Páginas

jueves, 27 de noviembre de 2025

La igualdad no se hace, se vive

La mente no puede atrapar al cuadrado porque es triangular.
El cuadrado al igual que el círculo y el punto representa al espíritu.
Tal como se representa en una pirámide el espíritu es el vértice superior de la pirámide y el cuadrado de la base.
La zona intermedia de la pirámide está representada por la línea que asciende desde el centro de la base hasta el vértice superior y por los triángulos de los lados.
La línea es a su vez la figura del rectángulo que junto con el triángulo están asociados a la mente y a la materia.
El triángulo es la mente (S) y la línea o rectángulo es la materia.
La mente es la esencia S, la materia es la esencia F, el círculo es la esencia C y el cuadrado es la esencia E, tal como figura en la e-4 cenutítica, sobre la cual también se puede ver que el círculo y el cuadrado se hallan en el hemisferio sur asociado al espíritu y el rectángulo y el triángulo se hallan en el hemisferio norte asociado a la materia.
Cuando hay escasez, es decir que hay poco,  es es cuando se busca compartir de igual a igual, pues hay poco, por ejemplo poco alimento, poco pan, y lo poco que hay hay que suministrarlo bien entre todos los presentes, de igual a igual es decir una porción de pan para cada uno.
Si hay poco es porque hay otro lado, otro bando, otro grupo de gente que tiene mucho y a causa de eso el grupo de gente en cuestión tiene poco, pues lo que le sobra al otro le falta a este.
Si el otro grupo de gente tiene mucho es porque el grupo de gente que tiene poco en realidad tiene mucho de otra cosa de la cual ese otro grupo tiene poco.
Pues así es la ley natural de balance universal.
Dándose cuenta de que eso es así y al ver que se tiene poco pan y que eso se debe a que se tiene mucho de lo que es el otro tiene poco entonces se deduce que en vez de esforzarse en compartir de igual a igualel pan para aguantar esa situación de desbalance con respecto al otro grupo es mejor solución dejar de acaparar eso de lo que se tiene mucho y de lo que el otro grupo tiene poco, para que así el otro grupo deje de acaparar el pan y el grupo en cuestión vuelva a tener el pan que necesita sin necesidad de someterse a compartir estrictamente de igual a igual el pan que hay pues al haber pan suficiente cada cual simplemente podrá dejarse llevar por su instinto y comer el pan que necesita para saciar su hambre. Pues todos no necesitan la misma cantidad de pan ya que hay personas con un cuerpo más grande que otras y que necesitan comer un poco más para sentirse satisfechos al igual de que otros para alcanzar la misma satisfacción no necesitan comer tanto pan.
Esa sería la solución correcta en vez de aguantar la pobreza y el desbalance bajo unas medidas estrictas de control y reparto igualitario y somero de lo que se tiene.
La pregunta ahora es la siguiente:
¿Qué es eso que un individuo puede tener mucho más que  otro y lo cual hace que el otro tenga mucho más pan que el individuo?
Puede ser que lo que el individuo que necesita pan está acaparando más que el otro es el sentirse poseedor de una verdad y no reconocer la verdad del otro, pues eso hace que ese otro sienta la necesidad de acaparar la materia frente a alguien que acapara el espíritu es decir la posesión de la verdad y el no reconocimiento de la verdad del otro.



