Los elementos de la naturaleza son la tierra, el aire, el agua y el fuego, y estos son a su vez la manifestación física de las esencias profundas que componen la existencia del ser humano, el cuerpo, la mente, las emociones y la voluntad.
Quedando así asociada la tierra al cuerpo humano, el aire a la mente, el agua a las emociones y el fuego a la voluntad.
Es muy conocido el hecho de que una fuerte corriente de aire puede producir un resfriado en alguien que estando en una situación de calor se ha visto expuesto de repente a una corriente de aire frío.
Lo cual nos puede llevar a deducir que si una corriente de aire frío nos enferma entonces la solución para no enfermarse tal vez sea evitar las corrientes de aire.
Esa es una primera deducción lógica al respecto. Pero.... ¿Que más nos puede decir la lógica humana en torno al mismo fenómeno?
También se podría pensar que si una corriente de aire puede producir un resfriado entonces es también una corriente de aire la que puede llevarse el resfriado.
Esta es una deducción que ha sido enfocada desde un punto de vista más profundo, pues se refiere a que lo que ha producido el resfriado no es un objeto inerte como lo pueda ser una puera o una corriente de aire sino que es una entidad viviente, un ser vivo que se ha manifestado a través de esa piedra o corriente de aire y que es capaz de devolver la salud que en un principio se había llevado.
Si paseando junto a unos acantilados una fuerte corriente de aire se lleva volando el sombrero hacia el mar no será muy efectivo pedir al aire que nos lo devuelva.
Pues el sombrero se halla varias decenas de metros más abajo de un impenetrable terreno y mecido por las olas de un intempentuoso oleaje.
Sin embargo si lo que se lleva el sombrero no es una corriente de aire sino un niño que pasa cerca con su bicicleta entonces si que tendremos la posibilidad de pedir a ese niño que nos devuelva el sombrero.
Aunque en el caso de que haya sido el aire el que se haya llevado el sombrero también podemos ver el suceso desde un punto de vista más profundo y ver el aire como una entidad viviente que se ha llevado el sombrero sintiendo así la posibilidad de pedir al aire o a la vida o al destino el sombrero que se llevó a través del aire.
Si vemos que las esencias que componen el ser humano, el cuerpo, la mente, las emociones y la voluntad son el espiritu de los elementos tierra, aire, agua y fuego entonces ese enfoque más profundo nos ayuda a ver al aire y demás elementos como las extremidades de una entidad viviente ante la cual podamos ser capaces de pedirle que nos dévuelva el sombrero o cualquier otra cosa que se lleve con un repentino vendaval como pueda ser la salud.
Despues de este preámbulo podemos ir más al grano con las conjeturas.
Si una corriente de aire nos produce un resfriado eso no indica que debemos de prescindir de las corrientes de aire para no resfriarnos sino que indica que debemos usar las corrientes de aire para no resfriarnos, pero usarlas bien, saber usarlas.
Haciendo la consecuente síntesis:
Si la acción del aire resfria no es porque el aire sea el culpable y se deba de suprimir sino porque la acción del aire que ha producido el resfrío es una acción incorrecta, y debemos de aplicar una accion correcta del aire para sanar el resfrío, y no la supresión de las corrientes de aire o del mismo aire.
Así que si la accion del aire enferma es la accion del aire la que sana y no su supresión.
Es decir que las corrientes de aire bien dirigidas pueden sanar los resfriados de un modo efectivo y directo.
Paro hay que saber muy bien cómo usar esas corrientes de aire.
Esta realidad vuelve a reflejar el hecho de que nos hallamos en una humanidad que ya-es adulta, y que ya no debe detener sus esencias para permitir que estas crezcan y se formen, sino que ya tiene unas esencias formadas y debe de activar estas para poder mantener la salud adulta.
Por eso si durante los tiempos de una-sociedad adulta en la que ya estamos y en la-que debemos de activar las esencias una corriente de aire nos produce un resfriado eso nos lleva a pensar que no debemos de suprimir las corrientes de aire (la acción del aire) para sanarnos sino que debemos de hallar la activación de la buena corriente de aire (de la buena acción del aire) para poder sanarnos.
Pues nos hallamos en unos tiempos en los que para sentirnos bien no debemos detener las esencias sino activarlas, y entre esas esencias se halla el elemento del aire, asiado a la tercera esencia S entre cuyos atributos está la comunicación, el intelecto, la tecnología, la mente humana.... y el aire, como lo pueda ser una corriente de aire.
Una corriente de aire que si en los tiempos actuales nos puede producir un resfriado con ello no nos viene a decir que para no resfriarnos debemos de suprimir las corrientes de aire sino todo lo contrario, nos dice que si las corrientes de aire nos pueden producir un resfriado es por que también tienen la posibilidad de sanarlo, y que por eso no hay que suprimir las corrientes de aire sino mantenerlas activas , pero mantenerlas activas aplicando un modo correcto y ordenado de corrientes de aire, y no con una acción desordenada e incorrecta de la corriente de aire pues esta es la que enferma mientras que la correcta es la que sana.
Lo mismo se puede decir de las demas esencias y elementos asociados a estas, pues si actualmente la acción de cualquier esencia nos puede enfermar eso no indica que hay qu suprimir a o pausar ess-esennuas sino todo lo contrario mantenerlas activas para que nos devuelvan la-salud que antes se han llevado, para lo cual hay que mantenerlas activas de un modo ordenado, pues si su acción desordenado se llevó nuestra salud entonces es su acción ordenada la que nos va a devolver la-salud, pues ya nos hallamos en una sociedad adulta en la cual ya no debemos de pausar las esencias para permitirles crecer como hacíamos cuando la humanidad se hallaba en un periodo infantil, sino que debemos de activar las esencias tal como una humanidad adulta en la que estamos ya esta preparada para poder activar sus propias-esencias y debe de hacerlo para poder mantenerse en salud.
Tan solo la intervención de la jerarquia afuera de lugar interfiere en el proceso evolutivo del ser humano forzando a que una-sociedad adulta viva en sus tiempos de infancia deteniendo sus esencias, para así hacerle perder sus cualidadesy defensas naturales adultas y poder domiinarla.
El estar Ahí nos libera de ese efecto negativo.
Ahí.
Un abrazo
Fernando Ortolá
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