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sábado, 20 de diciembre de 2025

Los "malos espiritus"

 El Creador es el gran buen espíritu y su creación es su palabra hecha realidad.

 Cada forma física creada es una palabra suya pronunciada.

Su voz está llena de paz y entre sus palabras existe una armonía perfecta.

Los lados que componen la silueta de cada forma creada son las letras de una palabra suya manifestada en cada forma.

Cada palabra es cada forma y cada forma es cada palabra.

Entre las letras y las palabras, las cosas y sus lados hay un orden total.

Nada se escapa de su orden y armonía total pues todo forma parte de su palabra pronunciada por Él y que da forma a su creación.

Todas las cosas y todos los objetos, tanto animados como en animados, todos los seres, forman parte de su palabra y de su creación.

La presencia de un mal espíritu intenta poseer todas esas cosas y seres, todos sus cuerpos, sus formas, sus siluetas, los lados que las componen, todas las palabras, las sílabas y las letras de la voz del Creador.

Con ese fin los malos espíritus intentan producir entre todas esas formas el desorden de la armonía que el Creador ha establecido en ellas para que reine el caos y en este  poderlas poseer.

En ese intento se desesperan por no poderlo conseguir, pues los malos espíritus son pequeños comparados con la grandeza del espíritu del Creador, el cual llena con plenitud cada una de sus palabras y formas creadas, ante las cuales el mal espíritu por su pequeñez solo consigue habitar una parte de esas formas, y en su furia por el fracaso rebota de una a otra de las paredes del interior de esas formas, dañándolas, pero nunca consiguiendo poseerlas tal como se propone.

Pues las palabras y formas de la creación siempre le vienen grandes al mal espíritu.

El creador hace un acto de presencia especial en las esquinas y vértices de las formas físicas de su creación.

Pues esas esquinas y vértices son vínculos de unión entre los distintos lados que componen la silueta de una forma.

Son líneas y puntos a través de los cuales el creador mantiene la armonía y el orden entre las partes que componen la silueta y el cuerpo de una forma física creada.

A través de una línea el contorno de un cuerpo físico creado el creador se manifiesta para mantener la armonía entre los dos lados que esa línea separa y a su vez une.

En un nivel más alto y también dentro del mismo objeto el creador se manifiesta a través de los vértices del cuerpo y silueta de un objeto creado.

Pues a través de los puntos que representan esos vértices el Creador mantiene la armonía y el orden en las líneas que esos puntos sostienen y unen.

Por eso esas puntas de los vértices de la siluetas los objetos y cuerpos son especialmente codiciadas por los malos espíritus.

Pues esas puntas y vértices son las que sostienen la armonía del objeto que quieren poseer de lo cual esos malos espíritus deducen que si poseen el punto de un vértice de la silueta de un objeto de un modo interno podrán desarmonizar las líneas que lo forman produciendo un caos entre ellas y en todo el objeto y en ese caos lo podrán poseer.

A veces lo consiguen pasajeramente.

Es decir que atrapan una de esas puntas de los vértices de un objeto.

En ese caso con el desorden y caos interno que producen entran dentro de ese objeto es decir que literalmente lo poseen.

Una vez que el mal espíritu ha entrado dentro del cuerpo un objeto ajeno a él, es decir que no le pertenece, usa el vértice del objeto por el que ha entrado a este como la punta de un arma para atacar interiormente a otros seres del exterior.

Es decir que si por ejemplo un mal espíritu posee un cuadrado entonces usará ese cuadrado para atacar de un modo interno a las formas físicas que le rodean, arremetiéndoles golpes internos con las puntas de ese cuadrado, las cuales usará como arma con la cual seguir produciendo  caos en el exterior para poseer también a esas otras formas y cuerpos de objetos, tanto inanimados como animados, es decir cuerpos de seres vivos, que se hallan en su exterior y próximos a él.

Aun así y aunque un mal espíritu consiga eventualmente poseer a un cuerpo ajeno y hacerle un daño interno sin embargo no conseguirá nunca lo que se propone es decir poseerle de un modo pleno y total, ya que ese cuerpo que intenta poseer es una palabra del Creador y como tal desde lo más hondo está plenamente habitado por el espíritu del Creador.

Sin embargo el mal espíritu que intenta poseer a ese cuerpo es muy pequeño comparado con el espíritu del Creador y por eso no consigue nunca poseer a sus palabras es decir a las formas físicas que el Creador crea a través de su palabra.

El mal espíritu tan solo conseguirá poseer una parte externa del interior de esos objetos pero nunca en su profundidad ni en su totalidad, y ni siquiera en la totalidad del interior del perímetro y silueta que traza la forma de esos objetos.

Es decir ni siquiera en la parte externa del interior de esos objetos.

Pues incluso en ese lugar el mal espíritu se queda pequeño y tan solo consigue rebotar de una a otra de las paredes interiores de ese objeto poseído con la desesperación de no poder nunca poseerlo en su totalidad.

Esos vértices son puntos de poder presentes en la silueta de los objetos físicos y a través de los cuales el creador se manifiesta para mantener la armonía en estos son las pequeñas luces que en las visiones veo en la malla de luz.

Esa malla de luz son las palabras de la mente del Creador sosteniendo su creación física.

Son las pequeñas luces a las que llamo Lumis.

Suelo ver a los Lumis rodeando a un Ojo el cual representa al Creador rodeado de su malla de luz, es decir de su mente, con la cual da forma y sostiene a su creación.

En las visiones suelo viajar por el universo entre las estrellas llevado por ese gran ojo y así llegó a distintos planetas pudiendo ver ojo encima de su superficie viajando a unos doscientos metros de altura y mostrándome todo lo que hay allí, montañas, ríos, mares, llanuras, vegetación, poblaciones, casas, etc.

Muchas veces veo que cuando el Ojo rodeado de los lumis llega a un planeta y desciende a su paisaje entonces los lumis, es decir esas pequeñas luces que le acompañan, se van posando en los vértices de la silueta que forma ese paisaje.

En los vértices de cada montaña, de cada roca, de cada árbol, de cada camino, de cada población, de cada edificio.

La malla se va acoplando así suavemente en el paisaje integrando cada de puntos de luz (Lumis) y  líneas de luz en la silueta de todas las cosas que allí hay y después desaparece dejando a la realidad física de todos esos objetos y seres los cuales puedo contemplar a veces en blanco y negro y otras veces con toda nitidez de colores.

De ese modo las visiones me van mostrando todas estas cosas que digo.

El Ojo y la malla de luz es algo real que existe y que sostiene de un modo interno la realidad física de nuestro mundo.

No es algo que me invente sino algo que veo.

Cuando me encuentro en un lugar en donde hay malos espíritus puedo sentir su presencia intentando poseer a los objetos físicos y a los cuerpos de la gente.

Saber estas cosas me permite mantenerme en la paz necesaria (Ahí) para que esos malos espíritus no me posean a mí.

Los malos espíritus se empiezan por producir caos mental el cuerpo del ser vivo que poseen tras lo cual le producen una enfermedad.

Incluso son ellos el origen de todas las enfermedades.

Para evitar que eso se produzca el Creador no da la posibilidad de sentir su presencia y verle para confiar en él lo necesario para poder mantener la paz y evitar que los malos espíritus nos posean y produzcan caos mental y enfermedades.

La posibilidad  de conexión con el Creador no es cosa solo de unos pocos sino de todos.

No a todos se nos presenta la conexión con el creador del mismo modo pues todos somos diferentes.

En mi caso las visiones son un ingrediente de esa conexión.

Aunque no puedo obligar ni modo de conectarme con el Creador a los demás pues en ese caso estaría siendo yo el mal espíritu intentando poseerles para ejercer un dominio sobre ellos.

Cada cual tiene su forma de conectarse con el Creador aunque este es el mismo para todos.

Para poder mantenerse de un modo correcto en la propia forma de conectarse con el Creador hay que respetar las diferentes formas con las que cada cual se conecta con el Creador.

Lo invadir a nadie con la propia forma es decir nunca ser un mal espíritu para nadie.

El hecho de que los seres vivos estamos en la creación ya nos confiere a todos el honor de ser hijos del Creador.

Por eso igual que cualquier hijo de cualquier padre estamos hechos a su imagen y semejanza pues somos parte de Él.

Aunque al igual que cualquier hijo nuestra evolución es menor que la suya lo cual significa que Él nos está conduciendo, enseñando y ayudando a crecer.

El hecho de estar creado esas imágenes y semejanzas nos lleva a comprender que el mismo efecto que el Creador produce en nosotros lo podemos producir nosotros también entre nosotros mismos.

Es decir que si el Creador está creando la realidad física del entorno entonces yo mismo estoy haciendo lo mismo que hace el Creador.

Es decir que estoy creando mi propia realidad física y la realidad física de quienes están próximos a mí, es decir la realidad física de mi prójimo.

Si el creador crea la realidad física de este mundo a través de su mente (la malla de luz) eso significa que con mi mente estoy creando también mi propia realidad física y la realidad física de mi prójimo.

Lo cual indica también que mi prójimo esta haciendo lo mismo conmigo es decir que con su mente está creando mi propia realidad física.

Aunque la creación que se manifiesta a través de los hijos del Creador que somos todos los seres vivos no es una facultad creativa tan potente como la del Creador sino que como hijos suyos somos partícipes de su creación pues a través de eso como aprendices aprendemos a ser como él es decir unos creadores de universos.

Te puede decir que somos co creadores pero no creadores a plena potencia como lo es el Creador, es decir el Padre de todos.

Pero no por ello hay que subestimar el poder creador de la mente de cada ser vivo creado.

Pues con nuestras mentes podemos facilitar una realidad física saludable entre todos nosotros.

Es decir que con mi mente puedo ayudar a que la realidad física de mi prójimo les sea más favorable, deseándoles simplemente suerte es decir teniendo un buen sentimiento hacia él.

Y lo mismo puede hacer el prójimo con mi realidad física haciendo que esta sea más favorable cuando el prójimo con su mente y como creador tiene buenos pensamientos hacia mí.

Eso que comprendo con mi propio autoconocimiento humano lo veo también en las visiones.

Pues muchas veces veo varios Ojos, los cuales son los espíritus de todos los seres creados, es decir los hijos del Creador.

Todos esos ojos también tienen la facultad de crear al igual que el Creador la tiene pero más reducida es decir en estado de aprendizaje.

En las visiones veo que unos ojos viajan a través de otros ojos para llegar a otros ojos.

Veo que cada luz es a su vez un ojo la cual a veces veo en forma de luz y a veces en forma de ojo.

Al ver la malla de luz suelo ver un ojo rodeado de pequeñas luces que forman la malla y que están unidas por líneas de luz y a las cuales llamo lumis.

Esas pequeñas luces son a su vez ojos que son hijos de ese ojo más grande que se encuentra en medio de ellos, es decir en medio de esas luces, en medio de la malla.

Después veo que ese ojo más grande es a su vez una pequeña luz en un estadio más elevado en el cual se halla con otras luces mismo tamaño que son lumis de una malla mayor que tienen su centro a un ojo aún más grande que el que había en el estadio anterior.

A su vez a veces veo que ese ojo aún más grande vuelve a ser un ojo pequeño de una malla más elevada de un estadio más alto y que está unido a otros ojos que son como él y que con ellos son las pequeñas luces de esa otra malla de un estadio aún más alto, en el cual se halla un ojo más grande en el medio de esa malla, el cual es un ojo pequeño de un estadio superior, y así sucesivamente.

Es decir que en las visiones veo una gran comunidad de ojos y hermanos que aunque parezcan unos más grandes que otros según el orden físico de la visión sin embargo todos se hayan en las mismas condiciones en relación al estadio en el que viven, es decir que existe una total igualdad de bienestar entre ellos, a un nivel espiritual, aunque en cada estadio y de un modo físico, es decir visual, siempre hay un ojo que preside a los demás, aunque esa es una jerarquía que es únicamente física, y que además está al servicio de la igualdad, es decir del bienestar para todos por igual.

