Páginas

viernes, 20 de septiembre de 2024

La paz compartida es paz e impuesta es guerra

El niño tiene ídolos y para él estos son todo, son la fuente de inspiración, de admiración, de aprendizaje y son hasta el mismo Dios en persona y presencia física, son la luz que guía al niño.

El adulto a diferencia del niño ya está formado y su luz está dentro de él.

Todos aquellos personajes que cuando era niño los veía como ídolos después al ser adulto se transforman en seres iguales con sus cualidades y defectos para compartir los frutos con ellos en la convivencia diaria.

Después de pensar ayer en estas cosas y de cómo se transmiten de unos a otros estos sentimientos durante la noche tuve uno de esos sueños lúcidos en los que vuelo a voluntad moviendo los brazos como si fuesen alas.

Esos sueños son casi cómo un viaje astral en dimensiones muy próximas a la realidad cotidiana.

Cuando aprendí lo que esos sueños me enseñaban comprendí que el volar durante el sueño significa la elevación de espíritu, es decir la elevación de consciencia a través de los sentimientos de paz, amor y comprensión.

Pues cuando en el sueño mantengo los buenos sentimientos en mí mismo y hacia los demás  puedo volar fácilmente, pero cuando esos sentimientos se pierden transformándose en un sentimiento violento y negativo de desprecio hace alguien entonces no puedo volar  y por más que muevo los brazos para intentar elevarme me siento pesado y desciendo a la superficie del suelo en la cual esas personas hacia las que tengo malos sentimientos  me intentan atrapar y a veces si no consigo volar terminan por atraparme y el sueño se transforma en una pesadilla de la cual me despierto bruscamente.

Pero por suerte he aprendido a volar en los sueños alimentando mi vuelo con el carburante esencial de los buenos sentimientos para poder volar alto y contemplar la naturaleza.

Este sueño que he tenido esta noche pasada al cual me acabo de referir antes me ha recordado estas mismas cosas en relación a lo que ayer pensaba acerca de que el amor y la luz en el ser adulto se halla dentro de él mismo pues ya es un ser formado, lo cual es importante recordar cuando el niño ya ha pasado a ser un ser adulto.

En el sueño me encontraba en una ciudad volando sobre una especie de plaza a unos diez metros de altura del suelo.

Para mantenerme a vuelo  movía mis brazos como si fueran alas, tal como hago siempre en esos sueños en los que vuelo.

Abajo en una plaza rectangular adosada a los edificios y que le envolvía un color dorado que rodeaba sus bancos y pequeños árboles había una gente que no estaban de acuerdo conmigo en algo y esa tensión me hacía descender en el vuelo.

Finalmente moviendo los brazos un poco más intensamente he conseguido elevarme y salir volando por otra parte de la ciudad afuera de esa atmósfera que me parecía extraña.

Más tarde he regresado de nuevo allí también a vuelo y me he quedado flotando sobre esa gente a unos diez metros de altura y desde allí he empezado a hablarles de la paz y del amor predicándoles asi de un modo típico la armonía en el mundo.

Mis intenciones con esa acción me parecían buenas pues con ello estaba intentando hacer que esa vibración extraña que esa gente tenia se transformase en positiva y dejase de afectar mi vuelo, es decir que permitiese elevarme y poder volar sobre montañas en espacios abiertos.

Aun así parece que por mucho que les hablase de paz y amor a más les hablaba más se enfadaban y ponian en contra de mí  haciendo ademanes con las manos hacia arriba, hacia mi, intentando atraparme y dirigiendome palabras insultantes, lo cual arriesgaba mi vuelo, pues sí esos desprecios que me enviaban conseguían provocar el mío mi mal sentimiento hacia ellos entonces ya no podría volar y me caería hacia ellos en donde ellos me atraparían.

Así que en esa situación hice un esfuerzo para conservar la calma, me concentré en buenos sentimientos y moví mis brazos un poco más intensamente consiguiendo así elevarme y volar más alto por encima de los árboles de nuevo en donde ya no estaba al alcance de esas personas que se mostraban en contra de mí.