Otro gran error existencial es el pensar que el Espíritu es único y exclusivo de cada ser cuando la realidad es que el Espíritu es la unión de todos los seres y las identidades únicas y exclusivas existen solo en la materia.
Es evidente que la inversión de esos los elementos de materia y espíritu es lo que produce el dolor.
Es decir el poner el espíritu en el terreno de la materia o poner la materia en el terreno del espíritu.
Por eso no está de más observar bien a esas partes tan importantes de la vida para que vivan en armonía cada cual en su terreno y eso produzca un bienestar.
Para ello se pueden observar esos conceptos colectivos subconscientes y equivocados a través de los cuales grandes masas de gente están sufriendo por vivir una inversión de esos dos elementos básicos de la materia y el espíritu, lo cual representa como una especie de  nudo, bloqueo y obturación que se ha producido en el flujo natural de esas esencias vitales y que es una avería que está produciendo una gran cantidad de sufrimiento a un gran número de gente, por lo que vale la pena pegarle una mirada e intentar corregirlo.
Por ejemplo ese atributo del espíritu que es la igualdad el cual se ha colado en el terreno de la materia y produce estragos en la población.
La igualdad pertenece al espíritu no a la materia.
Pues la igualdad es un concepto abstracto y su subjetivo, es decir que no se puede tocar con las manos pues se encuentra en el mundo de las ideas y de los pensamientos y más concretamente en fundamentos con los cuales se establece que debe de existir un bienestar para todos por igual. Es ese lugar correcto del concepto de igualdad es decir en el mundo de los principios de lo que no es material es decir de lo que es el terreno del espíritu pero no de la materia.
En la materia sin embargo no existe nunca la igualdad pues cada objeto cada cuerpo cada cosa es diferente y aunque sean iguales de forma pero son diferentes en la posición de modo que en la materia no hay nada que sea igual a otra cosa todo es único y exclusivo.
La materia está dirigida siempre por una jerarquía tal como se puede ver en la gran materia del Sistema Solar en la cual está el sol en su centro y los planetas girando a su alrededor.
Por eso querer poner la igualdad en la materia es un reto imposible que solo produce dolor por intentar arrancar del espíritu su principio de igualdad y ponerlo en la materia, lo cual no funciona y produce dolor ya que el principio de igualdad no pertenece a la materia sino al espíritu.
Ni siquiera cuando hay escasez de algo hay que recurrir a la igualdad con el intento de sacarla del espíritu y ponerla en la materia para ver si así se soluciona esa escasez.
Pues eso aún empeora más la situación pues se mantiene el desbalance además de el dolor de poner un atributo del espíritu en la materia.
Si el atributo de igualdad que pertenece al espíritu se pone en la materia con esa inversión que de ese modo se realiza se produce otra inversión paralela y consecuente y es la de que al poner la igualdad del Espíritu en la materia entonces la jerarquía que pertenece a la materia pasa al terreno del Espíritu es decir que también invierte su posición.
Lo cual produce que en el espíritu se consideren unas personas más que otras es decir unos elegidos y privilegiados en contra de otros marginados despreciados y condenados.
Pues una inversión produce la otra.
Es decir que el poner el atributo de la igualdad del Espíritu en la materia produce que el atributo jerárquico de la materia se vaya al terreno del espíritu.
Ambas inversiones producen un gran caos y destrucción tal como por ejemplo se puede ver que ha sucedido en el mundo hasta la fecha a no ser que se corrija ese error para que esa inversión desaparezca y deje de producir todo ese gran caos.
Voy a plantear vías de soluciones para poder corregir ese error.
Con esa intención empiezo a enfocar lo ahora observado en cuanto a la igualdad que se arranca del Espíritu para aplicarla en la materia con la hiriente forma de una igualdad sangrante y dolorosa por estar afuera de lugar y con el error de intentar solucionar la escasez a través de esa estricta igualdad de dolor, lo cual empeora el problema, en vez de solucionarlo de verdad cuando quienes sufren escasez de materia dejan de acaparar eso que hace que el otro acapare la materia, es decir cuando el que sufre escasez de pan deja de acaparar el espíritu, la verdad, reconociendo que esta también está en el otro igual que en él.
Es decir no caer en el típico error de decir " soy pobre pero tengo más espíritu que el rico"
Pues eso es hacer que el problema el mal el desbalance el desorden el desequilibrio y el dolor continúe para ambos tanto para el pobre en la materia como para el rico en el espíritu.
Todo ese problema se soluciona cuando se reconoce que en el espíritu no hay privilegiados, ni elegidos, ni condenados, sino que todos los seres son iguales y dignos y todos viven en igualdad entre ellos formando un solo gran espíritu.
Mientras que en la materia debe seguir existiendo una buena jerarquía puesta al servicio de la igualdad es decir para que todos reciban el alimento que necesitan según su necesidad hasta poder saciarse y tener salud.
Al reconocer la verdad que está en el otro es decir al reconocer la igualdad espiritual no se pierde el pan tal como se teme, es decir que el otro entonces no va a acaparar la materia y también el espíritu dejando al individuo absolutamente vacío.
Pues eso que se teme es imposible ya que la ley natural no permite que se produzca.
Pues cuando alguien acapara el espíritu tiene menos materia y cuando alguien acapara la materia tiene menos espíritu, por la misma ley natural del balance universal.
Así que el reconocer la verdad y el espíritu de los demás es la solución, en vez de limitarse a una sufrida igualdad afuera de lugar para no tener que reconocer la verdad del otro, lo cual empeora cada vez más el problema.
Reconocer la verdad del otro es seguir el propio instinto natural confiando en la naturaleza al vivir el mundo tal como esta lo hace y lo dirige confiando en que la naturaleza va a hacer un buen reparto de los frutos que cada cual necesita los cuales no necesitan ser repartidos a través de una estricta igualdad o democracia política dirigida por los individuos ya que ese reparto de frutos entre todos lo hace la misma naturaleza, no es necesario crearlo ni producirlo si no tan solo seguir el propio instinto natural y vivir en paz y en armonía para que la naturaleza misma realice ese reparto de frutos entre todos tal como lo hace siempre de un modo natural primero en el interior de todos con una aceptación mutua entre todos y después manifestado al exterior a través de una buena sociedad de igualdad de bienestar para todos.
Cuando los individuos intentan hacer por sí mismos ese balance igualitario que la naturaleza ya hace es normalmente para intentar vencer al enemigo a través de un escudo igualitario artificial para poder seguir acaparando eso que se ha robado a ese enemigo al cual se intenta continuar venciendo a través de esa igualdad artificial fabricada por los individuos que atacan a ese enemigo para poder seguir robándole su fruto.
Cuando se abandona esa oscura acción de acaparar los frutos del otro y cuando se acepta a este de igual a igual en el espíritu es cuando se sigue de verdad el instinto natural y cuando la naturaleza de verdad actúa produciéndola verdadera igualdad natural y armonía entre todos los seres y el bienestar de todos dando a cada cual lo que realmente necesita para poder sentirse bien.
A ese estado de estar en la paz y en la armonía le denominó el estar Ahí.
Una práctica cenuitica que ayuda a estar ahí es la práctica cenuítica de las esencias.
Pues en esta se comparte de igual a igual el espíritu es decir que se acepta de igual a igual la verdad de todos, es una actividad espiritual de igualdad, que realmente produce el bienestar en la materia, es decir la buena y natural jerarquía material que satisface a todos por igual dando a cada cual lo que realmente necesita.
Para ello hay que vivir la igualdad en el espíritu es decir reunirse para poder aceptar la verdad de todos, tal como se hace en la práctica cenuítica de las esencias.
En el espíritu somos todos iguales y en la materia: buena jerarquía.

Fernando Ortolá 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Conclusiones y opiniones de los lectores: