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jueves, 9 de enero de 2025

Échale espíritu a la cosa

 

Todo cuerpo necesita un espiritu para:sentirse y sentar bien.

El producto de elaboración minuciosa necesita ser consumido con el mismo cuidado.

Cuando siguiendo un proceso muy elaborado se fabrica algo toda esa secuencia de trabajo para su obtención corresponde con el espíritu de ese objeto fabricado.

Es decir que el espíritu es lo que hay antes del cuerpo y si el objeto se considera que es

el cuerpo entonces lo que hay antes, es decir todo su minucioso proceso de elaboración, corresponde a su espíritu.

El espíritu no es sólo lo que está dentro de un objeto o del cuerpo de un ser vivo sino que es también lo que había antes y lo que habrá después, es decir que es todo aquello que no se ve.

Pues el cuerpo del objeto es lo visible y lo no visible es el espíritu, es decir lo que está dentro, o lo que está muy alejado del objeto, o lo que había antes, o lo que habrá después.

Así es como se ve cualquier objeto a través del filtro de dos elementos que en este caso son la materia y el espíritu.

Su cuerpo es la materia y lo que no se ve pero que sin embargo tiene una relación con el cuerpo es el espíritu.

Con la base de ese contexto es fácil comprender que cuando un objeto en este caso un producto es fabricado con un proceso minucioso eso es el espíritu de ese producto.

Como norma general y universal el espíritu siempre va primero y la materia después ya que esta nace del espíritu y es conducida por este hasta su realización final.

Por eso si un objeto nace de su espíritu y ese objeto es un producto de consumo es lógico pensar que antes de que el producto de consumo llegue a la gente va a llegar el espíritu de ese producto hasta sus posibles consumidores los cuales al captar ese espíritu se sentirán estimulados a consumir ese producto material es decir el cuerpo de ese espíritu.

Por ejemplo el Bullon de marca Pacana, el cual podemos supober que tiene un minucioso proceso de elaboración.

El consumidor conoce el producto a través de la publicidad que sale en los medios de difusión como puede ser la radio, la red, en las pantallas, en pancartas en la calle, etc. 

La existencia de ese producto llega a oídos de la gente la cual se ve a estimulada a ir a la tienda a comprar el Bullón Pacana.

Primero ha llegado al público la publicidad la cual forma parte del espíritu de ese producto y después ha llegado el producto es decir que ha llegado su cuerpo material.

Primero llega el espíritu que en este caso es la publicidad y después llega la materia, es decir el producto.

El espíritu siempre va delante de la materia.

Cuando el producto se fabrica el espíritu va delante pues primero se piensa en lo que se quiere fabricar y esa parte corresponde al espíritu es decir algo que aún no se ha manifestado en la materia y después viene la fabricación del producto, es decir que viene la parte material.

El consumidor también  sigue estos dos mismos pasos de espiritu a materia, es decir que primero escucha la publicidad de ese producto en la cual este aún no está presente de forma material sino tan solo de forma espiritual, de un modo ausente, es decir que el individuo recibe solo la información de que ese producto existe aunque aún no lo tiene  en sus manos.

No es bueno cuando alguien consume un producto sin antes haber recibido información acerca de lo que contiene y de lo que se trata y del efecto que produce.

Pues si lo hace así es muy probable que ese producto no le siente bien ya que es posible que no sea adecuado para las necesidades de esa persona.

Antes hay que informarse de lo que ese producto se trata y después consumirlo.

La información acerca de un producto es la parte del espíritu y su consumo es la parte de la materia.

Es decir que no es bueno recibir un objeto material sin haber recibido antes su espíritu.

Lo primero debe de ir el espíritu y después la materia.

Sabiendo que esto es así se pueden comprender muchas más cosas observando y variando esos parámetros de espíritu y materia.

Si el espíritu de un producto es muy intenso y el consumidor antes de consumirlo no recibe ese musmo espíritu intenso entonces ese productor le va a sentar mal, por no tener conducción en su proceso de asimilación.

Eso es un producto muy elaborado el cual contiene un gran espíritu es decir un gran proceso de elaboración, y por eso quien consume ese producto necesita recibir toda esa información elaborada con la cual ese producto ha sido fabricado, es decir que necesita recibir el mismo espíritu intenso para que al consumir ese producto este no le haga daño.

Pero en la sociedad actual se consumen muchos productos que han sido sometidos a una gran elaboración, es decir que contienen un gran espíritu pero que se distribuyen al consumidor sin ese mismo espíritu, es decir sin toda esa gran información contenida en su elaboración y en su contenido, de modo que el consumidor obtiene esos productos y los consume sin recibir primero su espíritu intenso sino que pasa directamente a consumir la parte material de ese producto, lo cual hace que este no siente bien a esos individuos y a causa de ello adquieran cualquier enfermedad respectiva y relacionada a los ingredientes de ese producto que no han sido asimilados por el cuerpo del consumidor debido a que a este le falta la información, es decir el espíritu intenso de ese producto para que esta  informe al ADN del consumidor y este pueda distribuir en su cuerpo esa sustancias aceptando unas y rechazando otras para que sienten bien en su organismo, en su cuerpo, y no enferme.

Si una persona en su vida lleva una gran disciplina para mantener un gran orden y estructura que sigue paso a paso cada día tendrá más probabilidades de que le siente bien el consumo de un producto que ha sido fabricado con el mismo nivel de una gran organización en un minucioso proceso de fabricación.

De algún modo ese producto y esa persona están en sintonía porque ambos se hallan en el escenario de una gran estructura minuciosamente organizada.

Es decir que ese espíritu intensamente organizado de la elaboración del producto se haya también en su consumidor y por eso a este no le sienta mal el consumo de ese producto pues tiene el mismo espíritu intenso para poder asimilarlo.

Pero las personas que no tienen ese mismo espíritu intenso porque en su vida no llevan un minucioso orden y organización entonces el consumo material de ese producto que sí que ha sido producido por un gran orden y estructura no les sentará bien porque esas personas no tienen el mismo espíritu organizado con el que ese producto ha sido fabricado.

Lo mismo se puede decir de un tipo de fruta que nace en una tierra pero en otra tierra no nace por lo que la gente que vive en la misma tierra en donde nace esa  fruta tienen el mismo espíritu contextual en el cual esta se cultiva y por lo tanto le sentará mejor a su organismo que si lo consume otra persona que vive en otra tierra y que por lo tanto no tiene el mismo espíritu contextual y a la cual sí que le sentarán bien esas frutas  que nacen en su propia tierra.

Esta es también una relación entre espíritu y materia que demuestra la interdependencia de ambas cosas.

No hay que tomar a rajatabla estos principios porque hay muchas variantes y son relativos a la situación de cada uno.

Es decir que aunque las naranjas se consuman en una tierra en donde no se cultivan estas sí que sentarán bien y si se recibe primero el espíritu de las naranjas el cual no está únicamente presente en la tierra en donde nacen sino en la predisposición, forma de ser y de actuar de la persona que las consume aunque esta no se encuentre en la tierra donde esas naranjas son cultivadas.

Es decir que lo que necesita cualquier cuerpo físico para sentirse bien es su espíritu y lo que necesita para que la presencia de otro cuerpo físico le siente bien es el espíritu de ese otro cuerpo físico.

Pues el espíritu siempre va delante de la materia y es el que conduce a esta.

Dentro de este mismo contexto se puede comprender que esos microorganismos extraños que entran en el cuerpo como pueden ser las bacterias forman parte del espíritu de ciertos productos como lo puedan ser frutas determinadas que llegan al individuo desde el exterior.

Antes  de llegar las sustancias de esas frutas en el interior del cuerpo del consumidor es decir antes de que este la singiera ha debido de llegar al mismo cuerpo del consumidor un representante del espíritu de la sustancia de esa fruta que luego entrará en el organismo y que es la parte material de ese espíritu que ha debido de hacer ante acto de presencia, es decir antes de la llegada del cuerpo material que en este caso es la sustancia de la fruta ingerida por el individuo.

Al igual que el espíritu es la información, es el proceso de elaboración de un producto y es la publicidad que lo distribuye es también la bacteria que llega antes que el producto en el interior del organismo humano y que es la que va a dirigir ese producto en el interior del cuerpo humano para que ese producto o sustancia ingerida siente bien.

Esa es exactamente la misma función que hace la información acerca de un producto que se va a consumir y del cual previamente se recibe una información o un tutorial, un manual de instrucciones, un publicista, una persona que presenta el producto y que enseña la forma de su consumo y que cuando ese producto se consume puede dirigir a la persona en su manejo para que esta pueda tener un óptimo resultado.

Por ejemplo con una lavadora en el caso de que el consumidor que ha comprado el aparato no consiga ponerla en marcha o si lo consigue no consiga un pleno rendimiento entonces siempre hay personas de la tienda en donde la  ha comprado  que están dispuestos a informarle y guiarle en el uso de la lavadora e incluso repararla si se estropea dentro del periodo de garantía.

Esa es la misma función que las bacterias también cómo representantes del espíritu hacen dentro del organismo humano recibiendo sustancias ingeridas por el individuo para conducirlas por el cuerpo al igual que un publicista o al igual que el comerciante de una tienda o al igual que un tutorial para que así esas sustancias por dentro del cuerpo encuentren su destino correcto y sean situadas en el lugar necesario para que aporten un bienestar en el cuerpo.

Pero si esas bacterias o microorganismos similares como los virus no están en el cuerpo o son rechazadas por este entonces no pueden realizar su función de asimilar los alimentos que el individuo ingiere y estos le producirán enfermedades por 3 caminos diferentes: uno porque esas sustancias no podrán ser asimiladas por el cuerpo el cual se quedará sin esos nutrientes, otra porque esas bacterias que estaban destinadas a distribuir esos nutrientes por el interior del cuerpo no estarán presentes porque habrán sido eliminadas y no podrán dirigir esa sustancias en por el interior del cuerpo y otra tercera anomalía será la de que el combate de los microorganismos del cuerpo contra esas bacterias producirá igualmente fiebre y enfermedades.

Por lo que la solución a todo eso es aceptar el espíritu, es decir aceptar a las bacterias igual que a los distintos productos de todos los fabricantes y cultivadores de frutas y demás vegetales de la tierra y de todos los constructores de algo que fabrican su respectivo fruto para poder ofrecerlo a los demás, para intercambiarlo con los frutos de los demás y para así poder obtener todos los recursos básicos y alimento vital que todos los individuos necesitan para poder subsistir con salud.

Pues ese es el propósito de la creación  supuesto según el concepto de una creación positiva que debe de basarse en un reparto igualitario entre todos los seres creados para alcanzar así la mayor expansión de todos y bienestar en todos por igual, realizando así este universo creado.

Pues si este universo no se hubiese creado así sería más bien una broma que una realidad.

Es decir que ese principio todo ser viviente lo puede saber no por revelaciones extrañas sino simplemente por una simple observación lógica, pura y llana de la realidad y situación en la que está.


Fernando Ortolá 




  


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