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miércoles, 7 de diciembre de 2022

Ena 70. La presencia de un entrañable ser dorado

 Veo descender el Ojo con su bamboleo de costumbre a un lado y a otro.

Desciende sobre un paisaje verde y azul.

El Ojo vuelve a aparecer ante mi en la oscuridad del espacio.

Esta vez le  saludo diciendole: Hola.

Al momento va apareciendo de la oscuridad el rostro al que pertenece ese Ojo.

En principio se van dibujando lentamente las facciones  de su cara en trazos negros que van emergiendo de la oscuridad.

Después esos mismos trazos adquieren la luminiscencia, el aspecto y la textura del oro.

Es alguien joven todo él de color dorado. Tiene el cabello no muy largo. Lo veo de frente  ante mi  y representado con una línea gruesa, ancha y bien definida del color del oro que marca su silueta y trazos que definen su figura.

Me miraba y se movía dando ligeros  giros  a un lado y a otro, gesticulando, y haciendo ademanes con sus manos, un poco apesadumbrado y preocupado, como si quisiera referirse a algo que no va bien y que hay que esforzarse para  mejorar.

Después veo a un ser majestuoso con un suntuoso traje dorado de manto largo que levanta y sostiene con los brazos puestos en horizontal y agacha la cabeza.

Me da la sensación de que es el mismo ser que había visto al principio que ahora se presenta en un enfático momento de triunfo y elevación.

Cabello lacio y rubio largo hasta el mentón.

Veo su cabeza agachada, en actitud de esfuerzo y sacrificio, pero a su vez de glorioso y victorioso logro.

De los brazos lle cuelga hacia abajo el grueso,  tupido y majestuoso manto de su  traje, un rico y adornando atuendo dorado el cual forma una preciosa pared que el ser dorado asciende hacia arriba hacia el cielo arrastrando tras de si su traje y su manto hasta que veo la parte baja de este levantarse del suelo y llevando consigo sus últimos y adornados colgantes, como una gran cortina que al abrirse hacia arriba deja ver un paisaje verde y azul parecido al que había visto antes.

Es impresionante ver como el  manto dorado se eleva lentamente hacia arriba como una solemne ceremonia de triunfo y a su vez de la creación de lo que deja atras al descubierto: un paisaje de prados verdes y cielo azul.

En medio del paisaje y sobre el suelo veo un grupo de gente, que son unos 30. Los veo  pequeños por la distancia pero puedo distinguir sus figuras humanas.

Están ocupando una zona cuadrada de unos 50 por 50 metros de superficie.

Todos ellos se mueven enérgicamente como si estuviesen trabajando con esfuerzo para conseguir la construcción de algo.

Unos parece que golpean con el martillo, otros mueven piezas.

El objeto en el que trabajan se distingue solo con finas líneas oscuras., y aún no se levanta del suelo, como si estuviesen en los comienzos de ese trabajo.

En la siguiente escena veo al mismo grupo de gente, ocupando la misma superficie cuadrada.

Esta vez los veo un poco más de cerca y puedo distinguir mejor sus formas humanas, movimiendose enérgicamente, atareados en su trabajo de construcción de algo que ya empieza aa tomar forma en medio de ese espacio cuadrado que ocupaban quienes trabajaban en ello.

Es una cúpula de azul intenso  con  cuatro  líneas de colgantes ornamentados con adornos brillantes que distribuidos en las 4 direcciones cardinales del cuadrado cuelgan desde el punto superior  de la cúpula hasta su base.

Abajo de la cúpula y a su alrededor había una estructura cuadrada hecha con grandes piezas largas y blancas que rodeaban a la cúpula formando un cuadrado en torno a esta, como si estuviesen construyendo un edificio al revés empezando por su parte superior, por la cúpula.

Dando la sensación de que el edificio emerge del interior de la tierra como un planta y construido por la gente que trabaja en ello que son la maceta cuadrada en donde  esa planta va a crecer.

En la siguiente escena he visto que lo que toda esa gente estaban construyendo ya se ha transformado en una gran ciudad de aspecto actual, con sus casas y edificios típicos y peculiares.

Por encima de los edificios volaba el Ojo, la nave Ojo, el típico Ovni, observando la ciudad construida.

Arriba de la nave había encendida una luz roja, dando el aspecto de que es también el Ojo y el ser dorado... esta vigilando, cuidando y protegiendo activamente (el rojo) su creación, el paisaje de praderas verdes y cielo azul,  que dejo atrás al ascender sobre este.

En la siguiente escena veo la misma ciudad pero más evolucionada y completa.

Veo a la nave volar sobre ella, pero esta vez lleva una luz blanca en vez de roja.

Lo cual indica que la construcción de la ciudad ha llegado a su plenitud, ha concluido, es decir que los seres humanos que han construido la ciudad ya han aprendido a vivir en la ciudad en comunidad unos con otros y que por si mismos ya están preparados para fabricar por sismos su propia tecnología que les lleve a elevarse del suelo que pisan, omo el manto del ser dorado, y alzar su vuelo hacia las estrellas, para reunirse con los demas seres que allí habitan pasando así a formar parte de una sociedad humana más amplia y extensa, con más sentidos, consciencia, percepcion, facultades, recursos y cualidades.

Al elevarse una civilización humana hacia las estrellas está dejada atrás un paisaje nuevo y libre de praderas verdes Ríos y cielos azules en donde  como una planta humana saluda de la naturaleza del universo volverá a ferminar y crecer una nueva civilización humana, la cual  al llegar a su plenitud ascenderá a las estrellas dejando así un terreno que quedará de nuevo libre dejando así paso al crecimiento de una nueva civilización humana que en su día también despegará del suelo y alcanzara las estrellas... y así sucesivamente.

En la siguiente escena he visto una nave espacial que construida por la civilización humana que ya había llegado a su plenitud vuela por el espacio entre las estrellas para reunirse con los demas habitantes del universo y unirse a ellos en la gran sociedad humana universal, dentro de un contexto de desarrollo más amplio

En la siguiente escena he visto al lugar de donde partió la civilización humana que alcanzó las estrellas.

Un paisaje nuevo de praderas verdes tíos y cielos azules, en donde más adelante volverá a crecer una nueva civilización humana.

Veo la señal de despedida.

Al ser dorado que he visto antes y que representa al ser humano evolucionado que alcanza las estrellas le he.puesto de nombre Ado, para poder referirme a él en otros textos. Ado viene de dorado, dor-ado, Ado.

Un abrazo.


Fernando Ortolá 


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