La luz de lo más bajo conducida desde lo más alto
En el hombre (C) su semilla de la vida emerge de dos compartimentos (2, F, polo inferior de la esfera) y se dirige por una línea vertical (1, C, a traves del centro, cruzado, gravedad, eje de rotacion) hacia una cúspide alta esférica (C, vortice del polo superior) en donde las semillas se manifiesta en el exterior (superficie de la esfera, orbita, 2, F, tierra de cultivo) junto al punto alto de la linea vertical de la mujer, con un estímulo que a diferencia del hombre es circular y continuado en torno a ese punto (orbita, F, 2, exterior) mientras que el estímulo del hombre en ese mismo punto es central y concentrado en la semilla emitida (C, unico, un instante, exclusivo, una vida).
Se puede representar con el paisaje de una tierra fértil en la que el gozo del hombre está en la semilla que se siembra y el de la mujer está en el de las ondas de luz concéntricas que del Sol llegan a la semilla para fecundarla.
En este caso se trata de una semilla de vida humana.
La mujer (F) es la esfera planetaria de la Tierra dividida por el eje de rotacion en dos mitades a derecha e izquierda.
El hombre (C) es el eje de rotación que con su movimiento ascendente y descendente une en el centro de la esfera terrestre a los puntos opuestos de su superficie haciendo que estos se encuentra en el centro en la fuente de vida en donde se obtiene la semilla que se conduce a hasta la superficie de la esfera en donde va a ser sembrada en la tierra en la que germinará una nueva vida.
El mismo sistema gráfico se va reflejando a distintas escalas, en las que ambos el hombre y la mujer juegan papeles análogos.
El hombre (C) es el eje de precesión y la mujer es el eje de rotación.
Pues el eje de precesión es el que produce la órbita doblada en ocho en el planeta sembrando la superficie de este con las semilla procedente el centro de la órbita (C).
En la base de la columna se refleja la relación entre el hombre y la mujer de la cual informan esas figuras que intervienen en su acto reproductivo.
Aunque a medida que se va ascendiendo la línea vertical de la columna vertebral el ser humano va entablando relación con grupos de los que cada vez intervienen un mayor número de personas y en los que cada vez se realiza un tipo de amor más elevado capaz de acoger más gente.
En el amor más alto y elevado de esa cadena el ser humano se funde con amor con todos los seres de la creación realizando un intercambio perfecto e igualitario con todos ellos.
Esa es la corona y realización de la creación.
Esos alimentos que el ser humano debe de recibir de los demás seres humanos para poder mantener su salud entran simbólicamente por la garganta.
Por eso cuando el ser humano no acepta interiormente la presencia de otro ser en su recuerdo ese alimento suyo no llega a su garganta y eso produce una punzada por la falta de ese fruto procedente de esa persona rechazada en el interior.
Ese rechazo se representa físicamente en un dolor de garganta para indicar al individuo de un modo interno que debe de aceptar a esa otra persona o personas en su interior para así poder mantenerse con salud interna la cual es más importante que la externa.
Si el alimento no entra bien por esa parte alta de la línea vertical de la columna vertebral y que representa la garganta eso hace que el alimento tampoco salga bien por la parte inferior de esa misma línea vertical es decir por el ano.
Lo cual produce esas molestias típicas en el ano que se derivan en hemorroides y otro tipo de afecciones, lo cual son punzadas que simbólicamente indican al individuo que debe de aceptar dar su alimento interno a todos los seres por igual sin excluir a nadie pues una pequeña exclusión puede traducirse en una punzada de dolor en esa parte.
Al igual que una exclusión o rechazo hacia la llegada interna del fruto de alguien puede reflejarse en una punzada de dolor en la garganta.
Las vértebras parecen querer indicar esos niveles que se va elevando a lo largo de la columna vertebral y en los cuales cada vez se incluyen más sedes en el intercambio de frutos.
