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sábado, 20 de mayo de 2023

Relación entre la inclinación de la mirada y los órganos del cuerpo humano



El creador es un Ojo

Su modo de crear es inclinando su mirada hacia la derecha, hacia la izquierda, hacia arriba, hacia abajo.

 Se inclina hacia la izquierda para crear un astro a la izquierda, se inclina a la derecha, para crear una astro a la derecha, de inclina hacia arriba para crear un astro arriba, y se inclina hacia abajo para crear un astro abajo.

Cuando dirige su mirada hacia abajo crea un astro abajo y ese astro tiene un eje de rotación con una inclinación que tiene el mismo angulo que la mirada del Ojo cuándo se ha inclinado y dirigido hacia abajo para crearlo.

Cuando dirige la mirada hacia arriba inclinando la mirada hacia arriba crea un astro arriba el cual en su eje de rotación tiene la misma inclinación qué es la mirada del Ojo creador en el momento de haberlo creado mirando hacia arriba, dirigiendo su mirada hacia arriba o inclinando la mirada hacia arriba.

Lo mismo sucede con los demás astros cada astro creado por el gran Ojo central tiene en su respectivo eje de rotación la misma inclinación de la mirada del gran Ojo creador en el momento de haberlo creado.

Cada astro creado polariza en su eje de rotación de rango menor la dualidad inicial de rango mayor pleno y completo en la que se encuentra el Ojo creador.

En el rango mayor o órbita plena del gran Ojo central se manifiesta el día y la noche en toda la amplitud de su trayecto.

En los astros creados por Éll con la inclinación de su mirada se manifiesta la misma órbita plena del Astro central o del Ojo central pero doblada en ocho formando así una órbita más pequeña, menos amplia, de rango menor, en la cual también se representa el día y la noche en ese sector más pequeño de orbita doblada en ocho de rango menor que gira en torno del eje de rotación del astro creado.

De este modo el astro creado se presenta en calidad de hijo del Ojo creador al igual que un hijo tiene su rango de polarización día y noche menor que el rango de polarización de sia y noche del padre y a medida que el hijo va creciendo su rrango de captación del entorno se va ampliando hasta el punto de que la órbita de captación del entorno es plena como la órbita del Padre y puede captar el entorno según su plena realidad y alcanzar así a ser como el Padre creador, como el Ojo creador, con la misma facultad creadora que este, que su Padre.

En una entrada reciente me he referido a ese efecto en el que he comparado el rango de captación del entorno del padre o del ser adulto en un ámbito del 1 al 100 y el rango de captación del hijo o del niño en un rango de captación del 40 al 60, incluido dentro del rango mayor del padre.

Para el padre el 40 y el 60 del hijo es captado como luz mientras que para el hijo el 40 es plena noche y el 60 es pleno día y para el padre el pleno día es el 100 y la plena noche es el 1.  A medida que el hijo va creciendo su rango de captación del 40 al 60 va creciendo hasta llegar a ser del 1 al 100 como el del padre.

Los astros creados por el gran Ojo central son sus hijos con un rango de captación menor qué se puede comparar al rango de captación 40-60 del ejemplo anterior mientras que el gran Ojo creador se puede comparar al padre con el rango de captación del 1 al 100, es decir con la órbita plena en la cual la polarización del día y  la noche tiene una amplitud mayor, completa y plena en comparación con la polarización día y noche del hijo o astro creado por Él.

La polarización del entorno de rango 1-100 es la órbita plena del Padre y del Creador, del gran Ojo creador, y la polarización del entorno según el rango 40-60 es la órbita doblada en ocho de rango menor en la que se polariza el día y la noche de los hijos creados, de los astros creados, de los pequeños ojos creados.

Pues el Ojo creador con la inclinación de su mirada va creando astros a su alrededor, unos astros que son sus hijos, son pequeños ojos como Él, hechos a su imagen y semejanza.

Ese proceso creador del gran Ojo central se refleja también en el cuerpo humano.

El gran Ojo central en el cuerpo humano está representado por la glándula pineal y el cerebelo.

El radio de sur órbita plena está representado por la columna vertebral.

Cada órgano del cuerpo humano representa a uno de los hijos del Ojo central creado con la inclinación de su mirada.

Por eso cada órgano que compone el cuerpo humano está asociado a un respectivo ángulo de inclinación de la mirada del Ojo central del cuerpo humano, es decir de la glándula pineal, del tercer ojo en su manifestación a través de los dos ojos físicos.

Es decir que cuando inclinamos la mirada de los ojos hacía cierto lugar de arriba y con una cierta inclinación estamos estimulando el órgano del cuerpo que corresponde con ese grado de inclinación de su mirada.

Sí dibujamos un gran círculo en una pared blanca y dentro del círculo dibujamos en sentido giratorio a los distintos órganos del cuerpo y luego situamos nuestra mirada enfrente del centro del círculo y sin mover la cabeza tan solo inclinando la vista vamos mirando a los distintos dibujos de los distintos órganos que están dibujados dentro del círculo tendremos un efecto similar al efecto de la creación del gran Ojo central en el momento de inclinar su mirada para crear los astros del universo a su alrededor y el mismo efecto que se refleja en el cuerpo humano a través del cual por mediación de la glándula pineal, el tercero ojo, el gran ojo central crea los órganos que componen el cuerpo humano y a su vez los conduce. Por eso en el momento en el que dentro del círculo que hemos dibujado en la pared con los órganos distribuidos en su interior vamos dirigiendo la mirada para ver cada uno de esos órganos con esa inclinación de mirada respectiva qué dirigimos hacia cada dibujo de cara órgano estaremos estimulando ese órgano porque estaremos adoptando la misma inclinación de mirada que el Ojo central ha adoptado y mantiene para sostener y conducir la creación de cada respectivo órgano.

Es decir que todo está conectado entre sí, cada respectiva inclinación de nuestra mirada está conectada con cada respectivo órgano de nuestro cuerpo, con cada respectiva emoción nuestra, con su respectiva vértebra, y con su respectivo astro, con su respectivo ojo, con su respectivo hijo, con su respectivo ser vivo creado y conducido por el grano central, por el Padre, el cual se refleja también directamente en cada centro de giro de cada elemento creado, cómo se refleja también en la glándula pineal o tercer ojo del cuerpo humano.

Del mismo modo también se puede decir que cada respectiva inclinación de la mirada con sus respectivos grados de medida angular tiene su relación con cada respectiva persona de nuestro entorno, al igual que la tiene también con cada respectivo astro, con cada respectiva situación, con cada respectivo sentimiento, con cada respectivo objeto o elemento inerte o viviente de nuestro entorno, y cada mirada estimula positivamente cara objeto inerte o viviente de nuestro entorno cuándo tenemos una aceptación plena hacia ese objeto o ser que también es comparable a una de las esencias que componen todo el universo de nuestro entorno, ante la cual si la o le aceptamos plenamente le concederemos la salud a ese objeto, ser o esencia, y al mismo tiempo recibiremos el fruto positivo, el alimento sano y necesario qué es ser, objeto o esencia nos da para poder mantener la integridad plena y la salud de nuestro cuerpo y de nuestra ser.

Ese proceso de aceptación de las esencias de nuestro entorno se produce de un modo automático y natural cuándo simplemente nos dirigimos siempre hacia la esencia más alta es decir hacia el gran Ojo central, hacia el Padre creador, hacia el amor, hacia el ser nosotros mismos de verdad, hacia el seguir nuestro corazón y su voz qué es la presencia del Dios invisible de los adultos, del periodo adulto de la humanidad en el que estamos y qué está presente en la voz de nuestro corazón.  Toda esa actitud se resume con el estar Ahí, por eso cuando estamos Ahí entonces se produce de un modo automático y natural una aceptación hacia todas las esencias de nuestro entorno y recibimos su alimento de modo interno y activamos  la salud en todos nuestros órganos, en nuestro cuerpo y en nuestro ser.  Por eso hay que mantenerse siempre en el Ahí, en el amor, en la esencia más alta, en la paz, en la aceptación hacia todos por igual, en la energía  vital, en el impulso vital, en el aliento vital, en el ser uno mismo, en la confianza plena, en la vida, en la paz y en todos por igual, en el Padre universal y en el Ahí, es decir que hay que estar ahí siempre Ahí y toda la aceptación hacia todas las esencias funcionará de un modo automático y natural si seguimos estando Ahí.

Que ahí sea

Estar Ahí es más fácil, tampoco es fundirse el fusible persiguiendo frenéticamente la luz más alta, pues conduce a infringir la normal universal intentando atrapar la luz por uno mismo, haciendo así que la luz se paraliza, ya que es es la luz la que nos conduce a nosotros y no nosotros a ella, y así debe de ser para que todo vaya bien.

Por eso ante ese deseo erróneo de querer atrapar la luz hay que estar Ahí, es decir, no perder la paz, la paciencia y la salud queriendo atrapar la luz, sino aceptar ese escollo, esa dificultad, esa barrera lumínica, o barrera de la esencia E.