Así pude seguir volando hasta llegar arriba de unas altas montañas en donde volé por encima de unos árboles de tonalidades doradas con una gran paz de espíritu y un gran disfrute de la naturaleza sobre la que me hallaba.

De pronto en un momento de mi vuelo sentí que descendía hacia zonas más bajas de la montaña.

Hasta un punto que empecé a ver algunas ramas altas de los árboles por encima de mí.

Un poco más adelante y en otro tramo del trayecto de mi vuelo volví a verme entre los árboles de una ciudad.

Las calles y plazas se veian tranquilas también con aspecto dorado igual que la ciudad anterior y los árboles, y con gente que también parecían estar en paz y complacidos en una ciudad de aspecto sereno y ordenado.

Puede comprobar que en esa ciudad se había organizado un grupo de gente que con la policía iban a intentar perseguirme y atraparme por considerar que con mis charlas estaba pervirtiendo a la población.

Lo cual me sorprendió en ese momento ya que las charlas que había dirigido hacia ellos eran de paz y amor.

Así que moviendo de nuevo los brazos un poco más rápido y a la vez que intentaba también mantener los buenos sentimientos he alzado el vuelo sobre ese grupo de gente que me perseguía y he visto la ciudad otra vez desde un poco más arriba en donde ya no había peligro de que me atrapasen.

Mientras volaba sobre otra parte de la población he visto abajo una niña joven que se veía un poco gruesa con aspecto algo retrasado.

Por su apariencia se notaba que estaba muy afectada por los argumentos de quienes me perseguían y muy convencida de que mis acciones eran la causa del mal de la ciudad.

Así que desde el suelo y con un gran fanatismo movía sus brazos y hacía ademanes de repulsa en contra de mí que me hallaba volando sobre ella a unos diez metros.

Intenté mover mis brazos de nuevo un poco más intensamente para elevar mi vuelo y que no me atrapase esa mujer enfadada con aspecto de niña.

Pero en ese sueño fue ella quien ejerció más poder sobre mí haciéndome descender y presentándome una gran dificultad en poder volver a reanudar el vuelo.

Pues su aspecto era inocente no me parecía que tuviese tanta culpa pues la habían convencido en contra de mí y usado para que me atacase y por eso sus emociones de repulsa eran más fuertes pero a su vez inocentes.

Esa inocencia suya me hacía más vulnerable ante las emociones amenazantes de rechazo de la otra gente de la ciudad que le habían convencido y puesto en contra de mí.

Lo cual hacía que mi vuelo fuese más pesado y que me costase más volver a cobrar altura y escaparme de la situación volando más arriba.

Aun así lo conseguí y volé más alto conservando buenas emociones hacia todos por igual incluso hacia esa señora que se quedó abajo envuelta en esos sordos movimientos que desde la altura ya no percibía y de los que me alejaba de nuevo hacia la luz de paisajes de armonía.

Después del sueño me quedé pensando en el mensaje que este contenía y de repente comprendí lo que me quería decir y que estaba muy relacionado con lo que pensé el día anterior a esa noche.

Pues me di cuenta de nuevo que el error no lo estaba cometiendo la gente de esa ciudad que me perseguían sino que era mi propio error el cual fue el intentar transmitirles mi propia paz.

Aunque eso puede sonar raro.

Pues aunque a un niño sí que se le puede transmitir la paz porque aún no está formado y debe de formarse en la paz sin embargo a un ser adulto no se le puede transmitir la propia paz porque eso hace que la paz que ya reside en su interior por estar ya formada no se pueda manifestar al exterior por recibir la imposición de la paz de otro ser adulto hacia él.

En el sueño me hallaba ante seres adultos y como otro ser adulto que soy intentaba imponerles mi paz a ellos sin darme cuenta de que aunque mis sentimientos eran buenos y aunque pensaba que estaba haciendo algo positivo sin embargo esa imposición mía hacia ellos estaba bloqueando su propia paz ya  que somos seres adultos que ya tenemos la paz formada en nosotros y no debemos de imponernos la paz unos a otros sino que cómo seres adultos para poder vivir en paz entre nosotros debemos de aceptar la paz que ya está en todos y compartir esa paz entre todos para así formar una buena sociedad tal como parecía ser esa ciudad sobre la que en mi sueño volaba.