En la base de la columna el grupo de intercambio de frutos se componía solo de dos sedes representados por la pareja de hombre y mujer.
El grupo que se presenta en la parte más alta de esa línea de ascenso evolutivo es el grupo formado por todos los seres vivos que componen la creación entre los cuales se establece un intercambio de frutos igualitario y perfecto que ofrece un máximo bienestar a todos por igual.
Es decir que produce un placer eterno a diferencia del grupo inferior y dual de la línea que se refleja en la típica pareja y en el cual se produce un placer que dura un instante reflejado en la relación reproductiva.
Abajo el momento y arriba la eternidad.
Aunque la garganta no es la parte más alta de esa línea de ascenso sino que lo es la parte más alta de la cabeza.
Por lo tanto es en torno a esa parte más alta de la cabeza en donde el individuo sentirá punzadas de dolor para avisarle que estaba olvidando aceptar el fruto interno de algún ser vivo del entorno.
Pulsadas de dolor que se volverán a reflejar en la parte más baja de esa línea vertical para indicarle que al igual que no debe de rechazar el fruto de nadie tampoco debe de rechazar dar su propio fruto a alguien.
Cuando el individuo adulto finalmente aprende el mensaje de estas señales y está Ahí, es decir que acepta compartir su fruto con todos de igual, es entonces cuando el individuo experimenta el éxtasis del Ahí (Nirvana) que es ese placer y felicidad eterna del cual no se quiere salir por ser la mayor sensación de placer sano y de amor verdadero.
Tal como he vuelto a sentir el éxtasis del Ahí al pensar antes en el contenido de estos párrafos que ahora escribo.
Es curioso el hecho de que desde la garganta hasta esa parte alta de la cabeza o corona exista una cierta distancia más corta que la distancia de toda la columna vertebral y su ascenso a la parte más alta.
Camiones curioso el hecho de que la parte más baja de esa línea también hay una cierta distancia entre esa parte más baja que puede estar representada por el ano y el ombligo que es donde más o menos en el interior del cuerpo de la mujer se está una nueva vida humana a partir de la semilla que se ha puesto alli.
Además de que el ombligo representa al cordón umbilical a través del cual la madre de modo interno alimenta al bebé que se desarrolla dentro de su vientre.
Justamente en el lugar en donde se encuentra la garganta esta también la línea horizontal marcada por los hombros la cual se puede continuar con la extensión de los brazos hacia los lados.
Esa línea puede formar un triángulo inverso situando a la parte más baja de la columna vertebral como el vértice inferior.
De modo análogo a ese triángulo aparece otro triángulo cruzado al primero es decir un triángulo de pie con su vértice superior situado en la parte más alta de la cabeza y su lado inferior situado a la altura del ombligo.
De ese modo aparecen dos triángulos cruzados.
Los cuales parecen tener una sintonía con la geometría de triángulos cruzados que se traza a partir de los puntos relevantes geomagnéticos de la Tierra.
Todo encaja de modo excepcional dentro de una gran poesía geométrica con un gran contenido informativo para quien quiera observarlo con calma para comprender todo lo que eso nos dice y poder aplicarlo de un modo positivo para contribuir a la salud y a la paz.
El sistema reproductor un lugar hipersensible por la gran tarea que tiene de traer la vida de un nuevo ser.
Una hipersensibilidad que se vive con un buen amor amplifica este de un modo muy positivo pero si se vive con falta de amor puede transformarse en todo lo opuesto se cierran un gran cúmulo de oscuridad y sufrimiento.
Por eso no está de más comprender de un modo profundo y pacífico lo que sus formas nos enseñan simbólicamente.
La vertical del hombre reflejado en la línea del eje de la Tierra y la horizontal de la mujer reflejada en la tierra separada en dos mitades por la línea vertical las cuales reflejan la horizontal de la tierra en donde se va a sembrar la semilla de la vida.
Fernando Ortolá
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