Es decir estar Ahí ante la barrera E. Al igual que hay que estar Ahí también ante la barrera de la esencia F que representa un obstáculo físico y no dejar de estar Ahí en la paz por intentar saltar ese obstáculo cuando eso nos lleva también a perder la paciencia la paz y la salud. 

En esa situación es obvio que la vida, la paz, el Ahí, no nos estará dando el saltar ese obstáculo físico.

Al igual que tampoco hay que perder la paz y el estar aAhí por intentar comprender algo muy difícil, por intentar saltar ese obstáculo intelectual, sino que hay que mantenerse Ahí en la paz también ante ese obstáculo intelectual ante ese Fes de la esencia S.

Tampoco hay que dejar de estar Ahí en la paz por intentar demostrar a los demás que somos algo, que estamos cualificados en esto o en aquello, que somos esto o aquello, que hemos conseguido ser tal o cual cosa, y que tenemos derecho a tal o cual cosa, pues también dejaremos de estar Ahí así intentando saltar las barreras de identidad cuando la vida, la paz, las circunstancias, no nos conducen a ello. Lo cual son barreras de la esencia C.

Ante las barreras, Feses u obstáculos de cualquier esencia C, F, S o E no hay que intentar saltarlos cuando el Ahí, la paz, la vida las circunstancias no nos lo dan porque entonces dejamos de estar Ahí. Sino que hay que aceptar esas barreras y estar Ahí para esperar que él Ahí, la paz, el amor, la armonía, nos lleve al otro lado de esas barreras en su momento adecuado.

 Eso es el estar Ahí, es algo mucho más sencillo.

  No es alcanzar el otro lado de los obstáculos perdiendo la paz si no que es mantenerte en la paz, en el Ahí, para que la paz, el Ahí,

   ayude a saltar esos obstáculos. Estar Ahí es confiar en la paz, en el Ahí, es tomar lo que él Ahí, la paz, nos está dando actualmente, el patrón natural colectivo de conducta actual,  lo cual se presenta mucho más fácil que todo eso, pues nos pide únicamente trabajar pacíficamente por una buena sociedad a lo cual la cenuítica le denomina el Doki.  Eso es el estar Ahí actual, es la norma natural del colectivo humano en el presente y cuando la seguimos trabajando por una buena sociedad entonces estamos Ahí y el Ahí nos lleva a saltar todos los obstáculos. 

   Por eso al seguir la norma actual y natural de conducta del colectivo humano que es trabajar por una buena sociedad, el Doki, lo cual es seguir la doctrina actual que es el Doki... eso ya hace que todo lo demás funcione automáticamente, el saltar todos los obstáculos, lo cual se presentará por sí solo en su momento, cuando de momento simplemente cumplimos con la doctrina natural actual que es el trabajar por una buena sociedad, pues de ese modo estamos Ahí y estamos Ahí de una manera fácil, en la que se puede estar en todo momento y ante todas las barreras de cualquier esencia, siempre se puede estar Ahí, en la paz, siempre se puede elegir la paz y seguir el camino del trabajo por la buena sociedad y en ese caso de un modo fácil podemos estar Ahí, siempre Ahí.

El estar Ahí no es realizar tortuosas hazañas para vencer grandes obstáculos sino es mantener la paz ante los obstáculos ante la realidad de que no podemos vencerlos en un momento determinado y  darnos cuenta de que es crucial mantener la paz para que la paz sea la que nos ayude a vencer esos obstáculos en su momento, eso es el estar Ahí.

Por eso el estar Ahí es más fácil.

Pues siempre tenemos la posibilidad de seguir la doctrina natural actual, la norma natural actual de conducta del colectivo humano que es una un colectivo humano que ya es adulto y que es trabajar por la buena sociedad.

Lo cual se presenta fácil porque es algo en lo que siempre en cualquier momento podemos ponernos a trabajar en ello, podemos dirigirnos hacia ello y porque principalmente ese deseo de ponernos a trabajar hoy por la buena sociedad, ese deseo de seguir la norma natural de conducta actual que es trabajar por la buena sociedad... es algo que todos deseamos de verdad de corazón porque está escrito en el corazón de todos los seres adultos que componen la humanidad adulta en la que nos encontramos actualmente.

Todo eso hace que el estar Ahí en realidad sea algo muy fácil.

Estar Ahí es lo más fácil y a la vez necesario.

Estar Ahí.

Ahí.

Un abrazo

Fernando ortolá



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