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domingo, 23 de junio de 2024

El efecto Fes (2)



Desde pequeño suelo entrar periódicamente en estados de éxtasis en los cuales he sentido un gran amor hacia el Padre Universal y hacía todos los seres.

Una profunda paz, un extra relax.

Eso ha sucedido al ponerme a pensar en cosas profundas y comprenderlas, es entonces cuando se produce el éxtasis.

Cuando algo me hace descender del éxtasis súbitamente a través de un mal sentimiento me suelo quedar atrapado en las formas geométricas de los objetos físicos del entorno, la luz que sentía se queda atrapada en estos y lucho por recuperarla, a la vez que intento sostener la forma física y real de esos objetos que parecen desmontarse en mi mente. Necesito ponerlos en equilibrio y situarme en equilibrio ante ellos para que la realidad de su existencia siga manteniéndose.

Con el tiempo he ido comprendiendo este fenómeno psíquico y mental, al cual denominó el Fes.

Ese efecto me ha enseñado que al subir al Padre Universal con mi éxtasis me vuelvo partícipe de su creación de la cual forman parte los objetos de mi entorno los cuales junto al Padre Universal sostengo con mi mente con la cual esos objetos han sido creados, se mantienen y son conducidos con la mente del Padre Universal y con mi mente cuando al llegar a él con el éxtasis soy partícipe de su creación.

Pero al descender súbitamente de ese estado de paz profunda movido por un mal sentimiento entonces esos objetos del mundo material de mi entorno que mi mente estaba sosteniendo desde el éxtasis empiezan a desmontarse en mi mente, no en la realidad, es solo un efecto que capto dentro de mi mente, pues afuera esos objetos continúan estando en donde están sin ninguna alteración física.

Es solo una señal que se produce en mi interior, en mi mente.

Al mismo tiempo que caigo atrapado por esos objetos me atrapa igualmente la batalla interna y mental con ese otro ser hacia el que he tenido un mal sentimiento.

Quedamos luchando los dos mentalmente a un lado y a otro de los objetos materiales que se desmontan ante mí en mi mente.

Por más que intento con mi cuerpo y con mi mente recomponer esos objetos físicos no lo consigo.

La deformación de estos me ha sujetado a la batalla mental interna con mi enemigo la cual alimenta esa deformación de los objetos y estos alimentan la batalla en un círculo vicioso del que no se puede escapar.

Con el tiempo he aprendido que ese fenómeno psíquico es una señal del Padre Universal para indicarme que debo de regresar al éxtasis.

Es decir no intentar recomponer los objetos físicos del mundo de la creación por mí mismo, sino que debo de regresar al Padre con mi corazón, con todo mi ser, y cuando lo hago y regreso al Padre entonces ese efecto psíquico desaparece directamente, el Padre lo ha hecho por mí, él ha equilibrado sus formas, le ha dado la realidad y la vida de siempre, ya no se deforma mi mente, todo ha regresado a la realidad, y de nuevo me halló en el éxtasis junto al Padre Universal.

Varias caídas del éxtasis al suelo me han mostrado que debo de permanecer en el éxtasis, que debo de permanecer Ahí.

Hay que permanecer en el amor hacia el Padre Universal sobre todo las cosas y dejar que sea él quien con su mente y su malla sostenga a los objetos materiales de su creación dándoles la justa forma, el justo equilibrio, el justo color y la justa existencia, según es su voluntad tal como es también la mía verdadera.

Y seguir amando al prójimo como a mí mismo tal como es también la voluntad del Padre y la mía verdadera.

Mientras he pensado en estas últimas cosas que he escrito he vuelto a sentir el éxtasis del Ahí en mí y he vuelto a comprender que a través de la señal del Fes el Padre Universal me muestra que he salido del Ahí , de su amor, y que debo de regresar a él, a su amor, que está dentro de mí, dentro de todas las cosas, y dentro de todos los seres, para que él sea quien siga creando, manteniendo, sosteniendo y conduciendo su mundo con todos los objetos materiales que este contiene, dándoles la forma con su mente, con la malla, y llevándolos hacia la realización final.

