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lunes, 29 de agosto de 2022

La oscuridad blanca


Los problemas que algunas ideologías y religiones tienen actualmente en las presentes eras del Hen en las que estamos son debidos a que se atoran al engancharse y quedarse colgados de la última chispa, de la oscuridad blanca, de la luz que para ellos es la más grande, es decir, que no aceptan el Fes que es la cruz, el yunque, el cuadrado, el buen esfuerzo y sacrificio con verdadera fé para que sea la fuerza del Padre bueno la que como siempre hace elimine por Él mismo el caos de esencias que nubla y amenaza su creación, y en lugar de eso, en lugar de que sea el Padre bueno quien combata y elimine la oscuridad, la van a combatir ellos mismos, quedándose solo en la ultima chispa u oscuridad blanca que pueden alcanzar por si mismos, la cual por hallarnos ya en las eras del Hen es siempre combatida por la oscuridad grande u oscura en la cual siempre se transforma en el circulo vicioso existencial que va de la oscuridad blanca a la oscuridad negra una y otra vez en un gran caos y desarmonia entre ambos polos de la dualidad, el blanco y el negro, la oscuridad y la luz, el día y la noche, etc.

Un gran trastorno formado por ir a combatir el Fes por si mismos con el intento de ir a atrapar por ellos mismos la última chispa de luz, la cima, la gloria, la oscuridad blanca, con el intento siempre frustrado dé realizar lo imposible que es coger, atrapar y poseer la última chispa, por lo cual siempre terminan perdiendo esa ultima chispa, ese trofeo, siempre se les escapa de las manos entre grandes dramas desesperados de llanto y dolor, por intentar realizar lo irrealizable, por intentar atrapar la última chispa, la luz, el Padre bueno, cuando en realidad no somos nosotros quienes debemos de atrapar al Padre bueno (a la última chispa, a lo más alto de la luz. .) ... sino que es al revés, es el Padre bueno quien nos debe de atrapar y llevar a nosotros para que todo vaya siempre bien hasta última chispa verdadera y viva traída siempre por Él, por el Padre bueno, y nunca por nosotros, por eso todos nuestros intentos de atrapar la última chispa por nosotros mismos son siempre nefastos pues con ello hacemos que esa última chispa deje de fluir libremente del Padre hacia nosotros, pues la atoramos, la encerramos y poseemos en una caja, haciendo que el fruto fresco de la última chispa se estropee, se pudra en una maloliente sustancia que llevamos encima como una repelente oscuridad blanca que inunda nuestro ser enfermándonos y creando malestar y enfermedad también a la gente que se halla en nuestro entorno, por esa chispa de luz que hemos intentado atrapar por nosotros mismos y combustionado, quemado y atorado en nuestro ser, y transformado en un ser de espiritu maloliente, al igual que el cuerpo de un perro que se revuelca sobre las heces de otro perro, por habernos revolcado también por el fruto de la última chispa que hemos mal sacrificado y podrido con nuestras manos, llenandonos así de un terrible mal olor espiritual que todas las personas sensibles captan haciendoles retorcer por la peste y el hedor el cual también enferma físicamente a la gente menos sensible que aunque por falta de sentidos espirituales no captan ni se dan cuenta de ese mal olor espiritual sin embargo si que lo captan sus cerebros y cuerpos de un modo inconsciente poniéndoles enfermos físicamente.

Todo ese caos se produce por intentar atrapar la última chispa por nosotros mismos en vez de vivir con fé y alegría,tomando la última chispa que el Padre bueno nos va dando en cada momento a través de una esencia u otra, a través de una acción u otra, del pensar en un momento, del sentir en otro, de la acción del cuerpo en otro momento, o del tomar una propia iniciativa en otro momento, por ejemplo, la de construir una silla en un momento, o cocinar en otro momento, o en otro momento nadar, o escribir o leer, hablar o escuchar etc, es decir ir tomando todas esas esencias, esos distintos momentos que la vida (el Padre bueno) nos va dando a través de nuestro corazón, nuestra fé y confianza en la luz, en la vida, en Él, en el Padre bueno, estando en Él en cada momento al mismo tiempo que lo sentimos, es decir, estando Ahí.