Otras enseñanzas que el sueño me han transmitido y recordado son las que se refieren a que un adulto que sigue el amor formado que ya está dentro de él y su propio amor cómo la voz de su corazón le conduce a actuar de un modo libre y por ejemplo a tocar la guitarra entonces cuando está tocando la guitarra ante otros seres adultos estos no están adquiriendo de él el estimulo y predisposición de tocar la guitarra sino que adquieren de él su actitud más profunda que es la de ser libre la de seguir el propio corazón y amor interior ya formado de un ser adulto que ellos como seres adultos también tienen en su interior, y el cual les puede conducir a realizar otra acción que no forzosamente debe de ser la de tocar la guitarra.

Es decir que cuando un ser adulto habla a un niño acerca de la paz entonces el niño al no estar aún formado en la oaz recibirá la propia paz del adulto la cual le ayudará a formar su propia paz interior que tendrá plenamente formada cuando el niño llegue a ser adulto.

Pero cuando un ser adulto habla a otro ser adulto acerca de la paz es diferente pues ya no está transmitiendo a ese ser adulto el estímulo de recibir la paz que él le está transmitiendo igual como el niño sí que recibía ese estímulo porque tenía necesidad de formar su propia paz pero sin embargo el ser adulto ya tiene su propia paz formada en su interior y cuando otro ser adulto le habla de su propia paz con ello no le está estimulando a que reciba su propia paz sino que le esta estimulando a que el adulto que le escucha haga lo mismo que él, es decir que transmita tambien su  propia paz ya formada que está dentro de él al igual que otro ser adulto le està transmitiendo a él la propia paz adulta.

Por ejemplo supongamos que un ser adulto va andando por un camino en el campo y se encuentra con un campesino que está trabajando en su huerta.

El campesino es un ser adulto y con una expresión feliz da muestras de estar disfrutando de su trabajo e incluso le ofrece un ramillete de uvas que son el fruto de su labor.

El viandante campestre mostrándose muy agradecido al campesino acepta sus uvas.

En esa situación lo que el campesino estimula en el viandante no será el hacerle pasar a su huerto y ponerse a trabajar con él para hacer lo mismo que él hace y ofrecer las uvas a quien pasa por el camino.

Si el campesino le obligase a hacer eso resultaría violento, por muy buena acción que pudiera parecer.

Además de que no es eso tampoco lo que el campesino con su gesto estimula en el viandante.

Pues ambos son seres adultos y el campesino ya está formado en su propia paz es decir en su propia profesión de campesino que es lo que le da la paz y el fruto, al igual que el viandante también está formado en su profesión de carpintero lo cual le da a él su propia paz y su propio fruto.

Por eso lo que el campesino con su gesto de ofrecer uvas al viandante estimula en este no es el que se ponga a trabajar en el campo igual que él sino que se ponga a trabajar en su propio trabajo que es el de carpintero.

Pues un ser adulto al estar ya formado recibe un impulso más profundo de otro ser adulto y no como sucedería en el caso de que fuese un niño el que camina por el campo y se encuentra con el labrador el cual le ofrece un racimo de uvas y el niño lo recibe agradecido y el campesino a cambio le ofrece al niño trabajar con él y ayudarle en su labor de la huerta.

En ese caso sí que es positivo porque el niño aún no está formado y podría ser su profesión la de campesino por lo que participar de esa acción es algo que forma su temperamento, su carácter, su sentido del trabajo y su profesión aunque esta en el futuro pueda ser otra y no la de campesino, pero al hallarse en un periodo de formación le viene bien y resulta una experiencia positiva.

Pero es diferente para el adulto que camina por el campo y encuentra el labrador pues es un adulto que ya está formado y tiene otra profesión de carpintero por lo que el trabajo feliz del labrador en su campo estimula el trabajo feliz del carpintero en su carpintería, es decir que si el carpintero imita al labrador no va a cosechar uvas con él sino que va a trabajar en su carpintería ya que está imitando la acción profunda del labrador, es decir que está imitando el seguimiento que el labrador tiene a su propia voz del corazón, lo cual hace que el viandante también escuche la voz de su propio corazón y haga lo que esa voz le dice que es trabajar en su carpintería.

