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sábado, 25 de abril de 2020

Hermana Tierra


El cuerpo que tenemos no es nuestro sino que es de la Tierra que nos lo ha prestado  para que podamos vivir en ella y sentir su abrazo de amor que como un gran regalo nos da de corazón.
Cuando termine nuestra estancia aqui le devolveremos el cuerpo agradecidos por la maravillosa experiencia que nos ha permitido vivir.
A veces olvidamos que no somos el cuerpo si no el espiritu que este contiene.
El cuerpo es nuestro vehiculo que conducimos para poder movernos en el medio en el que ahora estamos.
Por eso cuando tratamos mal al cuerpo este tiene la capacidad de protestar, nos reclama a nosotros, al espiritu que le conduce, y nos pide que por favor le conduzcamos mejor, con paz, armonia y respeto hacia los demas vehiculos que circulan por la misma via Tierra. Es decir que no choquemos contra otro vehiculo ni permitamos que otro vehiculo que no respeta las normas de trafico choque contra nosotros.
Nuestro vehiculo nos pide tambien que no le pongamos carburante tóxico, sino el que le corresponde que son los alimentos sanos.
Pero a veces nuestro espiritu se pone épico y nos saltamos las normas conduciendo a nuestro vehiculo cuerpo de un modo atropellado y atropellante, y apretando el acelerador de una pasión desbordada le llevamos por senderos peligrosos que transcurren al borde de barrancos abismales, lo cual nos lleva a lisiarlo intentando batir los records olimpicos, o los records de comer, o de sexo... o de superioridad sobre otros vehiculos,... y mientras la Tierra que es quien nos ha prestado el cuerpo para regalarnos su abrazo de luz nos mira con los brazos cruzados y un par de lagrimas por sus mejillas esperando paciente a que cumplamos el proposito de nuestra vida, no solo para hacernos felices ella sino tambien para hacerla feliz a ella con nuestro abrazo de amor.


Fernando Ortolá


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