Los problemas vienen solo cuando dejamos de estar Ahí, en vez de aceptar el Fes para dejar que este saque el caos de donde se esconde lo ate y lo elimine del todo. El único modo de aceptar el Fes y dejarle actuar es activando las esencias tal como ya debemos de hacer en las eras del Hen en las que ya estamos, y en la humanidad adulta que ya somos.

Activar las esencias es activar el cuerpo, la mente, las emociones y la voluntad tras el equilibrio y la formación de nuestra sociedad.

Esta acción tal como la describe el estudio cenuítico es la práctica del Doki, que es la doctrina natural actual, de las eras del Hen en las que estamos.

Las eras del Hen son los tiempos en los que nuestra humanidad ya es un ser adulto.

Para apartar la oscuridad hoy en el Hen hay que activar las esencias, y para activar las esencias, el cuerpo, la mente, las emociones y la voluntad hay que trabajar en el Doki que es caminar hacia la formación y el equilibrio de la sociedad.

Para que todo eso funcione hay que ponerse en el Iko, el cual es la acción concreta que el Ahí da a realizar en cada momento, como pueda ser por ejemplo limpiar una bicicleta, o hacer ejercicio, o labrar una huerta, o descansar, o leer, o escribir, o nadar etc. Cuando te activas en el Iko, tomando lo que el Ahí te da en cada momento, es decir cuando en este caso por ejemplo te pones a limpiar la bicicleta porque sientes de verdad que eso es lo que quieres hacer en ese momento, es decir que tu corazón (él Ahí...) en ese momento te lleva a realizar esa acción concreta, entonces cuando en ese momento siguiendo tu corazón te pones a limpiar la bicicleta se produce una reacción interna que activa el Fes el cual ata a la oscuridad interna para que esta no produzca más destrozos inconscientemente (enfermedades, contratiempos etc) la ata a un objeto circunstancial externo (el Fes) y después elimina esa oscuridad, si continúas estando Ahí, es decir si continúas tomando lo que el Ahí te da en ese momento, que en este caso es limpiar la bicicleta.

Sin el Iko no se produce el Fes y sin el Fes la oscuridad se queda descontrolada en el interior del cuerpo y de la materia, en lo diminuto, en el lugar en donde viven los pequeños seres, microbios y demás, afectando a la persona de modo inconsciente, por inercia, y produciéndole enfermedades ... Vía interior y microcósmica.

Por eso es tan importante el Iko, para que se consolide el Fes y este pueda sacar la oscuridad del mundo diminuto en donde se esconde para que esta no produzca enfermedades y para hacer que desaparezca el caos, y solo exista armonía.

Así que lo que nuestros padres nos decían de niños acerca de que debemos de estar activos en algo para que no nos invadan raros pensamientos es verdad, aunque a esa verdad que se sabía por intuición hay que añadir los demás ingredientes de la doctrina natural actual de los tiempos del Hen, y esos atributos o ingredientes son:

1- Activación de esencias.

2- El Doki

3- El Iko

Vivimos en una sociedad humana que ya es adulta y por eso el estar Ahí actual nos pide que seamos adultos es decir que despertemos nuestras esencias, el cuerpo, la mente, las emociones y la voluntad... para así poder estar Ahí.

En las eras del Hen en las que ya nos hallamos y en las que nuestra humanidad ya es un ser adulto... el Fes (el límite, la dificultad, etc) ya no se presenta en la materia, en nuestro cuerpo sino en nuestra mente. Eso no significa que la mente sea la mala, sino que en la mente se presenta el mal o limitación, es decir, el Fes.

Por eso actualmente no debemos de asustarnos del Fes mental, y aunque éste aparezca debemos de seguir estando Ahí, siempre en la última chispa de lo que el Ahí nos va dando en cada momento, siempre Ahí, para que sea el Ahi quien vaya eliminando siempre y totalmente esa oscuridad del Fes que se presenta en nuestra mente, y así vivir desposeídos de esta, estando Ahí.

En las pasadas eras del Hes cuando la humanidad era una niña el Fes (la dificultad, el obstáculo, la barrera, el horizonte...) no era mental sino físico, y se presentaba con problemas materiales, pues un cuerpo joven aún no sabe valerse por sí mismo y necesita siempre de la ayuda de un tutor físico que le ayude, enseñe, guíe y prepare, formando así su ser para que crezca bien y llegue a la adultez.

Actualmente en el Hen todo eso ha cambiado.

En el pasado Hes el tutor, el guía físico nos llevaba a descansar nuestras esencias, el cuerpo, la mente (meditación oriental), las emociones, y la voluntad, pues estas aún no estaban desarrolladas y una humanidad joven aún no estaba preparada para poder hacer uso de ellas.

Pero actualmente en el Hen la humanidad ya es adulta y para poder estar Ahí debe despertar las esencias y mantenerlas activas y entre esas esencias está la esencia de la mente, en la cual aunque el Fes (la limitación eventual...) se presente en ella, la solución no es detener la mente como en las pasadas eras del Hes sino todo lo contrario, activar la mente, para que así el Fes desaparezca, pues el estar Ahí del Hen es activar la mente y no pausarla.

En Oriente se refleja el camino evolutivo de la humanidad yendo al Hes y en Occidente se refleja el camino evolutivo de la humanidad yendo al Hen, aunque toda la humanidad tanto Occidente como Oriente, se halla actualmente evolucionando por el camino evolutivo que conduce al Hen, que es el camino de ascenso, o camino de Ki, tal como la cenuitica lo define para poder hacer un estudio de ello.

El adulto sigue su corazón y confía en el Dios invisible

El niño quiere ser él el único, el vencedor, el campeón, el rey, el hacedor, el creador, pues así ve también a su maestro, tutor y guía físico, como el único vencedor, y Creador.

El adulto ve que el único hacedor y Creador no es él ni tampoco otra persona física sino que el único hacedor es una entidad invisible, un Dios invisible, que hace todo y mueve todo de un modo perfecto y que actúa a través de todo y de todos, y que cuando le dejamos actuar a través de todo y de nosotros nos sentimos muy bien.

Por eso el niño es el que siente que debe de conseguir y dominar el equilibrio, y piensa, estudia y aprende el modo de conseguirlo.

Pero el adulto ya no busca el equilibrio (la mente, la dualidad, el equilibrio entre los 2 hemisferios cerebrales) sino que sigue su corazón (es él mismo...) pues sabe que es el Dios invisible quien hace el equilibrio, el Dios invisible en el cual el ser adulto confía siguiendo su corazón y siendo él mismo tal como el Dios invisible (el Padre universal) le hace y le lleva en todo momento.

Por eso el adulto a veces aún teniendo la razón acerca de algo da su brazo a torcer ante quien le contradice para evitar así que se produzca un problema de manifestación violenta por parte del otro, y para mantener la paz, para dejar así que sea el Dios invisible quien actúe a través de él y a través de ante quienes ha dado su brazo a torcer, para darles paz y hacerles ver la razón que tenía el adulto que antes les hablaba.

Es decir que hay que estar Ahí.

El niño debe pausar las esencias, el cuerpo, la mente, las emociones y la voluntad, de ahí la meditación oriental que se centra en detener las esencias, pues en Oriente se reflejan los tiempos infantiles del niño.

Sin embargo el adulto debe de activar sus esencias, pues ya ha aprendido a hacer uso de ellas. Si el adulto esrá mucho tiempo sentado eso no le sienta bien a su circulación sanguínea, se enquilosa y enferma.

Cuando en el niño es al contrario, tiene de calmar sus esencias pues aún no está formado ni preparado para poder hacer uso de ellas, calmar su acción física para que no se lesione por exceso de acción incontrolada, y lo mismo con las demás esencias calmar su mente (meditación oriental) sus emociones y su voluntad, para lo cual debe de seguir únicamente a su maestro como al mismo dios en la Tierra con forma física.

El contraste de las esencias nos da el significado de las cosas.

Una planta más tiempo es igual a un animal.

Un animal sin tiempo es igual a una planta.

Los animales de 4 patas andan en contrasentido con las patas de atrás igual que los giros contrapuestos del eje de precesión o el de los dos pedales de la bicicleta.

Cuando van más deprisa se pierde el giro de precesión y las 2 patas de delante van juntas igual que las dos de atrás, se está en la polaridad de la dualidad, en la e2, la superficie plana en donde se proyecta el hexágono con la sombra del cubo, se está en donde se produce el salto dimensional que produce toda la energía y mueve todo, como instrumento del Creador.

La naturaleza misma lo muestra, como por ejemplo los animales con su caminar.


Fernando Ortolá




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