En las visiones veo el programa de lo que debería de suceder en el mundo físico en el que vivimos,  es decir haber una buena jerarquía material que estuviera al servicio del bienestar para todos por igual, al igual que la buena jerarquía del sol el cual da calor pir igual a todos los planetas que giran en torno a él.

De todo ello siempre se termina deduciendo que en realidad los malos espíritus no existen pues simplemente son seres te corta evolución, primitivos, que son como líneas que necesitan aprender y cometen errores que hay que perdonar, y enseñarles a superar esos errores como todo buen tutor debe de hacer con sus encomendados y todo padre con sus hijos.

Tener paciencia, es decir confiar en el Creador, pues entonces no existen los malos espíritus, ni tampoco los niños problemáticos, y si se presentan se les puede ayudar fácilmente para que se sientan mejor y dejan de ser problemáticos para los demás, es decir para ayudarles a crecer de un modo sano y saludable.

Con lo cual se puede decir definitivamente que no existen los malos espíritus cuando una persona está en paz y confiando en la paz, el Creador.

Es decir que no existen los malos espíritus cuando se está Ahí (en la paz).

Pero sin embargo es bueno saber estas cosas para los momentos en los que por cualquier circunstancia dejamos de estar Ahí, en la paz.

Pues entonces se producirá ese efecto de los malos espíritus intentando entrar por los vértices de los objetos físicos animados o inanimados del entorno en el que nos encontremos en ese momento.

Si eso sucede no hay que asustarse e ir a los vértices de esos objetos a romperlos con un martillo, por ejemplo.

Pues eso es precisamente lo que esos malos espíritus quieren conseguir de nosotros, desestabilizarnos, producir más inversión y caos, para así poseernos aún más y peor.

Actuar con violencia hacia los malos espíritus es permitirles que nos posean aún más que antes.

Por eso en esos momentos en los que se pierde la paz hay que recordar que la paz es la solución del problema, y que aunque en ese momento cueste estar en paz sin embargo hay que hacer ese esfuerzo, para que la paz como siempre solucione ese problema que se presenta.

Comprender estas cosas ayuda a confiar en la paz pues se comprende también que la paz es el creador y este es el gran poder que crea sostiene y realiza todo cuanto existe.

Lo cual es suficiente razón como para confiar siempre en la paz ante cualquier circunstancia que se pueda presentar difícil.

El creador existe y todos somos hijos de él por igual y no solo unos pocos y mucho menos uno solo tal como algunas creencias insidóan y quieren hacer creer a otros con el afán de dominarles y someterles.

Quien con su propio autoconocimiento adulto comprenda estas cosas por si mismo tal como las comprendo yo se dará cuenta de que todos los seres vivos somos hijos por igual del Creador, y mostrará ese argumento ante la amenaza de cualquiera que se quiera imponer ante él como el único y exclusivo Hijo de Dios.

Eso es normal que sea así pues lo primero que uno comprende al ver estas cosas es que todos somos hijos de Dios por igual.

Es lógico que una persona que comprenda esto lo comunique a la gente.

También es lógico que entres a gente hayan personas que se ofendan cuando les dicen que todos somos iguales e hijos de Dios por igual.

Pues esas personas no quieren oír eso y a que se consideran superiores a los demás.

Así que la respuesta que esas personas ofendidas darán a quien les ha dicho que todos somos hijos de Dios por igual es la siguiente:

" ¡ No todos son hijos de Dios por igual, solo hay unos elegidos y no todos son elegidos!"

¿Que va a decir si no?

No le queda otra más que decir eso.

Esa persona ofendida dirá que él mismo es un elegido y que quien dice que todos somos hijos de Dios por igual no es un elegido.

De ese modo esa persona que se siente superior  intentará asustar al otro y hacerle creer que debe de hacer todo lo que él dice para así algún día poder ganarse la iniciación, es decir poder ser también un elegido como él, y así a su vez poder ser merecedor de más riquezas, tal como él tiene, es decir ser merecedor de un cielo de riquezas, diciéndole también que esas riquezas no las tendrá en la tierra, pues lógicamente ese ser que se considera superior no quiere compartir esas riquezas con él, y por eso le dice que esas riquezas las conseguirá solo en el cielo, es decir después de morirse.