Es decir que la libertad de un ser adulto estimula la libertad de otro ser adulto pero en un niño es diferente porque aún no está formado para poder actuar con toda  libertad de acción y por eso la libertad de un ser adulto que se manifiesta en el trabajo de su huerta el niño la capta de un modo más objetivo que el ser adulto, es decir que recibe el estímulo de trabajar en la huerta ayudando al campesino.

Haciendo la síntesis se puede decir que el niño imita al campesino realizando su misma labor y trabajando en la huerta pero el adulto imita al campesino trabajando en su propia profesión es decir trabajando de carpintero por ejemplo en este caso.

Siguiendo con la síntesis se puede decir que el niño imita al adulto en el exterior porque el niño aún no tiene su interior formado para poder imitarle en el interior, pero el adulto ya tiene su interior formado y por eso no imita a otro adulto en los actos externos sino que le imita en el acto interno de seguir el propio determinismo.

Por eso si a un niño un ser adulto le predica la paz siempre le vendrá bien porque eso formará parte de la formación de  la paz en el niño.

Pero cuando un adulto transmite su paz a otro ser adulto al igual que el campesino da las uvas al viandante el otro adulto recibe el estímulo no de cosechar también las uvas sino de seguir también el propio corazón, es decir de elegir también el propio trabajo que en este caso no es de campesino sino de carpintero, lo cual conducirá a este llevar otro día al campesino una hazada construida por él en su carpintería a cambio del racimo de uvas que el campesino le dio antes.

Es decir que se harán buenos amigos.

Pues ninguno bloqueará el trabajo o profesión del otro sino que ambos compartirán los frutos de su trabajo de igual a igual.

Lo mismo sucede con la paz, con la transmisión de la paz ya formada de un ser adulto.

Pues cuando un ser adulto transmite su propia paz a otro ser adulto no se la debe de imponer porque eso bloquea la manifestación de la propia paz del otro ser adulto.

Por eso un ser adulto debe de dar la propia paz no imponiéndola a otro ser adulto sino compartiendo con la propia paz que el otro ser adulto tiene y que también la manifiesta del mismo modo hacia el ser adulto que le transmite su propia paz compartiendo así con este la paz propia.

Así de ese modo ambos seres adultos crecen en lla paz, pues la paz de ambos se une formando una paz mayor que es la buena sociedad construida entre ambos y entre los demás seres adultos que se aceptan de igual a igual unos a otros y respetan en la propia paz que cada uno tiene, la cual comparten entre todos de igual a igual.

Un niño recibe de otro un estímulo exterior porque aún no está formado en su interior.

Un adulto recibe de otro un estímulo interior porque ya está formado en su interior conduciéndole así a hacer no lo mismo que el otro hace en el exterior sino lo mismo que el otro hace en su interior es decir seguir el propio corazón, vivir la propia paz interna, lo cual conducirá al adulto que recibe el estímulo a realizar una acción física diferente a la que realiza el adulto que le da ese estímulo en ese momento.

Esa acción diferente es el trabajo distinto de una profesión diferente como puede ser la de campesino o la de carpintero o cualquier otra, aunque el estímulo interno que se dan mutuamete los seres adultos que se transmiten la paz o el fruto de su respectivo trabajo es siempre el mismo es el estímulo de seguir el propio corazón, de confiar en el amor que se halla ya formado en el interior de cada ser adulto, es decir el estímulo de ser libre y de actuar con propio determinismo.

Un ser adulto tiene la luz en su interior y si lo vive así también puede transmitir la luz interior a otro ser adulto y compartir la luz propia interior con la luz propia interior de los demás seres adultos.

Para eso al ser adulto debe de desprenderse de los ídolos de la infancia y aprender a ver la luz no en ellos sino en el propio interior del ser adulto.


Fernando Ortolà








No hay comentarios:

Publicar un comentario

Conclusiones y opiniones de los lectores: