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lunes, 1 de septiembre de 2025

Contexto y funcionabilidad del yin yang

 El yin yang pertenece solo al mundo  infantil y solo allí es válido.

Esto no lo digo por marginar a Oriente pues para mí tanto Oriente como Occidente tienen el mismo valor.

Lo digo por centrarme en la verdad y con ello beneficiar a ambos por igual tanto a Oriente como a Occidente.

Pues tan solo la verdad es lo único que hará que ambas partes vivan en armonía.

En la materia se puede decir que para que exista el día debe de existir la noche que le dé contraste y para que exista la noche debe de existir el día que le de contraste.

Es decir que para que exista lo blanco debe de existir lo negro que le dé contraste y para que exista lo negro debe de existir lo blanco que le dé contraste.

En ese contexto de la materia el yin yang sí que es válid.o, tal como indica su gráfico el cual muestra que en el blanco nace el negro al igual que en el negro nace el blanco.

Pero en el espíritu es distinto.

Pues no se puede decir que el bien engendra mal o que el mal engendra bien.

Sin embargo sí que se puede decir que el bien engendra bien y el mal engendra mal.

Es decir que en el espíritu el bien existe por sí solo sin que nada le impida crecer, es decir que no existe el mal en sus proximidades dándole contraste para mantenerle en la existencia tal como sí que existe en la materia pero no en el espíritu.

Lo mismo se puede decir del mal el cual en el espíritu nada le impide crecer y desarrollarse pues es lo único en su contexto al igual que el bien es único en el contexto del bien es decir que al lado del bien no existe el mal y al lado del mal no existe el bien que le de contraste tal como sigue sucedía en la materia.

A su vez el bien o el mal no es lo único que existen en el espíritu.

Pues el Espíritu es la norma natural del ser adulto y en el adulto las esencias ya se han diversificado y plurificado en una gran cantidad de esencias infinitas relativas.

Por lo que en el espíritu están presentes todas las esencias cada una de ellas en su propio contexto totalmente independientes llenando totalmente el infinito relativo del espacio de cada una en el cual cada esencia se reproduce a sí misma con una total plenitud sin que nada se contraponga a ella ni le reste esplendor bienestar salud felicidad y libertad.

Por eso en el Espíritu no existe solo la esencia del bien o la esencia del mal sino que existen todas las demás esencias del número infinito relativo que se hallan en el espíritu con total plenitud cada una de ellas.

Allí en el espíritu las esencias tampoco se enmarcan las unas a las otras no se dan contraste las unas a las otras no se sostiene en la vida mutuamente pues no es necesario ya que cada esencia tiene su propia vida plena y eterna relativa en la que va creciendo sin fin con un placer y bienestar inacabable.

Además de que en el espíritu tanto las esencias del bien y del mal como todas las demás han dejado de ser el bien y el mal o malas y buenas pues todas las esencias son necesarias por igual todas son igualmente importantes e imprescindibles y ya no son esencias buenas y aceptadas o malas y eliminadas si no simplemente son esencias diferentes entre sí pero todas igualmente necesarias dignas e imprescindibles, tal como son todos los seres adultos de una sociedad adulta cuyos trabajos y frutos respectivos de todos son igualmente imprescindibles y necesarios para todos para la subsistencia de cada individuo y de la sociedad que componen entre todos.

Para que así el espíritu es decir los adultos los padres puedan seguir creando a sus hijos a los niños con las dos esencias que componen el mundo material de estos para que esas dos esencias no sean nunca el bien y el mal sino el día y la noche el blanco y el negro para que se sigan enmarcando mutuamente para poder sostener sólidamente el mundo material en el que están al igual que los cuerpos físicos de la pareja deben de seguir sosteniéndose mutuamente y enmarcando el uno al otro en una entronización perfecta entre ambos sin conceptos del bien y del mal sin ser uno bueno y otro malo uno elegido y otro condenado uno superior y otro inferior sino siendo los dos iguales dos elementos igualmente necesarios de la materia que son igualmente valiosos y que se necesitan el uno al otro por igual para que entre ellos nazca el verdadero abrazo mutuo que les lleve a concebir un hijo para que así la humanidad crezca y al igual que los hijos la humanidad niña también llegue a la adultez algún día en la cual sus esencias se habrán multiplicado y alcanzado la plenitud dejando de enmarcarse la una a la otra para poder se sostener mutuamente la existencia pues cada esencia ya formada y adulta tendrá su vida propia en la que crecerá sin fin sana y feliz dentro de su eterno infinito relativo, en el espiritu, hasta que regrese de nuevo a la materia para unirse a otra esencia íntegra y del mismo valor y juntas volver a concebir un hijo y un universo que llegará de nuevo a la plenitud en la que florecerá dando sus semillas y creando nuevos universos de paz amor bienestar felicidad y salud eterna.


