Sentado con los pies en agua caliente en una habitación totalmente oscura.
Esta es una de esas visiones panorámicas en las que hay un campo de visión tan amplio que me da la sensación de estar dentro de la imagen, en el escenario que muestra.
He visto el ojo pequeño que se desplazaba ligeramente hacia la derecha en un amplio cielo nocturno y estrellado. He visto que, debajo de ese cielo por donde iba ese ojo, aparecía la silueta de unas montañas. Se veían oscuras por ser de noche. Mi punto de mira no estaba ni arriba ni abajo, sino más o menos en medio, pero en el aire, pues las montañas las veía debajo de mí.
En el momento en el que el ojo, con su lento desplazarse hacia la izquierda, ha avanzado un poco más, este se ha transformado en un aparato volador que también se veía pequeño, igual que el ojo. Era un artilugio entre cuadrado y rectangular. Desde la mitad de su lado superior salía una varita hacia arriba que tenía más o menos la misma altura que el cuerpo cuadrado del objeto y se veía también como una silueta negra. Arriba de la varita había un círculo blanco, más o menos del mismo tamaño que el cuerpo de la parte baja del objeto. Daba la sensación de ser una potente antena receptora, pues todo el aparato en su conjunto tenía esa forma de antena receptora de ondas o vibraciones.
En el momento en el que el ojo se ha transformado en ese aparato volador —el cual ha seguido desplazándose hacia la derecha a la misma velocidad que lo hacía el ojo, de un modo lento y pausado—, las siluetas oscuras de las montañas que se veían debajo de su trayecto han cambiado de aspecto y las he visto con una textura homogénea de azul oscuro y con una pequeña silueta oscura de una forma que se repetía por todas las superficies que ocupaba la silueta de las montañas. Era parecido a esos patrones de formas repetitivas que se ven a veces en algunos jerséis hechos a máquina. Ese pequeño patrón se repetía dando la sensación de que las montañas eran como un recorte de un papel con el patrón de un pequeño dibujo de silueta negra que se repite.
La textura de ese recorte de papel que dibujaba las montañas se parecía mucho a un papel de regalo; un papel de regalo que tapaba de un modo muy ceñido a las montañas. Lo cual, como una interpretación directa, sugiere que las montañas son un regalo. Un regalo hecho desde el cielo. Pues, justamente cuando el aparato volador pasaba por encima de las montañas, apareció en estas ese papel de regalo encima. Es decir, que si las montañas representan la Tierra, entonces la interpretación de la visión puede continuar diciendo que la Tierra es un regalo del cielo. Ese papel de regalo que aparecía encima de las montañas tenía un fondo de azul oscuro lo suficientemente claro para poder ver que se trataba de un azul como el del cielo. Lo cual es otro detalle que también indica que ese regalo viene del cielo.
A continuación, y poco después, he visto que el cielo nocturno estrellado de fondo sobre el que volaba ese aparato ha cambiado totalmente de aspecto, transformándose en otro patrón repetitivo que, en este caso, era diferente al del papel de regalo de las montañas. La textura del cielo aparecía con un color verde aceituna ligeramente oscuro y sobre él se repetía un patrón de dibujo con un tamaño y constante similar al de esas paredes antiguas empapeladas con patrones que representan una hoja o una flor.
Verde indica naturaleza, verde aceituna indica antigüedad ya que el olivo es uno de los árboles que más tiempo vive. Un verde aceituna pulido indica una naturaleza (verde) muy evolucionada (olivo) una civilización antigua y tecnológica (verde pulido).
Esos patrones repetitivos en las montañas y en el cielo me indicaban que eran frecuencias emitidas por esos aparatos tecnológicos los cuales a través de esas frecuencias estaban manteniendo y sosteniendo la realidad de esas montañas y de ese cielo es decir del universo en general.
En este caso, el patrón o dibujo que se repetía en la textura del cielo era de una especie de laberinto circular hecho con un grupo de círculos concéntricos ligeramente deformados, adoptando una forma laberíntica particular tejida por esos círculos concéntricos u ondas paralelas y curvas.
Si las montañas eran un regalo del cielo y el cielo tenía un patrón de ondas, y además ese aparato volador parecía una antena receptora de ondas, entonces todo ello parece indicar que ese regalo del cielo que son las montañas y la Tierra parece haber venido a través de unas ondas específicas captadas y emitidas o transmitidas por ese aparato volador a través de esa antena situada encima de él.
El hecho de que el fondo del patrón que se veía en el cielo sea un verde aceituna oscuro lo asocia a la vegetación. Si es un color verde oscuro e intenso, significa una vegetación intensa o experimentada. Ese color verde aceituna oscuro se veía como una superficie muy pulida y limpia, denotando también una alta tecnología, al igual que la mostraba ese aparato volador o esos patrones repetitivos. Si ese color verde que representa la vegetación está en el cielo, y el cielo es lo que trae el regalo de las montañas de la Tierra (es decir, trae la vegetación), eso significa que ese verde aceituna en el cielo es otro planeta con una alta tecnología y una vegetación muy desarrollada y bien cuidada, mostrando así que es ese planeta el que ha traído la vegetación y la vida a la Tierra.
El círculo pequeño y elevado con una varita que se veía arriba del aparato volador vuelve a indicar lo mismo. Pues es un círculo que puede parecer realmente otro planeta; además, es un círculo blanco que puede representar un foco de luz que llega a traer la vida a un lugar oscuro, que es como se veían las montañas de abajo y la Tierra.
Después de estas imágenes, en la parte superior derecha de este amplio campo de visión, se ha abierto otra imagen como proveniente de un cielo más alto que el que estaba observando. Esa nueva imagen ha ido ocupando todo el campo de visión, pero quedándose centrada en esa parte derecha. Lo primero que he visto son dos pequeñas esferas de metal muy pequeñas, pulidas y relucientes, en las que brillaba el reflejo de la luz externa. Esas dos pequeñas esferas de metal estaban distanciadas la una de la otra y de cada una de ellas han empezado a salir círculos concéntricos de color claro.
Esos círculos concéntricos, al expandirse a partir de cada una de las dos pequeñas esferas, se han unido en el centro y han empezado a deformarse, pasando de ser círculos concéntricos a ser líneas paralelas y curvas que aparecían en distintas direcciones y que, con un aspecto de ondas, formaban dibujos parecidos a laberintos. Las líneas de esas ondas se movían bastante deprisa y de un modo activo a medida que las pequeñas esferas se desplazaban en cortos trayectos, pareciendo que con ese movimiento estaban produciendo esas ondas que dibujaban un patrón específico. De esas dos pequeñas esferas han nacido otras esferas igualmente metálicas y brillantes, de las cuales han seguido apareciendo más ondas que se desarrollaban desde formas regulares hasta otras más aleatorias y mezcladas entre sí.
Así se han desarrollado hasta formar un pequeño universo lleno de ondas con dibujos de distintos patrones que conectan a las distintas esferas de metal similares a los astros. Lo cual muestra que la Tierra es una de esas pequeñas esferas creada con uno de esos patrones específicos de ondas, y que es el patrón que se repetía en la imagen anterior sobre el cielo verde aceituna (el cielo de la Tierra), desde el cual, a través de ese patrón de ondas específico proveniente de ese lugar tecnológico más alto, se ha formado la vegetación y la vida.
A continuación, en ese mismo lugar donde veía esas pequeñas esferas con las ondas, ha aparecido el interior de una sala tecnológica, la cual veía con toda claridad. Era una sala oscura pero con suficiente luz como para ver lo que sucedía en ella. Allí había gente de pie, como reunida. Todos parecían altos y erguidos. Tenían unas túnicas largas y de varias capas con aspecto de abrigo; es decir, con capas gruesas. No me ha parecido ver antes ese tipo de vestimenta; eran túnicas hechas con un material muy sofisticado y elaborado, una suerte de túnicas futuristas entre una mezcla de túnicas y chaquetas largas. El conjunto de la vestimenta parecía un cono estrecho y alargado, y sobre su punta superior una pequeña esfera que era la cabeza, sin pelo o con el pelo tan corto que no lo podía percibir.
Por sus poses y movimientos, había hombres y mujeres. Aunque con esa vestimenta y sin cabellos largos se veían todos muy similares. Daban una sensación muy tranquila y serena, como muy satisfechos consigo mismos y con el contacto entre ellos. Muy diferente a la típica imagen de los extraterrestres excitados con sus actividades tecnológicas; era una atmósfera totalmente de relax.
En el medio de esa sala había una columna de aproximadamente un metro de diámetro y de unos tres metros de altura. Ese aparato de forma alargada y vertical tenía su base más ancha, como un pedestal, de quizás 1,20 m de diámetro. La base, que tendría aproximadamente un metro de altura, era de color negro liso y brillante. El resto de la columna tenía casi la misma anchura, pero era de un material más rugoso, algo parecido al caucho o un metal no tan liso. Alrededor de la columna había pegados unos pequeños platos de color negro más oscuro que estaban repartidos de modo equidistante. El conjunto de la columna parecía una gran antena con distintos platos receptores. Tenía aspecto de un cono que se iba estrechando ligeramente hacia la parte superior, la cual era redondeada.
En cierta manera, esa antena tenía un aspecto similar al Ose, que es esa esfera de metal que suelo ver en las visiones y que tiene ventanas poligonales. En el caso de la columna, esos platos oscuros se asociaban con las ventanas oscuras de Ose, como si ambas cosas perteneciesen a una tecnología similar.
He visto cómo una de esas personas —una mujer— llegaba a la sala y, al hacer acto de presencia, tocaba uno de esos platos oscuros de la columna como una especie de contraseña. Me daba la sensación de que, al tocarlo, indicaba el lugar o la parte del universo de la cual procedía para reunirse con las demás personas. Es como si cada uno de esos platos fuese la antena que ha captado la vibración de esa zona del universo, permitiendo a la persona llegar a través de un salto dimensional o teletransportación.
Se trataba de una reunión de gente proveniente de distintas partes del espacio. He visto a un grupito de ellos cerca de la columna central; tranquilos, serenos, disfrutando de la compañía mutua. Había distintas alturas y todos vestían la misma túnica. Daba el aspecto de una fiesta serena de encuentro, como en una especie de "disco-pub" galáctico, aunque sin alcohol, tabaco ni música fuerte, sino con una sintonía de gran calma y armonía.
Las cabezas de los allí presentes se parecían mucho a las pequeñas esferas de metal que creaban ondas concéntricas. La imagen mostraba como si ellos mismos, con sus mentes, fuesen quienes —emanando ondas mentales— creasen los distintos planetas del universo a imagen y semejanza de la relación existente entre ellos. Es decir, que en la dimensión más alta en la que ellos están, sus cabezas emanan esas ondas que en una dimensión más baja (la nuestra) crean planetas con vegetación y vida.
Según esta equivalencia, nuestro planeta Tierra equivale a una "cabeza" de esos seres más elevados, es decir, al proceso de nacimiento de unos seres de más evolución. Por eso, cuando esos seres crean nuestro universo, en realidad se están procreando ellos mismos; están creando planetas que son embriones que van a transformarse en seres de dimensión más alta, como esos que estaban en torno a la antena de platos.
En el centro de la Tierra hay una esfera metálica, según se dice, lo cual encaja con esta visión. Esa esfera pequeña en relación con la masa de la Tierra puede ser una de esas pequeñas esferas metálicas que he visto multiplicarse. Enlazando ambas informaciones, parece ser que esa multiplicación de esferas que crean el universo se produce de un modo artificial por seres de mayor evolución a través de sus mentes y tecnología. Después, van tratando esas esferas rodeándolas de capas minerales, vegetales y animales hasta llegar al ser humano.
Esa creación mental es también la forma en la que esos seres se reproducen. Lo que crea el universo es la unión de sus mentes, representada por las ondas que salían de las dos esferas iniciales. Estos seres de evolución más alta se reproducen cuando sus cuerpos mentales entran en contacto entre sí. Como fruto de la unión entre ellos, nacen los universos en los que vivimos. Aunque esos universos aún no son seres como ellos, lo serán a través de la evolución, como un feto dentro de la barriga de su madre. El feto de un cuerpo mental es un astro, un planeta o una galaxia que evoluciona hasta transformarse en un universo entero que nace en esa vida superior.
Todo el universo es una mezcla de los pensamientos con los que esos seres entablan una relación amorosa. La unión de nuestros cuerpos físicos produce seres físicos; la unión de sus cuerpos mentales produce seres mentales. Ellos nos protegen y cuidan como hijos hasta que alcancemos el mundo en el que están.
Por encima del estadio físico está el mental, por encima el emocional y, sobre este, el de la identidad. En el mundo actual hay muchas parejas unidas solo por el cuerpo físico, pero no por el mental, emocional o de identidad. Existen menos parejas que logran la unión mental, y muchísimas menos que alcanzan la unión emocional o de identidad (espiritual). Lo mismo ocurre con otros tipos de amor: profesor, vecino, hermano, etc. El nivel espiritual es el mismo que el de la identidad, pues ambos son atributos de la "primera esencia C".
Tal vez con un compañero de trabajo se está unido físicamente, pero los pensamientos no están en armonía o la espiritualidad difiere (uno budista y otro cristiano, por ejemplo). Todos debemos estar unidos y armonizados en los cuatro niveles para que todo vaya bien y cesen las guerras y enfermedades.
Sigo con las imágenes vistas en esta serie Ena 152:
El brillo de luz verde en la sala me ha hecho pensar en esos tres objetos interestelares calificados como procedentes del exterior de nuestro sistema solar. Al tercero de ellos, el 3I/Atlas, también se le ha visto un brillo verde alrededor. Recuerdo que en octubre de 2013, estando en mi casa, vi por la ventana un enorme objeto volante: un rectángulo alargado con una luz cegadora. Es uno de los ovnis más próximos que he visto. En su parte delantera tenía una ancha cúpula de destellos de luz verde. Ese "fuego verde" delantero se parecía al fuego propulsor de un cohete, pero estaba en la parte frontal.
En su día no lo asocié a un cometa ni a propulsión; simplemente lo vi. Incluso mi hijo lo presenció y comprobó en su móvil que no había rutas de aviones en ese momento. Aquel avistamiento del 6 de octubre de 2013 fue un presagio del cometa 3I/Atlas, que pasaría el 19 de diciembre de 2025 en su punto más próximo a la Tierra (exactamente 12 años después). En 2013 ya escribía sobre saltos dimensionales. Los saltos dimensionales no solo saltan el espacio, sino también el tiempo, hacia el futuro o el pasado. Tal vez el cometa 3I/Atlas saltó dimensionalmente al pasado para avisarme de su llegada.
Al aparecer el 3I/Atlas cerca de la eclíptica y de Júpiter, pensé que podría tratarse de un salto dimensional desde otro sistema solar, cayendo en el horizonte de la "esfera entronizada", tal como la cenuítica indica con sus fórmulas. El avistamiento que tuve es tal vez un contacto de la tripulación de ese "cometa" para que contara estas cosas.
En 1977 viví una anécdota paranormal: en una plaza de Madrid, escribí que este mundo está mal y que en 2025 vendría una invasión extraterrestre para guiarlo, pero que no debíamos preocuparnos porque estábamos perdonados. Un amigo escéptico me preguntó quién me lo había dicho; le respondí que Dios. Él retó a que Dios se lo dijera a él. Al ir a beber agua a una fuente, apareció un hombre que levantó la mano y dijo: "Soy Dios", y repitió exactamente lo que yo había escrito.
Ya en 2025, el año inició con oleadas de avistamientos. Y ahora, al final del año, el cometa 3I/Atlas confirma lo visto 12 años atrás. El 2013 fue también cuando publiqué el primer libro de cenuítica: "De la Nada al Todo". Desde 2009 tengo contacto con Kinomi, un extraterrestre; contacto que se hizo telepático en 2013 y visual (mediante las Enas) en 2016.
La siguiente visión de esta Ena 152 es la del ojo llegando a la superficie de un planeta con un bosque nevado y casas de tejado en punta. Un ambiente muy navideño, pero sin signos comerciales como Papá Noel o luces; solo naturaleza y nieve. Después vi las dos naves Ose muy cerca la una de la otra, flotando en el aire, con sus ventanas poligonales distribuidas de forma equidistante. Parecían dos grandes globos dialogando en la atmósfera.
Esta última imagen explica que esas dos bolitas de metal que crean el universo son esas dos Oses, relajadas tras el trabajo realizado. Me da la sensación de que estas naves nodriza contienen otras pequeñas esferas (creadoras de universos) que viajan por las ondas para saltar en un instante el tiempo y el espacio. Esas bolas de metal que se ven por todo el mundo saltan desde las naves nodriza hacia los lugares que observan, pues también funcionan como ojos que transmiten información.
Con el paso del cometa 3I/Atlas se han visto infinidad de estas esferas. Esto refuerza la idea de que vienen teletransportadas desde la nave nodriza. Es curioso que el ciclo sea de 12 años, que es el ciclo de Júpiter (lo que tarda en dar una vuelta figurada en torno a la Tierra). Tal vez ese punto favorable de las órbitas se produce cada 12 años, facilitando que las naves de Júpiter o las teletransportadas a su órbita exterior puedan llegar a la Tierra.
Pues desde que tuve el avistamiento el 6-10-2013 de una nave similar al "cometa" 3i/Atlas hasta que llegó el "cometa" 3i/Atlas en su mayor proximidad de la tierra el 19-12-2025 pasaron 12 años y en ambas ocasiones Júpiter estaba rondando los 21 de Cáncer, el día del avistamiento estaba a 19 grados y el día de la llegada del "cometa" estaba a 21 grados.
¿Será ese el punto favorable de la órbita para poder saltar dimensionalmente de Júpiter a la Tierra y viceversa?
¿Existe alguna parte o satélite de Júpiter habitado o que tenga una base espacial de alguna civilización del espacio exterior?
Link a la entrada referida:
https://cenuitica.blogspot.com/2013/11/los-ovnis-verdes.html?m=1
Fernando Ortolá
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