Imagínate un gran globo como una montaña de grande.
Un gigante más grande que la montaña se acerca al globo y lo dobla en ocho creando dos bucles los cuales parecen dos globos separados pero siguen unidos en su centro. Cada uno de los dos globos lo vuelve a doblar en ocho apareciendo así cuatro globos y todos ellos unidos en su centro. Continúa dividiendo cada bucle en más sub bucles hasta que hay una gran cantidad de pequeños sub bucles todos unidos entre ellos. Después viene un hada y con su varita mágica hace que la unión entre los pequeños globos se transforme en pequeñas cuerdas finas transparentes, elásticas y transitantes (transitantes significa que se puede pasar a través de ellas). Así que con esa nueva función cada globito de los cientos de globitos que hay cobra vida propia e independiente y se va a vivir a un sector de la montaña.
Después el hada con otro toque de su varita transforma a los globitos en personas las cuales construyen sus casas y se comunican entre sí. En uno de los valles junto a la montaña forman una gran ciudad.
Un día hubo una pelea de dos en una plaza.
Al llegar cada cual a su casa y hacerse de noche en ninguno de los dos podía reconciliar el sueño. Uno de ellos soñó que era un gran globo y que una parte de dentro de él se había deteriorado y le hacía daño. Le molestaba tanto que hasta el lloró en sueños.
El daño era tan insoportable que salió corriendo de casa y se fue a la plaza del pueblo a tomar el aire fresco. Allí se sorprendió al encontrar a esa persona con la que se había peleado durante el día. Esta le dijo que había soñado lo mismo que él y que había ido a la plaza por lo mismo para despejarse también de ese dolor. Entre los gemidos de dolor de los dos se apareció el hada.
Les dijo que tenía la solución para el mal que de los dos padecían.
Con un toque de su varita hizo aparecer las cuerdas que unían a todos los que estaban durmiendo menos a esos dos que se habían peleado y que estaban en la plaza. Hizo que esas cuerdas tomaran la distancia que tenían originalmente lo cual hizo que todos los habitantes de la ciudad referente apareciesen unidos formando una gran pelota. Los dos contrincantes seguían sentados en su banco en la plaza totalmente estupefactados por esa escena.
El hada para que no se asustasen les dijo que todas esas personas regresarán a su estado normal antes del amanecer y cuando despierten lo recordarán todo cómo un sueño. Pues aún era de noche y las estrellas brillaban en el cielo.
Después con otro toque de la varita todas las personas unidas en una gran pelota de gente se transformaron en globitos. Después el hada llamó al gran gigante que descansaba en las profundidades de su gran cueva. El gigante vino y el hada le dijo que volviera a desliar las partes del globo para que este se completase. El gigante así lo hizo y fue soltando todas las sub dobleces y dobleces que en un principio había hecho con el globo. Un gran globo completo entero y reluciente apareció ante las asombradas miradas de los dos boquiabiertos espectadores. El globo brillaba con luz propia, emitía una dulce melodía, e incluso saldía de él una cálida brisa con un agradable aroma. Toda la atmósfera se llenó de paz y bienestar transmitido por el gran globo.
En el gran globo apareció una cara sonriente, aunque a la vez le rodaban unas lágrimas por las mejillas. Los dos jóvenes sentados en el banco al verle llorar se levantaron a una y le preguntaron: ¿Por qué lloras?
El globo les mostró una parte oscura de su interior, un pequeño círculo, expresando que le producía dolor. Los jóvenes con valentia y haciendo un pasional gesto de afecto hacia tan amable globo se levantaron del banco de un salto y ledijeron casi al mismo tiempo: ¿Que podemos hacer por ti?
Al oirles y sin decir palabra el globo asintio y con su expresion les invito a entrar a su interior por una puerta que habia abierto al lado. A los jovenes empujados al principio por un arranque de valor les recorrio un pequeño escalofrío de temor ante una situacion que les empujaba a entrar en el globo, y miraron al gigante de reojo como queriendole decir con el gesto: "Tal vez tu puedas..."
Pero el gigante que permaneció todo el tiempo sentado sobre la iglesia contemplando la escena era demasiado grande para entrar por esa puerta. Los dos jovenes mitaron al hada insinuandole lo mismo.
Pero el hada que estaba sosteniendo todo lo que sucedia con un hechizo de su varita tampoco podia entrar, pues si lo hacia desapareceria todo cuanto ella habia producido con su magia. Asi que armándose de nuevo de valor los dos jovenes entraron en el globo por aquella puerta.
Despues de pasar por un pasillo de blanca luz llegaron a una sala blanca en donde en su centro habia una esfera oscura flotando a media altura del suelo. Esa bola ingrabida olia mal y emitia desagradables sonidos.
Ellos al ver aquella mostruosidad querian regresar hacia atras pero la puerta de la sala se cerró. Se quedaron observando aquella masa oscura y una escena aparecio en medio de ella.
De pronto se vieron a si mismos peleando en la plaza, a cada golpe de su pelea salia un chorro de energía oscura hacia las paredes blancas de la sala y se oia a la lejania un gemido de dolor del globo. En vista del daño que esa pelea estaba haciendo al globo. Los dos jovenes gritaron al mismo tiempo a los dos contrincantes:
¡No! ¡Parad! ¡Dejar de golpearos por favor!
De pronto los dos se miraron el uno al otro y exclamaron:
¡Pero si somos nosotros!
De pronto comprendieron.
Se les iluminó el rostro, sonrieron y seguidamente se chocaron la mano. La gran bola oscura había disminuido a la mitad de tamaño, y al mismo tiempo en la lejanía se oyó una gran expresión de alivio del gran globo: ¡Ah...!
Los dos jovenes al oir la mejora del gran buen globo se dieron un pulgar arriba el uno al otro cómo gesto de aprobacion y se dieron un gran abrazo fraternal. Al momento esa bola oscura desapareció totalmente y al instante la gran exclamacion de alegria del gran globo que sonaba en la lejania: ¡Bien...! ¡Al fin...! ¡Que alivio...!
Los dos jovenes chocandose la mano una vez más salieron de nuevo del globo por aquel pasillo blanco.
Al salir les esperaban sonrientes el hada y el gigante los cuales les aplaudieron fervorosamente.
Las manos mágicas del hada encendían los árboles de la plaza cada vez que se juntaban para dar un aplauso.
Se encendió una alegre fiesta discotical al aire libre.
Cada vez que el gigante juntaba las manos para aplaudir se producían suaves vendavales de calor acariciante.
Cuando terminó ese majestuoso y agradecimiento pálmico todos dirigieron la mirada hacia el rostro del complacido globo el cual dando un gran suspiro de agradecimiento añadió al lugar su efecto musical que hacía volar por el aire las hojas otoñales y despertar a los pajarillos en sus nidos para que vinieselas regalar un bonito canto nocturno para celebrar tan glorioso momento.
Una vez terminada la espontánea ceremonia y tras haberse hecho un breve y satisfecho silencio helada mirando al gigante le pidió dirigirse hacia el globo.
El gigante abrazó al globo y este volvió a quedar dividido en cientos de pequeños globos unidos entre sí, todos ellos conteniendo la misma luz que el globo grande tenía antes de fraccionarse.
Después el hada se acercó lentamente a los pequeños globos y dándoles un suave toque con su varita los transformó de nuevo en personas independientes que volaron cada una hacia sus respectivas casas de la población en donde siguieron durmiendo plácidamente.
Al mismo tiempo los dos jóvenes despertaron en sus respectivas camas y se dieron cuenta que todo había sido un sueño dentro de otro sueño.
Al despertar los dos corrieron cada cual a la casa del otro, y encontrándose en medio del camino se dieron un fuerte abrazo.
Habían aprendido bien la lección.
Nunca más volvieron a enfrentarse y para siempre vivieron con armonía entre ellos como buenos amigos.
Recordando siempre ese mismo sueño que tuvieron los dos al mismo tiempo y lo grande que es el premio de la paz.
Fernando Ortolá
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