Así al ser ofendido le sale la cosa redonda, a no ser que el ser engañado, asustado y reprimido por él reaccione y se mantenga en la oaz ante sus palabras, es decir sin asustarse, ni alterarse ante sus insultos, pues entonces el ser ofendido no conseguirá dominarle ya que la paz (el Creador) ayudará a su atacado, para que su atacante no le pueda someter.

Esta es una situación ante la que cualquier ser vivo se enfrenta alguna vez.

Cuando eso sucede es importante confiar en la paz y no actuar con violencia ante el engaño del ofendido.

Es decir que no hay que tener más los sentimientos hacia el ofendido que intenta atacarnos.

Aún sabiendo que se ofendido está en un error fatal.

Es decir comprendiendo que ese ofendido es un ser primitivo,. y como tal es un ser infantil, es como un niño, y que a todo niño hay que tratarle con amor para ayudarle a crecer.

Así que en esa situación el atacado es el auténtico padre y el atacante es el auténtico hijo.

Aunque el atacante intenta invertir la realidad y hacer creer que él es el padre y el otro es el hijo.

Al igual que cuando un niño se pone su traje de Superman y mientras dura su juego a ser Superman considera que él es superior a su padre, porque tiene la fuerza de Superman, es decir que en ese momento el niño imagina que él mismo es el padre y que su padre es el hijo, es decir que es el necesitado de la ayuda de Superman, del hijo.

Cuando esa escena se representa en el colectivo entonces el rol del hijo ya no lo encarna am una sola persona sino todo un colectivo de gente y el rol de padre lo encarna otro colectivo de gente.

El colectivo de gente que representan a la figura del padre son quienes por propio autoconocimiento saben y sienten por si mismos que todos somos hijos de Dios por igual.

Sin embargo el colectivo que representan a la figura del hijo están tan ofendidos por las palabras del otro colectivo que le dicen no es así, que no somos todos iguales en cuanto a los derechos de tener el mismo bienestar, sino que ellos. es decir el colectivo ofendido., son el único Superman, es decir los únicos hijos de Dios los únicos elegidos, y seguidores del único y exclusivo Hijo de Dios (el dictador).

Ante esas palabras violentas del colectivo hijo hacia el colectivo padre hay momentos en las que la violencia del colectivo hijo hacia el colectivo padre es tan grande que al colectivo padre no le queda más remedio que seguir la corriente al colectivo hijo, pues eso es lo único que puede hacer para mantener la paz, es decir seguir la corriente a todo lo que el colectivo hijo le dice, e incluso adorarle como si fuera el colectivo elegido por el Creador, y adorar al director de ese colectivo como si fuese el único y exclusivo Hijo de Dios, pues ese es el único camino que al colectivo padre le queda para poder seguir manteniendo la paz ante la violencia que el colectivo hijo ejerce sobre él.

Es como si un niño un día encuentra una pistola de verdad en el parque y se la lleva a casa y la esconde en un cajón.

Otro día en el que el niño está ofendido porque su padre no le deja comer otra ración de tarta va a su habitación se pone el traje de Superman coge la pistola del cajón y va hacia su padre,  le apunta con la pistola y le dice:

" O me das un trozo de tarta o disparo"

Así que el padre no tiene más remedio que guardar la paz y darle el trozo de tarta al hijo.

Pero posiblemente el padre en esa situación se ponga muy triste y tenga hasta ganas de llorar.

Pero también es muy posible que el hijo en ese momento se sienta insultado por la expresión del padre y le pida a este que sonría y que le diga que él, es decir al niño, es el más guapo del mundo, el más fuerte y el más poderoso.

Ante lo cual el padre armándose de valor tiene que escenificar todo ese teatro ante el hijo diciéndole todo lo que el niño le pide que diga:

"Si hijo, eres el más guapo del mundo, te quiero mucho"

En el caso de que el amor del padre hacia el hijo sea sincero entonces el padre podrá resolver esa solución mucho antes de que se produzcan desenlaces fatales.

 Pues en ese caso el hijo al sentirse querido nunca usará un arma contra el padre para obligarle a este de un modo erróneo a que le quiera como a un hijo, pues el hijo ya se dará cuenta en todo momento del amor sincero del padre hacia él y desde el primer momento comprenderá que no debe de querer comer una secunda porción de tarta.

Pues el padre a cambio le dará un momento agradable de juego, con  cuentos, leyendas, etc que darán por igual una satisfacción al hijo para que vaya a dormir tranquilo aún sin esa segunda porción de tarta.

Lo mismo sucede cuando esta escena entre un padre y un hijo se produce entre un colectivo padre y un colectivo hijo.

Se pueden crear situaciones en las cuales el ataque del colectivo hijo es tan fuerte hacia el colectivo padre que este incluso puede perder parte de su salud y de su conciencia y verse limitado a seguir la corriente en todo al colectivo hijo hasta un punto en el que crea firmemente sus engaños como único medio para poder mantener un poco la paz ante la agresividad del colectivo hijo hacia él.

Esa situación de sometimiento extremo del colectivo hijo hacia el colectivo padre se puede mantener durante siglos a través de una honda herida hecha en el subconsciente del colectivo padre, como reflejo de la honda herida en el subconsciente del colectivo hijo que mantiene en este la represión hacia el colectivo padre.

Aunque siempre llega un momento en la historia de cualquier mundo en la que esa situación de represión del colectivo hijo hacia el colectivo padre se manifiesta de un modo claro y suficiente cómo para que esa trágica situación se detenga a partir de un amor sincero del colectivo padre hacia el colectivo hijo, lo cual hace que la represión de este hacia el colectivo padre se termine para siempre, y que cada cual regrese a sus roles auténticos de padre e hijo, es decir el colectivo padre cómo padre y el colectivo hijo cómo hijo, y no al revés tal como se quería imponer la situación cuando las cosas iban mal, es decir el colectivo hijo haciendo de padre malvado ante un colectivo padre haciendo de hijo reprimido por ese padre malvado.

Es decir que ese problema se termina cuando el amor nace del pueblo (del colectivo padre) hacia la minoría jerarquica que le reprime (el colectivo hijo) pues entonces es cuando con el amor sincero entre el colectivo padre y el colectivo hijo todo vuelve a la normalidad natural de siempre, es decir a la armonía entre todos, tal como es la voluntad del Creador y profunda y verdadera voluntad de todos sus hijos, que son por igual todos los seres vivos creados por Él y que habitan en su creación.

Ante lo cual no queda más que estar Ahí como siempre, en la paz, Ahí.

La práctica de las esencias propuesta por la cenuítica ayuda a vencer esas situaciones difíciles, pues es el amor que nace del padre (del colectivo padre, de la mayoría) hacia el hijo  (el colectivo hijo, la minoría jerárquica) haciendo así que todo vuelva a la normalidad, es decir que deje de invertirse la realidad con un colectivo hijo haciendo de padre (la minoría jerárquica que ofrece la salvación exclusiva a la mayoría) y un colectivo padre haciendo de hijo (la mayoría reprimida que sigue las ordenanzas de la minoría jerarquica para no recibir su castigo).

Las prácticas de las esencias es un medio facilitador y estimulador del amor que nace en el pueblo en la mayoría (en el colectivo padre) y que es el necesario para que ese amor llegue al colectivo hijo (minoría represora) para que así se corrija la inversión entre el colectivo padre y el colectivo hijo volviendo cada cual a su rol original de padre y de hijo y habiendo armonía entre ambos y bienestar para ambos por igual, la diferencia de la situación difícil anterior en la que esos roles estaban invertidos y en la que la salvación venía del hijo de un modo único y forzado lo cual mantenía la inversión y la dificultad (hijo crucificado por el padre, dirigentes asesinados por el pueblo) por vivir de un modo inverso a la realidad, en la cual es el padre el que conduce al hijo a su adultez y formación y no al revés

Fernando Ortolá 












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