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domingo, 1 de mayo de 2022

Bienaventurados quienes están Ahí


Cuando llegas al otro lado te das cuenta de que todo lo que pensabas que en tu vida habían sido victorias en realidad habían sido derrotas, y que todo lo que pensabas que habían sido derrotas en realidad habían sido victorias.
El otro lado es como este pero al revés y allí tan solo se paga o se cobra la consecuencia de lo que has hecho en este lado.
Si aquí has sido pobre allí serás rico, y si aquí has sido rico allí serás pobre, y con todo lo demás sucede lo mismo.
Quien vive esta vida como un Cielo de placeres en el otro lado tendrá una Tierra de dificultades, y quien ha vivido un tormento en la Tierra en el otro lado tendrá un Cielo de placeres.
El otro lado no es la panacea sino lo contrario a este lado.
Lo que si que alivia en el otro lado es que si en este has tenido excesos y eso te ha producido tensiones entonces en el otro lado ya no tendrás esos excesos y eso te relajará pues te quitará las tensiones que te producían esos extremos, pero esos extremos se contrarrestarán con extremos hacia el otro lado, que igualmente son extremos y te crearán otro tipo de tensiones, así que no vale la pena estar desequilibrado aquí hacia un lado y luego allí desequilibrarte hacia el otro lado, por mucho alivio pasajero que eso produzca es absurdo cambiar un extremo por otro, unas tensiones por otras. Lo mejor seria dejar de tener desequilibrios ni hacia un lado ni hacia otro, dejar de tener tensiones, es decir, vivir al fin sin tensiones, estar Ahí en el presente, pues eso si que es la verdadera gloria que para tenerla no es necesario ir al otro lado pues también la puedes tener en este lado, en el lado en el que estés, aquí o allí.
Esa es la verdadera gloria del Ahí, el verdadero éxtasis humano y eterno, el verdadero equilibrio y sentido común, la verdadera Casa del Padre.
Cuando el verdadero Jesús, el cenuítico, no el romano, se refería a las bienaventuranzas diciendo:
"... Bienaventurados los pobres porque ellos serán ricos, bienaventurados los tristes porque ellos estarán alegres... etc"
...Con ello no se refería a que es bueno ser pobre porque así luego serás rico, pues tanto el ser rico como el ser pobre son dos extremos en los que no hay que estar. Con las bienaventuranzas Jesús hacía una crítica irónica hacia quienes viven en los desequilibrios diciendo algo así como podríamos decir en nuestros días también con ironía pero sin maldad, de un modo didáctico y a la vez gracioso y cómico:
"... Mira que listo se cree quien para no desequilibrarse por la izquierda se desequilibra despues por la derecha cayéndose así al suelo..."
"...Bendito y bienaventurado sea él con su desequilibrio se cae hacia el otro lado para así corregir el desequilibrio opuesto..."
Cuando Jesús dijo las bienaventuranzas a la gente se debió de reír, pues él estaba hablando en tono de broma irónica para explicar que para corregir un extremo no hay que ir al extremo opuesto, sino que hay que ir al centro, pues en un extremo está la Tierra y en el otro está el Cielo pero ambos extremos están igualmente desequilibrados, por lo que lo mejor es no ir ni a un extremo ni a otro sino al centro de equilibrio el cual es la verdadera Casa del Padre, el sentirte bien, el vivir el presente, el estar Ahí, lo cual es algo que se puede hacer en cualquier momento y para eso no es necesario ir al otro lado, al Cielo, sino que aquí en la Tierra también se puede estar Ahí en el centro de equilibrio en la verdadera voluntad del Padre creador que es también la verdadera voluntad de todos inscrita en lo mas hondo de todos los corazones de los seres vivos.
Por eso mas importante que esperar el cielo que es el otro lado del desequilibrio es que os encontréis a vosotros mismos, que seáis vosotros mismos, que viváis de corazón y en equilibrio estando Ahí, en todo momento, indiferentemente si estáis en la Tierra o en el Cielo, en este lado o en el otro, pues lo mas importante es estar Ahí estéis aquí o allá o donde quiera que estéis, estar Ahí es la verdadera gloria eterna, la auténtica Casa del Padre, la lámpara del cuerpo, el despertar de los verdaderos sentidos internos humanos y extrasensoriales, estar Ahí lo es todo y podéis estar Ahí siempre, cada vez que os lo propongáis, pues estar Ahí tan solo depende de cada uno, si por él mismo decide estar Ahí o no, y no vale la pena no estar Ahí.
La parte del discurso de Jesús que él posiblemente dijo y que se debió de haber perdido es el siguiente:
"Bienaventurados quienes están Ahí porque ellos están en la Casa del Padre"

Por el estar Ahí de todos


Fernando Ortolá

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