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domingo, 14 de abril de 2024

Escapar del cementerio



En vez de preguntar a alguien a dónde vive se debería de preguntar a dónde muere.

Pues que diferencia hay de las ciudades a los cementerios y de las casas a los ataúdes si las personas están más ocupadas en morir que en vivir.

En una sociedad en la que la mayoría no tiene la iniciativa de ir a visitar a otro, de ir a buscar a sus amigos, a sus semejantes, a sus familiares, para realizar con ellos una agradable acción, y en donde la mayoría de gente se quedan esperando a que esos familiares, conocidos, amigos les llamen, les lleven, les regalen un me gusta, vayan a hacerles ver su aprecio, y a mostrar su aceptación , su afecto y su cariño, es una sociedad en donde falta la iniciativa de la mayoría de la gente, de los individuos, en donde esta ausente el propio impulso de cada uno que le lleve a visitar a los demás y a realizar acciones juntos, a vivir con ellos, en vez de ponerlos a morir en el recuerdo, en la demonización, en la derrota fingida y forzada de una oculta batalla, en la burla ,el rechazo y el desprecio.

Una sociedad en la que la ausencia de la iniciativa de los individuos es una gran y dramatica molestia es una sociedad que ya es adulta la cual forma parte de una sociedad que ya se halla en su segundo periodo de adultez, es decir que ya es una humanidad adulta pues si fuera infantil no sería una molestia la falta de iniciativa ya que los niños no están preparados aún para poder seguir el propio determinismo sino que únicamente siguen las iniciativas y las acciones que su tutor físico les proyecta y planifica para que tengan sus esencias calmadas, es decir sus cuerpos, sus mentes, sus emociones y sus identidades, para que estén todo el tiempo ocupados en algo ordenado, mandado y dirigido, que les permita seguir formando las esencias que componen el ser de cada individuo, el cuerpo, la mente, las emociones y la identidad, para que algún día puedan alcanzar la adultez.

Es decir que todo eso muestra que vivimos en una sociedad que ya es adulta pero que aún seguimos la norma natural de la pasada sociedad infantil y por eso la falta de iniciativa propia y de los demás nos duele a todos porque en una socuedad adulta significa la falta de vida, la falta de salud y hace que nuestras ciudades se transforman en cementerios y nuestras casas en ataúdes que no nos permiten vivir sino solo morir en unas ciudades en donde en sus balcones nicho mueren las flores encarceladas en sus macetas entre las rejas de la cárcel de sus balcones contemplando a sus hermanas que viven en el campo de un exterior que no pueden alcanzar con sus hojas extendidas hacia él que se asoman a la calle entre los barrotes pidiendo la libertad.

Todo ello muestra que estamos en una sociedad que ya es adulta y que debemos de seguir la norma natural del ser adulto para poder sentirnos bien pues en ella está la vida que no debemos apartar de nosotros al recluirnos en la norma pasada infantil la cual actualmente no nos da la vida sino la muerte, una dolorosa muerte en vida llena de insatisfacciones, enfermedades, enfrentamientos, guerras, desastres naturales y demás contrariedades que nos resignamos a aceptar por no activarnos en la norma natural del ser adulto de una humanidad adulta en la que ya estamos lo cual es activar nuestras esencias ya formadas, nuestro cuerpo, mente, emociones, e identidad, para trabajar con ellas en la formación de una buena sociedad, pues nos han asustado tanto, prohibido tanto y castigado tanto cada vez que hemos intentado trabajar por la buena sociedad que ya no lo hacemos,se ha transformado en un gran miedo subconsciente y colectivo, hemos desistido de ello, y huimos del asunto cómo si se tratase del mismo demonio. Aunque todos nos damos cuenta que si nos lo han prohibido es porque la buena sociedad contiene la igualdad y la igualdad no les interesa a todos sobre todo a la minoría que tiene el poder una minoría jerárquica la cual ha reprimido siempre sistemáticamente y sigue reprimiendo todos los intentos de la población en salir de la forzada muerte en vida y ponerse a trabajar en la propia iniciativa, las propias emociones, las oropias ideas,la propia identidad y determinismo, la propia acción del cuerpo, para ir a buscar a los demás, a los familiares, a los amigos, a los conocidos, a los próximos, a los prójimos, al prójimo, para proponerles trabajar con ellos en la construcción de una buena sociedad igualitaria en la gran acción que actualmente en una sociedad adulta nos da la vida a todos, nos da la salud, el amor, la satisfacción, la paz y la alegría, la libertad y la plenitud que ilumina las flores en nuestros balcones llenandolos de sentido y de un feliz colorido decorando nuestras casas de un maravilloso brillo, con un maravilloso arcoiris palpitante, pletórico, de salud y lleno de una gente feliz y sana que se quieren y se aman de igual a igual, en unas ciudades que ya no son cementerios sino mundos llenos de vida que como las plantas y los árboles de la naturaleza crecen unidos a las praderas, las montañas, los ríos, los valles, los mares, las estrellas y el universo con los cuales son una sola familia de amor, libertad, plenitud, dicha, y vida eterna.

Asi podremos volver a preguntarle a alguien que a dónde vive en vez de a dónde muere, nuestras casas dejaran de ser cementerios y nuestras casas ya no seran nichos, pues la gente ya no estara ocupada en morir sino en vivir.

De ese modo es posible encender la bombilla de nuestro mundo viviendo la norma natural actual del ser adulto.


Fernando Ortolá 

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