Si el mal crease el bien ese bien estaría en el otro extremo del mal es decir que sería otro desequilibrio con disfraz de bien sería otro mal con otra forma inversa pero igualmente mal.

Pues el verdadero bien es el que se quedaría siempre entre ambos en el centro de equilibrio.

Por eso el bien no puede crear nunca el mal y el mal nunca puede crear el bien sino que el mal solamente crea el mal y el bien solamente crea el bien.


En la fórmula cenuítica de la e2 el hemisferio inferior que corresponde a la esencia C pertenece igualmente al niño y el hemisferio superior que corresponde a la esencia F corresponde al adulto.

El hemisferio en el que se está es siempre la materia y el otro hemisferio es el espíritu.

Por eso el espíritu del niño es la esencia Efe es decir la dualidad de la materia tal como se refleja en el yin yang.

Pero la espiritualidad del adulto el cual se halla en el hemisferio superior en donde está la esencia F es el hemisferio opuesto es decir el espíritu que representa a la esencia C que allí está.

Por eso el camino y norma natural y doctrina del adulto ya no es la dualidad material del niño y el aprender a hacer un equilibrio en esta sino que es la unidad de la primera esencia C es decir el ser el mismo el seguir su propio determinismo. En lo cual, en el espíritu ya no existe el día y la noche que se den un contraste mutuo ya que en el Espíritu no existe la dualidad sino la unidad del ser uno mismo. Por eso si en la norma natural del adulto que es el espíritu intenta introducirse la dualidad infantil de día y noche de blanco y negro entonces esta se transforma en una dualidad negativa por estar afuera del lugar es decir que se transforma en el bien y el mal lo cual representa una dualidad desequilibrada un balance alterado en el cual el blanco se ha transformado en el bien y el negro en el mal.

Un bien animal que no pueden existir en el mundo del adulto es decir en su espíritu en la norma que le rige.

Sin embargo el concepto del bien y del mal sí que se aplica de un modo positivo en el mundo material del ser adulto pero no en su espíritu.

En el niño es al revés, el concepto del bien y del mal se aplica bien en su espíritu pero no en su materia.

Es decir que la crítica que el tutor del niño a través de el bien y el mal dirige al niño es el que estimula y tonifica a este para trabajar en su propia formación intentando así portarse bien es decir no portarse mal tal como su tutor le pide continuamente que lo haga.

Al mismo tiempo el tutor le pedirá al niño no discriminar entre el blanco y el negro exterior.

Es decir no considerar que el blanco es superior al negro o viceversa, no marginar a otros no sentirse superior a los demás si no considerara a todos hermanos e igualmente necesario es imprescindibles. Es decir que el tutor conduce al niño para que viva una igualdad y hermandad tanto entre el blanco y el negro como entre el y los demás.

De ese modo el niño va asimilando las esencias de todos y formándose en ellas en todas las esencias en todas las virtudes que necesita para poder formar la integridad de su ser adulto que alcanzará en el futuro, en el final de su formación.

Sin embargo un ser adulto es al revés.

Pues no se le puede decir igual que al niño que debe de portarse bien y no portarse mal. Pues eso puede crear conflictos y ofender al ser adulto a quien se lo diga.

Ya que el ser adulto ya está formado y por si mismo ya sabe como debe de portarse bien, no es necesario que otro ser adulto se lo diga y se lo recuerde, pues eso en vez de arreglar la cosa aún la empeoraría más pues haría sentir incómodo al adulto acusado bloqueando así su libertad de ser el mismo para poder aplicar su propia actitud de portarse bien según su propia conciencia que ya formó en la tapa de infancia y que de adulto ya está formada llevándole a portarse bien sin ni siquiera planteárselo sino simplemente siendo el mismo siguiendo su propio determinismo la voz de su propio corazón pueste ese modo el portarse bien ya funciona de un modo automático y natural sin necesidad de volverlo a crear o resetearlo pues  esa actitud ya se encuentra formada en el interior del ser adulto y funciona por si sola cuando al ser adulto se le deja ser el mismo tal como es y tal como debe de ser.

Sin embargo en la materia y a diferencia del niño el ser adulto sí que debe de tener un buen criterio establecido acerca de lo bueno y lo malo es decir acerca del bien y del mal de lo que está bien hecho y de lo que está mal hecho. Pues eso permitirá a cada individuo adulto realizar un buen trabajo en su profesión para poder obtener un producto o frutos de calidad es decir bien hechos.

Lo cual en el niño aún no funciona así pues él aún no está formado en su profesión y no puedo empezar a trabajar para fabricar su propio producto por lo tanto aún no necesita un criterio del bien y el malo de lo bueno y lo malo en la materia es decir que aún no debe de actuar en la materia por sí mismo, sino que debe de permanecer en la materia de un modo calmado y equilibrado aceptando a todas las partes de la materia por igual tanto al blanco como al negro tanto al día como a la noche para que sea su tutor quien le conduzca a través de todas esas esencias llevándole de la mano a dormir ante la noche o a despertarse ante el día lo cual el niño aún no está preparado para hacer por sí mismo y su tutor es el que le debe de llevar en ello hasta que el niño sepa hacerlo por sí mismo cuando sea adulto, pero hasta entonces el niño deberá de seguir adoptando una calma material aprendiendo a hacer equilibrio es decir sin desviarse hacia el blanco hacia el negro, para que sea su tutor quien le lleve, para lo cual el niño deberá de mantenerse en el centro del blanco y del negro sin desviarse hacia uno hacia otro aceptando tanto al blanco como al negro en el centro de ambos en un equilibrio perfecto en el cual el niño se deberá de mantener para que sea su tutor que le lleve de un modo armónico hacia el blanco y hacia el negro hacia el día y hacia la noche.

El niño va en el caballo del tutor detrás he cogido a este, y para que el tutor le pueda llegar el niño debe de permanecer relajado, es decir no pinchar al caballo con las espuelas para que corra más, pues tirar de las riendas para que frene, pues el niño no ve el camino por el que el caballo va ya que sea ya detrás del adulto es más pequeño.

Solo el adulto ve el camino y sabe cuándo usar las espuelas o cuando usar las riendas.

Si está al lado de un precipicio o de un pozo de un agujero en el suelo o ante el cauce profundo del río del mar entonces el adulto y tutor del niño deberá de estirar de las riendas para que el caballo frene pero si en ese momento el niño detrás hinca sus espuelas en el lomo del caballo este podría saltar y llevar a todos al precipicio.

Por eso cuando el tutor lleva a caballo al niño detrás de él debe de decirle que se relaje y que esté tranquilo que se coja pero que se deje llevar para que así no se produzcan accidentes.

Lo mismo sucede si el tutor lleva al niño en una de esas grandes motos sentado en el asiento de atrás.

Cuando el padre se halla en una curva girando hacia la derecha o hacia la izquierda el niño no debe de hacer un esfuerzo junto al padre para que la moto se incline, pues eso puede hacer que la moto se incline demasiado y que se caigan los dos.

Es decir que el niño deberá de ir relajado detrás cogido al padre con fuerza para no caerse pero relajado para que así el padre pueda conducir la moto con seguridad y sin riesgo de accidentes.

Es decir que el niño aún no puede tener un criterio del bien y del mal en la materia pues aún no está preparado para ello pero si que debe de tenerlo en el espíritu para su propia formación.

El adulto es al revés es decir que no puede tener un criterio de bien y mal en su espíritu pues ya está formado pero sí que debe de tener un criterio de bien y de mal es decir de bueno y de malo en la materia para poder realizar un buen trabajo en su profesión obteniendo un buen producto y frutos de buena calidad. 


Fernando Ortolá





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