Uno de los mayores delitos aún no catalogado por el oficialismo del sistema legal tradicional es el de quien movido por un sentimiento de posesividad, bajas pasiones y celos bloquea en alguien el amor verdadero de quienes le quieren de verdad, demonizando a estos ante su víctima a quien les separa de ellos conduciendole así a la enfermedad interna y externa por la falta del alimento del amor verdadero.
Peor y más difícil es de detectar cuando quien comete este delito se esconde tras un aspecto de sonrisas, palabras y creencias de paz, y peor aún cuando esas creencias de "paz y amor" están muy establecidas, pues actúan como un escudo, y traje de camuflaje perfecto para este tipo de delincuentes, que continuarán cometiendo su delito tras ese telón de "luz" con el que se esconden, y peor aún cuando el atacante posee un medio de poder como lo es más dineros, recursos, prestigio social, nivel de vida, o diplomas oficiales comprados y no ganados con el esfuerzo de estudio, pueden ese caso su pobre victima indefensa tendrá menos escapatoria y recibirá un mayor abuso de su sádico represor.
Esas víctimas a las que me refiero no son víctimas de las guerras o de las enfermedades físicas, sino que son víctimas mas profundas, de un mal mayor, e incluso para estas la enfermedad física o la guerra es una valvula de escape para liberarse de ese mal mayor que les somete. Aunque ese es un remedio pasional y equivocado que conduce luego de nuevo a una mayor represión profunda.
Por eso nunca hay que optar por esa mala solución de escapada ya sea consciente o inconsciente, pues el mal nunca es el camino para llegar al bien, la guerra nunca es el medio para llegar a la paz, y la enfermedad nunca es el medio para llegar a la salud.
Al contrario, el mal solo engendra más mal.
La solución no es salir de estampida con un arma en una mano y un aguijón en la otra... como desgraciadamente se suele hacer por costumbre y nunca soluciona el problema.... pues la solución no es esa tan animalesca , la solución es usar la capacidad de razonar que los seres humanos tenemos y con esta comprender el problema de raíz, su origen profundo que nace en la falta de amor verdadero, las bajas pasiones y los sentimientos de posesividad de unos sobre otros. Ese es el verdadero mal que afecta a la humanidad y que no se halla en un sector de la Tierra o en otro, en un pueblo o en otro, en una gente o en otra, sino que se halla repartido por todo el mundo, presente en el interior de cada individuo afectado por ese profundo mal que es el verdadero causante de todos los males superficiales y materiales que sufre el mundo como son las guerras, enfermedades, y otros. El verdadero mal es más profundo, y su solución no se puede comprar, ni vender, ni manipular, pues es una solución que todos sabemos, la cual sana un mal que todos en realidad también conocemos, el mal de la falta de amor, el cual todos podemos sanar si queremos, poniendo un poco más de amor en nuestras vidas.
Un abrazo
Fernando Ortolá
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