Kinomi muestra en este agroglifo la perfeccion de la cuarta dimension aparente en la que estamos, pues los cuadrados alcanzan el circulo (la perfeccion) que les rodea.
Es decir, que como siempre equilibra nuestras interpretaciones a su anteriores dibujos, en las que hemos remarcado la necesidad de salir de la cuarta dimension en la que estamos, para dirigirnos hacia la siguiente quinta dimension aparente.
Con lo cual sin querer hemos remarcado una cierta connotacion de negatividad asociada a esta cuarta dimencion en la que estamos, mostrando asi que nos encierra en una carcel, tal como por ejemplo parecia verse en al agroglifo de la esfera contenida dentro del cubo.
Con este agroglifo Kinomi nos corrige esa postura diciendonos que nuestra dimension cuarta aparente no es mala o negativa, sino que tambien tiene una forma de expresion alta, como la de los dos cuadrados cruzados que se ven en el dibujo del agroglifo, los cuales forman a la etrella del Ahí, que representa al Dios de nuestra cuarta dimensión aparente en la que estamos, que nos conduce a la perfección del circulo tal como este agroglifo muestra en su circulo externo, y que a su vez nace de la septima dimension (El grupo de 7 puntos en el centro del cuadrado) que es una dimension mas alta que la septima dimension lineal que representa a la estructura fisica que sostiene a nuestro mundo.
Es decir que para realizar la cuarta dimension aparente en la que estamos no hay que tener malos sentimientos hacia ella, sino todo lo contrario: amarla, pues forma parte de nuestro proceso evolutivo, y es una fase positiva igual que las demas, la fase de la cuarta dimension aparente en la que estamos.
Fernando Ortolá
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