor le da, pues aun no está formado para poderlo hacer.

Es decir que el niño se queda con todo ese cuidado y atencion recibidos de su tutor, se queda con todos esos piropos que su tutor le da como el de: ¡Eres mi Rey! ¡Mi angel ¡El mas guapo del mundo!  etc.

Aun así esos  piropos no crean un ego en el niño pues este lo capta como el amor de su tutor, captandole de algún modo su tutora ironía benigna dirigida hacia él y que de algún modo el niño también responde de algún modo aun inconsciente pero real con su gran amor infantil hacia su tutor que le quiere tanto.

Aunque el niño continua sin poder dar a su tutor la misma atencion que recibe de este.

Por eso se puede decir que el niño avanza con todo su ser y el adulto avanza paso a paso.

Pues el tutor es quien con sus manos alza al niño y lo lleva en brazos. El niño no ha tenido que caminar pues es su tutor quien le lleva.

El niño aun no está formado para poder caminar por sí mismo de un modo pleno, pues en la mayor parte es llevado por su tutor.

El adulto sin embargo ya está formado para poder caminar por su mismo de un modo pleno, y en cada paso acepta a un ser u otro del entorno realizando asi a lo largo de su caminar el intercambio de frutos con los demás seres adultos.

Cuando un adulto adopta una postura infantil se detiene su caminar y regresa a la atención que su tutor le daba de niño.

Pero su tutor ya no está y el necesita de su caminar adulto, es decir del intercambio de frutos con los demás seres adultos para poder recibir el alimento vital pues su tutor ya no esta presente para pode dárselo.

El adulto detenido y con postura infantil revive la atención recibida en su infancia y la retiene en el sintiéndose ser el rey absoluto, el angel salvador, y el mas guapo del mundo.

Es decir que se crea en el un ego  de superioridad hacia los demás, excepto hacia la persona o personas hacia las que refleja en ellas a su tutor de infancia, las cuales serán esas personas o persona que ese adulto infantil adorará con fanatismo con lo cual en el otro lado del desbalance aparecerán esas otras personas a quienes él marginará, en ese desbalance en el que se encuentra producido por el regreso a su condición infantil siendo ya un ser adulto.

Esta infantilizacion de un ser adulto producida en momentos de debilidad por el ataque de egos externos que poseen su voluntad.

El modo como le atacan es dándole los piropos que le dan a un niño, es decir haciéndole sentir que es un elegido, un ser superior.

Como los nazis hicieron con los alemanes por ejemplo, durante un momento de crisis y debilidad en Alemania.

Pues de ese modo al ser poseído por el ego ajeno el ser adulto pierde su personalidad y voluntad, y entra en un círculo vicioso en el que le es difícil entender y ver lo que sucede y salir.

Esa posesión de los egos ajenos asaltando a los seres adultos durante un momento de debilidad continua sucediendo, se transmite de unos a otros como la mordedura de Dracula, el mítico vampiro personalizado por el cine, y como el contagio de una epidemia de crisis de identidad a través de la que se transmite la falsa identidad del ego poseyendo a las personas.

El ttabajo de estudio y comprensión de lo que la cenuítica dice ayuda a liberarse de ese problema.


Un abrazo.


Fernando Ortolá






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