Estar Ahí en el éxtasis del Ahí y en el amor del Padre en realidad es sencillo y el Padre Universal da la posibilidad a todos para que podamos estar Ahí, no nos lo pone difícil, y estoy agradecido de que él me de la oportunidad de poder sentir ese éxtasis y de que me avise de ese modo tan sencillo a través del efecto psíquico del Fez para indicarme que he salido del Ahí, sin querer, a causa de un mal sentimiento que ha podido ser muy pequeño, pero me ha sacado del éxtasis del Ahí y del amor del Padre y debo de regresar, y a través del Fes lo indica que caído en ese duelo que me han declarado enfrentándome a un enemigo que tampoco he elegido sino que me ha elegido a mí y en cuya trampa he caído en la guerra que me ha declarado de la que debo de escapar y regresar al éxtasis del Ahí, pues si no lo hago me quedo atrapado en ese duelo, en esa dualidad, en esa mente afuera del lugar, y materia afuera de lugar, afuera de la realidad de la creación del Padre, y saltando de un lado a otro del desequilibrio que rodea a esa oscura batalla, a veces en el lado del perdedor, a veces en el lado de vencedor, pero ambos lados igualmente oscuros, igualmente infelices, tanto cómo perdedor y tanto cómo vencedor, hasta que me doy cuenta de lo que el Padre Universal me avisa a través de ese fenómeno psíquico con el que siempre me evita caer en problemas mayores, pues al captarlo me doy cuenta del aviso del Padre diciéndome:

"... Cuidado, has salido del amor central, del amor verdadero, del Ahí y debes de regresar, y para regresar no tienes más que seguir la norma natural del ser adulto de la humanidad adulta actual que es activar tus esencias, tu cuerpo, tu mente, tu identidad y tus emociones, confiando en mí, en el Padre Universal, en que yo te voy a llevar, para que todo salga bien según es el propósito de mi creación a la cual llevo hasta su realización final..."

Estar Ahí en el éxtasis está al alcance de todos, tan solo hay que estarlo por dificultades que se hayan presentado, no hay nada que impida estar plenamente de nuevo en el amor hacia el Padre Universal sobre todas las cosas y en el amor hacia el prójimo como a uno mismo, para que así el Padre Universal tal como siempre hace resuelva todos esos problemas, por lo tanto no queda más que estar Ahí en el amor del Padre Universal, Ahí como siempre, Ahí , amándolo a él sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.

Hoy he pasado por la iglesia de Santa Hanna (Oosterkerk). No he entrado dentro sino que he pasado por un túnel contiguo a unos cincuenta metros del lugar donde está la iglesia y que era la entrada a la escuela católica que antes estaba al final de ese túnel y que ahora ya no está, ha sido sustituida por edificios, pero la Iglesia continúa y el túnel que llevaba a esa escuela también sigue estando.

Es curioso como los símbolos de esa iglesia con su cruz desviada a cuarenta y cinco grados de la fachada y del cuadrado de su recinto y el reloj también desviado a 45 grados me muestran una conexión plena con mi experiencia espiritual de estos últimos días en la cual he visto cómo el cuadrado cruzado dentro de los cuadrados forma la estrella del Ahí junto con esos cuadrados que es una estrella de ocho puntas con la cual suelo representar graficamente el éxtasis del Ahí y que está dentro de todos los seres y de todas las cosas, y en mi mente aparecía ese gráfico de esa estrella de cuatro brazos cruzada dentro de un objeto cuadrado y representando al amor del Padre Universal que está dentro de ese objeto y que disolvía a todas las deformaciones que ese objeto pudiera tener en mi mente, todo el Fes, haciéndolo desaparecer totalmente en el momento de estar en el amor interior que está dentro de ese objeto y dentro de mí y dentro de todos los seres y todas las cosas, todo vuelve a la realidad, todo se llenan de la luz del Padre Universal.

Ese pensamiento he tenido estos últimos días con esa estrella de cuatro puntas naciendo de forma cruzada dentro de los objetos cuadrados para formar junto a estos una estrella de ocho puntas que simboliza la estrella del Ahí y el amor del Padre Universal presente dentro de cada objeto, de todo y de todos.

Justamente al pasar por el túnel de la Iglesia y después por su fachada a la que he hecho una fotografía he visto que la cruz de arriba está cruzada, exactamente tal como eran mis pensamientos en estos últimos días que me han llevado a sentir el éxtasis del Ahí. La cruz estaba girada a 45⁰ hacia la izquierda, al igual que su reloj que también estaba girado a 45⁰ hacia la derecha, lo cual son coincidencias que muestran de nuevo como siempre la existencia del Padre Universal por arriba de nosotros moviendo todos los hilos y dando la forma a cada objeto de su creación, sosteniéndola, manteniéndola, y llevándola hacia su realización final, al igual que a todos sus hijos que son todos los seres creados. Por lo que eso vuelve a dar el mismo mensaje de que hay que estar siempre en el amor del Padre Universal sobre todas las cosas y en el amor hacia el prójimo como auno mismo, es decir, en el éxtasis del Ahí, siempre Ahí como siempre, Ahí.

Que Ahí sea.


Fernando Ortolá 

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